La verdura con vitamina K que mejora la coagulación de la sangre y disminuye la presión arterial

Las verduras, al igual que las frutas, son determinantes en la dieta de toda persona, debido a que le aportan al organismo diversos nutrientes que favorecen su normal funcionamiento. Son alimentos ricos en fibra, vitaminas, minerales y agua, por lo que su ingesta debería ser una prioridad.

Una de las más comunes y que con frecuencia se agrega a las diferentes preparaciones es el pepino. Este es un vegetal que se caracteriza por su bajo aporte de calorías y por ser rico en agua, minerales, fibras y antioxidantes.

El portal de salud Tua Saúde indica que su ingesta regular aporta diversos beneficios para la salud, favoreciendo la pérdida de peso, ayudando al organismo a mantenerse hidratado y a mejorar el funcionamiento intestinal.

De igual forma, al incluirlo en el marco de una dieta saludable, ayuda a reducir las grasas del organismo, el azúcar en la sangre y la presión arterial, por lo que es recomendado para prevenir y tratar enfermedades, como la aterosclerosis, la diabetes y la hipertensión.

Pepino, fuente de vitamina K

Una de las bondades que se le atribuyen es que es un alimento rico en vitamina K, por lo que ayuda a tener una buena coagulación de la sangre. Este nutriente tiene un efecto protector del corazón, mantiene el esqueleto fuerte y previene la calcificación de las arterias. También ayuda a evitar enfermedades cardíacas y un déficit de esta puede provocar caries, osteoporosis, venas varicosas o enfermedades infecciosas, entre otras afecciones.

Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos aseguran que la cantidad de esta vitamina que una persona necesita depende de la edad y el sexo. Para obtenerla se requiere del consumo de algunas verduras como el pepino, la espinaca, la col rizada (o berza), el brócoli, espárragos, repollo, remolacha y la lechuga; además de aceites vegetales; algunas frutas como los arándanos azules y los higos y otros productos como el queso, huevos y granos de soya.

Además, el pepino ayuda a regular la presión arterial. El portal Cuerpo Mente asegura que esta hortaliza es una gran fuente de potasio, mineral esencial para regular la tensión sobre las arterias y la transmisión del sistema nervioso, es el más presente en el pepino. El potasio contribuye a eliminar el sodio del cuerpo, compuesto que está muy relacionado con problemas de tensión alta o hipertensión. Este mineral también convierte al pepino en un alimento depurador y diurético.

Este efecto diurético, sumado a su bajo aporte calórico y el efecto saciante de su fibra, hacen que este alimento también se considere un ingrediente básico de las dietas tendientes a bajar de peso y a eliminar líquidos.

Más bondades de esta verdura

La ingesta de esta verdura se relaciona también con la protección del corazón. Cuerpo Mente refiere investigaciones realizadas en la Universidad París Sur-París XI y en el Instituto Gustave-Roussy (Francia), las cuales han demostrado que los lignanos denominados lariciresinol, pinoresinol y secoisolariciresinol presentes en el pepino ejercen un efecto protector frente al desarrollo de afecciones cardiovasculares y ante varios tipos de cáncer, como los de mama, útero, ovario y próstata.

“A las propiedades del pepino contra el cáncer también contribuyen las cucurbitacinas, unos terpenos que confieren a esta hortaliza su sabor amargo y que, según estudios realizados con animales, parecen bloquear las señales celulares que permiten la multiplicación de las células cancerígenas”, precisa la mencionada fuente.

Otro ensayo realizado en laboratorio probó los efectos antioxidantes y antiinflamatorios del extracto de pepino, que actúan sobre enzimas inflamatorias como la ciclo-oxigenasa (COX2), y que son el objetivo de los medicamentos antiinflamatorios.

Por último, se dice que el pepino es una buena fuente de fibras y tiene un bajo índice glucémico, lo cual significa que aumenta muy lentamente la glucosa en la sangre, por lo que ayuda a prevenir y controlar la diabetes. Además, contiene curcubitas, que estimulan la liberación de la hormona insulina, regulando el nivel de azúcar en el organismo. La insulina se encarga de permitir el paso de la glucosa a las células para que estas la conviertan en energía.