SALUD
La vitamina que ayuda a reducir el dolor de rodilla: estos son sus beneficios
Esta afección puede presentarse por enfermedades como artritis o artrosis o debido a alguna lesión durante la práctica de actividades deportivas.
El dolor de rodilla es un padecimiento muy frecuente y no necesariamente tiene que ver con la vejez, pues se presenta en personas de cualquier edad. Puede comenzar como una molestia leve y luego empeorar si no se trata de la manera indicada.
Las razones que originan esta molestia son diversas. Por ejemplo, el sobrepreso es una de las principales causas que generan afecciones en esta parte del cuerpo. De igual forma, el uso excesivo de la rodilla puede desatar dolor y si la persona tiene antecedentes de artritis, también es más susceptible, según información de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
También es probable que esta situación se presente por lesiones durante la práctica de actividades deportivas o recreativas, tales como desgarros del ligamento, lesiones de los tendones y dislocación de la articulación, entre otros. Cuando esto sucede, además del dolor, se puede presentar inflamación, rigidez, movimiento reducido y dificultad para caminar.
Para prevenir y evitar estas molestias es importante, además de llevar una buena alimentación y realizar ejercicio físico de manera regular, asegurarse de ingerir algunas vitaminas que son determinantes para el cuidado y fortalecimiento de los huesos.
Una determinante es la vitamina D, la cual es clave para que el cuerpo pueda absorber calcio, el componente principal que mantiene el hueso sano y fuerte. Es un nutriente que tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y neuroprotectoras, por lo que además de cuidar la estructura ósea contribuye con la salud del sistema inmune, la función muscular y la actividad de las células cerebrales, indica el instituto de investigaciones Mayo Clinic.
Esta es una vitamina que no se encuentra de manera natural en muchos alimentos, pero se puede obtener de la leche fortificada, cereales fortificados y pescado graso, como salmón, sardinas y caballa. El cuerpo también genera vitamina D cuando la luz solar directa convierte un químico en la piel en la forma activa de la vitamina (calciferol).
La cantidad de vitamina D que genera la piel depende de muchos factores, incluidas la hora del día, la estación, la latitud y la pigmentación de la piel. Según dónde viva la persona y cuál es el estilo de vida, la producción de este nutriente puede disminuir o ser completamente nula, como ocurre en temporada de invierno o muchas lluvias.
Sin embargo, la D no es la única vitamina que debe consumirse para evitar malestares de huesos y articulaciones. La K también es indispensable para evitar o aliviar el dolor de rodilla, ya que ayuda al cuerpo a formar tejidos y huesos saludables a través de las proteínas. Se puede encontrar en vegetales verdes, cereales y huevos, indica una publicación del portal Panoramaweb, de México.
También la vitamina A es favorable gracias a que reduce el daño celular y en los tejidos, según información de la Arthritis Foundation. Los alimentos ricos en esta vitamina son, entre otros, los huevos, productos lácteos como queso y leche fortificada, cereales fortificados, frutas y verduras de color naranja y amarillo, como zanahorias, mangos y melón y vegetales como el brócoli y la espinaca.
Recomendaciones
Adicionalmente, los expertos de Mayo Clinic hacen algunas recomendaciones que ayudan a aliviar las molestias generadas por este dolor.
- Descansar. Tomarse un descanso de las actividades normales para reducir la tensión repetitiva en la rodilla, es clave. Es importante dar tiempo a que la lesión sane y de esta forma también se ayuda a prevenir futuros daños.
- Hielo. El hielo reduce tanto el dolor como la inflamación. Se puede usar una compresa de hielo envuelta en una toalla para proteger la piel.
- Calor. Es posible que la persona perciba un alivio temporal al dolor si aplica una almohadilla de calor o una bolsa de agua caliente en el área dolorida.
- Compresión. Esto ayuda a evitar la acumulación de líquido en los tejidos dañados y mantiene la alineación y la estabilidad de la rodilla. Se puede utilizar una venda de compresión liviana, autoadhesiva y que permita la respiración y la circulación.