Vida Moderna
La vitamina que previene infartos y fortalece los huesos
Se trata de la vitamina D. ¿Por qué es tan importante?
La vitamina D es uno de los nutrientes fundamentales a la hora de prevenir infartos y otras enfermedades cardiovasculares. Expertos recomiendan consumirla a diario para que en el futuro no haya complicaciones.
El funcionamiento óptimo del organismo depende en gran medida a la cantidad de vitaminas y minerales presentes. Con respecto a las primeras, estas cumplen un rol esencial para el desarrollo celular y del sistema inmunológico.
Partiendo de la información de Medline Plus, se sabe que las vitaminas corresponden a un grupo de sustancias vitales para el cuerpo. En total, hay 13 familias vitamínicas, las cuales responden ante diferentes responsabilidades y en conjunto se les puede sacar mayor provecho a los beneficios que proporcionan.
Adicionalmente, estos grupos están divididos en dos categorías: Por un lado, están las liposolubles, los cuales hacen referencia a aquellas vitaminas que se almacenan en el hígado, tejido graso y músculos del cuerpo. En cuestión, las familias que hacen parte de esta categoría son las A, D, E y K.
Tendencias
En cambio, las vitaminas hidrosolubles no se almacenan en el cuerpo. El resto de nueve grupos corresponden a esta categoría y deben consumirse con regularidad para evitar carencias o deficiencias en el cuerpo. Los excedentes de estas vitaminas, después de la absorción del organismo, se eliminan por la orina.
La variedad de vitaminas es grande y la investigación Suplementación de vitamina D y hospitalización por infección en adultos mayores: un análisis post-hoc de los datos del ensayo australiano D-Health, realizada por expertos del Instituto Médico QIMR de Australia, expuso la relación que guarda la vitamina D con el funcionamiento del sistema cardiovascular, uno de los más importantes para el cuerpo.
Los alimentos que más ofrecen este nutriente son: pescados grasos, hígado de res, yema de huevo, aceite de hígado de bacalao, leche fortificada, cereales fortificados, hongos, salmón enlatado, queso fortificado y alimentos veganos.
En primer lugar, y como resultado general, los especialistas señalaron que este nutriente es esencial para reducir la presencia de eventos cardiovasculares no recomendados, de la talla de infartos u obstrucciones circulatorias.
Para dar con estos resultados, se tomó en cuenta el análisis de datos del ensayo D-Health, el cual mostró que la suplementación mensual de 60 mil UI (Unidades Internacionales) de vitamina D3 redujo considerablemente la probabilidad de padecer estas complicaciones en un rango de cinco años.
En cuestión, la vitamina D3 hace parte del grupo de nutrientes liposolubles; lo cual hace que sea esencial para el organismo. Con lo que respecta a sus funciones, el informe apunta que se destaca por mejorar la absorción y metabolismo de calcio y fósforo, generando así que sea un aliado para la salud ósea.
Adicionalmente, este aporte contribuye en el fortalecimiento de las articulaciones, lo cual impide que el deterioro de los huesos sea prematuro. Por otro lado, un beneficio significativo de esta vitamina radica en su influencia en el sistema inmunológico, debido a que contribuye al desarrollo de este en pro de defender al organismo ante amenazas del exterior.
Aparte de aportarle positivamente al funcionamiento óseo, la vitamina D también se destaca por su beneficio muscular. El consumo constante le da vitalidad a los tejidos y así ayuda a reducir el riesgo de lesiones de este tipo; tales como desgarros o tensiones.
Por último, y siendo quizás su principal aporte que radica en la salud cardiovascular, los investigadores señalan que esta vitamina influye en este sentido, concretamente en la regulación de presión arterial y eliminando posibles obstrucciones en el torrente sanguíneo.
La poca ingesta de este elemento vitamínico implica una serie de consecuencias serias para el organismo. En primer lugar, el deterioro óseo y muscular será notable; conllevando así a que la vulnerabilidad ante lesiones sea grande ante el mínimo golpe. Además, bajarle la guardia al sistema inmunitario lleva a que las enfermedades tengan vía libre para ingresar al organismo.
En adición, la carencia de vitamina D implica que la salud cardiovascular se vea afectada en gran medida. Si a eso se le suma el colesterol y triglicéridos altos, sobrepeso o diabetes; el resultado será perjudicial.