Vida Moderna
La vitamina que baja el azúcar en la sangre, disminuye el colesterol y reduce la inflamación
El grupo al que pertenece este componente también ayuda a tener un metabolismo saludable.
Una alimentación balanceada es la clave para asumir la ingesta de azúcares, minerales y vitaminas necesarias para el correcto desarrollo del organismo, siempre y cuando cada tipo de comida se consuma de manera moderada, pues los excesos de todo pueden llegar a ser perjudiciales. Es por eso que los médicos hacen tanto énfasis en la dieta.
En ese sentido, las 13 vitaminas (o grupos de estas) que existen se convierten en las mejores aliadas para la nutrición, pues promueven un buen funcionamiento fisiológico y del metabolismo. Aunque estas se encuentren en varios alimentos, también se concentran en pastillas, cápsulas, polvos o soluciones líquidas.
Así las cosas, una de las más deseables para el organismo son las vitaminas del grupo B, las cuales colaboran en el proceso de obtención de energía de los alimentos que se consumen, así como en la formación de los glóbulos rojos. De hecho, la falta de la B6 o la B12 puede derivar en anemia.
Y en ese mismo grupo aparece una que es conocida por sus múltiples beneficios, entre los que destacan el del crecimiento del cabello, por lo que es vendida como la base para productos como champús, acondicionadores o tratamientos.
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Se trata de la biotina, la cual, a pesar de ser miembro de la familia B de las vitaminas, es conocida como la vitamina H.
Fortalecer los folículos capilares y estimular el crecimiento no es el único aporte que esta le aporta al organismo, sino que además ayuda en procesos relacionados a la piel, las uñas o la sangre.
Así las cosas, una de las propiedades de la biotina es que mejora la infraestructura de la queratina presente en el cuerpo. Cabe mencionar que esta es la proteína encargada de constituir las capas del cabello y las uñas, dándoles brillo y fuerza.
Por otra parte, la biotina ayuda a convertir la glucosa de los carbohidratos en energía para el cuerpo, mediante lo cual ayuda a los aminoácidos a tener un funcionamiento regular. De esta manera, reduce la inflamación, mejora la función cognitiva, ayuda a reducir los niveles de azúcar en la sangre en personas con diabetes y aumenta el colesterol HDL (bueno), disminuyendo el LDL (malo).
Es importante mencionar que, si bien hay suplementos vitamínicos que incluyen biotina, es preferible hallarla en alimentos que sean ricos en ella, tales como las vísceras (riñón, hígado, bofe, etc.), la yema de huevo, las nueces (almendra, maní, pistacho, etc.), la soya, los granos integrales, las bananas, la coliflor y los hongos.
Entre otras cosas, un detalle esencial es que el calor puede anular el efecto de la biotina, por lo que se sugiere que los anteriores productos se coman crudos o sin ser altamente procesados.
Finalmente, la cantidad de cada vitamina que necesitan las personas depende de la edad, el sexo y otros factores, como el embarazo y el estado de salud, pero la mejor manera de obtener todas las vitaminas diarias es consumir una dieta equilibrada que contenga una amplia variedad de frutas, verduras, productos lácteos enriquecidos, legumbres (frijoles secos), lentejas y granos integrales, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Así, la entidad reveló las cantidades promedio recomendadas por día en microgramos (mcg) de biotina son:
- Bebés hasta los 6 meses de edad: 5 mcg.
- Bebés de 7 a 12 meses de edad: 6 mcg.
- Niños de 1 a 3 años de edad: 8 mcg.
- Niños de 4 a 8 años de edad: 12 mcg.
- Niños de 9 a 13 años de edad: 20 mcg.
- Adolescentes de 14 a 18 años de edad: 25 mcg.
- Adultos mayores de 19 años de edad: 30 mcg.
- Mujeres y adolescentes embarazadas: 30 mcg.
- Mujeres y adolescentes en periodo de lactancia: 35 mcg.
La deficiencia de biotina es muy rara, pero cuando se da puede causar algunos síntomas como debilitamiento del cabello y pérdida de bello corporal; erupción cutánea alrededor de los ojos, la nariz, la boca y la zona anal; orzuelos; concentraciones altas de ácido en la sangre y la orina; convulsiones; infección de la piel; uñas frágiles, y trastornos del sistema nervioso.