SALUD
La vitamina para combatir la artritis reumatoide: ¿qué alimentos la contienen?
Es rica en antioxidantes y ayuda al fortalecimiento de tendones, ligamentos y cartílagos.
La artritis es una de las principales complicaciones de salud que afecta a las personas mayores. Se trata de una patología que impacta las articulaciones, provocando dolores e hinchazón. Si bien existen muchos tipos de esta enfermedad, los más frecuentes son la artrosis y la artritis reumatoide.
La primera hace que el cartílago, el tejido duro y resbaladizo que recubre los extremos de los huesos donde forma una articulación, se rompa. La segunda, es una enfermedad en la cual el sistema inmunológico ataca las articulaciones, comenzando con el revestimiento de estas.
“Este revestimiento (membrana sinovial) se inflama y se hincha. El proceso de la enfermedad puede finalmente destruir el cartílago y el hueso dentro de la articulación”, precisa el instituto de investigaciones Mayo Clinic.
Los síntomas más comunes que se presentan con la artritis son: dolor articular, inflamación, enrojecimiento y calor de la piel alrededor de la articulación, disminución de la capacidad de movimiento y rigidez articular, especialmente por la mañana, según precisa el portal Top Doctors.
Tendencias
La alimentación, además del ejercicio, son clave para aliviar los síntomas y molestias generados por esta enfermedad y una de las vitaminas que no debe faltar en la dieta para prevenir su desarrollo es la C. La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos asegura que este nutriente es clave para el crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo.
Se utiliza para formar una proteína importante utilizada para producir la piel, los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos, y también para reparar y mantener los cartílagos, los huesos y los dientes, precisa la citada fuente.
Evidencia científica indica que la deficiencia de este nutriente en el cuerpo está relacionada con dolor e inflamación de las articulaciones. Una investigación realizada por la Universidad de Manchester en Inglaterra y publicada en Annals of the Rheumatic Diseases, determinó que las personas con una ingesta diaria alta de esta vitamina proveniente de frutas y verduras, tienen tres veces menos posibilidades de desarrollar esta dolorosa enfermedad que quienes consumen dietas menos saludables.
Los investigadores compararon las dietas de 73 pacientes con artritis reumatoide de mediana y avanzada edad con las de 146 individuos sin la enfermedad. Hallaron que los participantes del estudio con los niveles más bajos de ingesta diaria de frutas y verduras tenían el doble del riesgo de padecer artritis reumatoide, en comparación con personas con una alta ingesta de alimentos repletos de dichos nutrientes.
Para los investigadores, una de las mejores formas o una de las más fáciles para prevenir el desarrollo de este doloroso padecimiento es consumir al menos cinco porciones de frutas y verduras al día, pues esta cantidad aporta más de la vitamina C considerada como protectora en el análisis.
En general, según la Biblioteca de Estados Unidos, los hombres mayores de 19 años deben consumir diariamente 90 miligramos de este nutriente; mientras que para las mujeres adultas, la cantidad recomendada es de 75 miligramos; para las embarazadas, de 85 miligramos y las lactantes deben ingerir 120 miligramos.
Los expertos del instituto Mayo Clinic aseguran que la mayoría de las personas obtiene suficiente vitamina C con una dieta saludable y que su deficiencia es más probable en quienes fuman o están expuestos al tabaquismo pasivo, quienes tienen ciertas afecciones gastrointestinales o algún tipo de cáncer o llevan una dieta limitada que no incluye frutas y verduras regularmente.
Fuentes alimenticias
Todas las frutas y verduras contienen alguna cantidad de esta vitamina. Sin embargo, las que más aportan son principalmente:
- Melón
- Naranjas y toronjas (pomelos)
- Kiwi
- Mango
- Papaya
- Piña
- Fresas, frambuesas, moras y arándanos
- Sandía
- Brócoli, coles de Bruselas y coliflor
- Pimientos rojos y verdes
- Espinaca, repollo, nabos verdes y otras verduras de hoja
- Papa o patata blanca y la dulce (camote)
- Tomates y su jugo
- Cidrayote