Fiebre
La fiebre se puede tratar con dos frutas que contienen mucha agua. Foto: Getty Images | Foto: Getty Images

VIDA MODERNA

La vitamina que ayuda a prevenir la gripe y resfriados: así se puede consumir

Un cuerpo sano es esencial para mantener las infecciones respiratorias al margen.

22 de junio de 2022

Cualquier persona puede desarrollar una infección respiratoria, como la gripe o los resfriados, debido a que estas afecciones se generan por el contagio con virus o gérmenes presentes en el ambiente. Es así que no parece nada extraño ver a alguien con un resfrío en la oficina, en el transporte público o en otro escenario.

Si bien en ocasiones es simplemente inevitable enfermarse, lo cierto es que mantener un estilo de vida saludable es fundamental para recuperarse satisfactoriamente. Los profesionales recomiendan también guardar reposo y tratar de no exponer a otras personas a la gripe y el resfriado.

Por mucho tiempo, además, se ha dicho que algunos alimentos presentes en la dieta diaria cuentan con propiedades idóneas para mejorar ciertos síntomas derivados de las infecciones respiratorias. Por ejemplo, muy populares son los jarabes caseros con miel, cebolla, naranja, jengibre, panela y otro grupo de ingredientes famosos por su efecto para combatir estos malestares.

Muchas de estas cualidades que se le confieren a las plantas o alimentos están asociadas a su composición nutricional, es decir, a los compuestos que contienen, entre ellos minerales y vitaminas. Bajo esa línea, de hecho, se ha estudiado la importancia del consumo de determinadas vitaminas para el estado de salud en general.

A young office worker is sick with the flu or coronavirus and calls his family on video.
La enfermedad por coronavirus (COVID‑19) es una enfermedad infecciosa provocada por el virus SARS-CoV-2. | Foto: Getty Images/iStockphoto

La vitamina D se enlista entre ellos. Según el portal Mayo Clinic, este nutriente es vital para el cuerpo por diversas razones, tal vez la más importante es que interviene en la formación de los huesos y en la regulación de las funciones celulares del ser humano.

Asimismo, destaca el referido portal, a la vitamina D se le atribuyen otros beneficios, relacionados con sus características antiinflamatorias, neuroprotectoras y antioxidantes, las cuales propician el bienestar del cuerpo. Gracias a estas acciones también se considera como un nutriente bueno para el sistema inmunológico, el cual se encarga de prevenir el desarrollo de afecciones, como la gripe y los resfriados.

Sobre ese punto, algunos investigadores han intentado comprobar la eficacia de la vitamina D para prevenir las infecciones respiratorias. De acuerdo con una investigación de la Universidad de Medicina de Minato-ku, en Tokio, citada por el portal de bienestar Salud 180, la vitamina D podría ser beneficiosa para mantener al margen a los virus y gérmenes, toda vez que se refuerza al sistema inmune.

Este estudio sugiere que la suplementación con vitamina D durante el invierno puede reducir la incidencia de influenza A”, concluyó el estudio que reposa en la Librería Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

Como precisan desde la sección de salud natural de Cuerpo Mente, más de un trabajo investigativo ha recorrido este enfoque y algunos de ellos han mostrado el mismo efecto positivo. En esa línea, referencian el trabajo de científicos irlandeses, quienes aseguraron que la ingesta de vitamina D en cantidades adecuadas puede disminuir la susceptibilidad a presentar una infección respiratoria.

Hay que tener claro que, a diferencia de otros nutrientes, la vitamina D no se obtiene en mayor medida de los alimentos presentes en la dieta, sino a través de otra fuente principal: la exposición a la luz solar.

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“La cantidad de vitamina D que genera la piel depende de muchos factores, incluidas la hora del día, la estación, la latitud y la pigmentación de la piel. Según dónde vivas y cuál sea tu estilo de vida, la producción de vitamina D puede disminuir y ser completamente nula durante los meses de invierno”, explican desde Mayo Clinic.

Entre los alimentos ricos en vitamina D, según la Oficina de Suplementos Dietéticos, de los Institutos de Salud de los Estados Unidos, se encuentran los pescados grasos (atún, salmón), los cereales fortificados, los lácteos y derivados, la yema de huevo, el hígado y algunos hongos.