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La vitamina que se debe tomar desde los 60 años para prevenir infartos
Los suplementos de la misma son clave para alcanzar la cantidad diaria recomendada.
La ingesta de vitaminas debe hacerse en todas las etapas de la vida. Consumir alimentos que aporten estos nutrientes es determinante para prevenir afecciones de salud, pues juegan un papel protagónico en procesos como el desempeño celular y en el crecimiento de las personas, entre otras cosas.
Las vitaminas pueden ser liposolubles e hidrosolubles. Las primeras se almacenan en el hígado, el tejido graso y los músculos, y son A, D, E y K; las segundas no se almacenan en el cuerpo e incluyen la C y todas las del grupo B, según MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Como ya se mencionó, en todas las fases de la vida estos nutrientes son clave, pero a medida que avanza la edad las necesidades van cambiando y su ingesta se hace prioritaria. En total son 13 vitaminas esenciales que deberían formar parte de la dieta y una de ellas es la D, gran aliada de la salud cardiovascular.
La Fundación Española del Corazón indica que este nutriente favorece el crecimiento de los huesos y previene infecciones, pero, además, hay estudios que señalan que las personas que tienen niveles adecuados de este nutriente presentan menos riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2.
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Vitamina D para mayores de 60
En los últimos años, se han realizado diversos análisis en torno al aporte de esta vitamina para la salud del corazón y uno de ellos lo desarrolló el Instituto de Investigación Médica QIMR Berghofe, en Australia, en el que los investigadores realizaron un ensayo clínico amplio, el cual concluyó que los suplementos con vitamina D podrían reducir el riesgo de accidentes cardiovasculares graves entre las personas mayores de 60 años.
En la investigación, publicada en la revista médica The BMJ y de la que hicieron parte 21.315 australianos de entre 60 y 84 años, una de las conclusiones fue que durante el estudio, 1.336 participantes sufrieron un accidente cardiovascular grave, siendo la tasa del grupo que tomó el suplemento de vitamina D un 9 % inferior a la del grupo placebo. La tasa de infarto de miocardio fue un 19 % más baja y la de revascularización coronaria, un 11 % menor, según reseña el medio digital VozPópuli, de España.
La Fundación Española del Corazón refiere otro estudio, publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, según el cual los hombres que consumen la cantidad recomendada de vitamina D son menos propensos a padecer una enfermedad cardiovascular que aquellos que presentan niveles bajos de este nutriente.
Al grupo analizado se le hizo un seguimiento durante dos décadas y la principal conclusión fue que los hombres que tomaban al menos 600 unidades diarias de esta vitamina eran un 16 % menos propensos a desarrollar una enfermedad cardiovascular que los que ingerían menos de 100 unidades.
En este sentido, una publicación de la fundación estadounidense AARP, en su página web, indica que los análisis han permitido determinar que, además de mejorar la absorción del calcio de los alimentos, esta vitamina puede disminuir el dolor crónico, proteger contra las enfermedades cardiovasculares y hasta prevenir el cáncer, por lo que su ingesta en las personas mayores debe ser una prioridad.
La fuente ideal de este nutriente es la luz solar; sin embargo, la capacidad del cuerpo para sintetizarla disminuye a medida que la persona envejece, por lo que además de la alimentación que debe incluir: yemas de huevo, pescado de agua salada e hígado, es posible recurrir a los suplementos.
La dosis recomendada es de 600 unidades internacionales al día. Lo aconsejable es buscar suplementos que contengan vitamina D3, una forma activa que es más eficaz que la D2.
¿Qué pasa si no se consume suficiente vitamina D?
En los niños, la deficiencia de vitamina D causa raquitismo, una enfermedad en la que los huesos se ablandan, debilitan, deforman y causan dolor. En adolescentes y adultos, la deficiencia de vitamina D causa osteomalacia, un trastorno que genera dolores en los huesos y debilidad muscular.