SALUD
Las dietas bajas en carbohidratos podrían envejecer prematuramente
Un reciente estudio muestra que las dietas de moda como la keto, palio y atkins, no solo debilitan el organismo, sino que podrían acortar la vida.
La sabiduría popular considera que comer menos carbohidratos y más proteínas es una excelente dieta para bajar de peso. En teoría, al restringir los carbohidratos el organismo quema grasa acumulada para reemplazar esa energía y así el cuerpo baja de peso. Muchas dietas, como la keto, la atkins y la paleo, promueven este régimen para mantener el cuerpo joven y en forma.
Sin embargo, un reciente análisis del Viome Research Institute (una organización que busca fomentar la salud mediante el análisis de la microbiota) se suma a la creciente evidencia de que no son tan beneficiosas. En este caso, los científicos afirman que debilitan el cuerpo y hasta lo envejecen prematuramente. La razón estaría en que altera y estresa las bacterias intestinales, vitales para la salud, que también cumplen un papel clave en la edad biológica.
La investigación de Viome analizó la microbiota intestinal de personas con varios tipos de alimentación y encontró que quienes siguen una dieta paleo (evitan lácteos, legumbres y cereales) tienen una edad biológica dos años mayor al promedio. El mismo resultado arrojaron quienes seguían una dieta cetogénica o keto, un régimen que exige un número muy bajo en carbohidratos, pero alto en grasas saludables. En el estudio, los vegetarianos tuvieron los mejores resultados: eran en promedio un año y medio más jóvenes biológicamente que el resto, una cifra similar a la de los veganos.
¿Pero qué tiene que ver la microbiota intestinal con la dieta y la vejez? Este ‘órgano silencioso’ ha demostrado ser uno de los predictores más exactos de salud. Los científicos han descubierto que la rapidez o lentitud con la que envejece el intestino sirve para predecir si factores como el alcohol, los probióticos, los antibióticos o la dieta tienen algún efecto en la longevidad. Eso es posible porque su diversidad y composición es única en cada individuo y varía con los años. Por eso, basta analizar estas bacterias para calcular la edad biológica de una persona.
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Jhon Jairo Bejarano, nutricionista de la Universidad Nacional, explica que el cuerpo tiene diferentes tipos de microbiota (oral, vaginal, de piel, del tracto urinario, entre otros). Sin embargo, ninguna ha demostrado ser tan importante como la intestinal. “Tiene funciones inmunológicas y antiinflamatorias”, dice. Y en ese sentido, cuando los microbios del intestino se desequilibran, el cuerpo no absorbe los nutrientes como debería y el resultado es la inflamación, la raíz de casi todas las enfermedades crónicas.
En ese sentido, la microbiota intestinal necesita buena calidad de alimentos para funcionar bien y restaurarse. “Son millones de bacterias que comen y necesitan nutrientes. Y algunos de los más importantes son los generados del metabolismo de los carbohidratos”, explica Bejarano. Por eso, las dietas con altas cantidades de proteínas pueden ser letales. Limitar al máximo dichos alimentos altera el metabolismo y, en consecuencia, muchas de las bacterias que mantienen la microbiota saludable no pueden subsistir. Los estudios, además, muestran que consumir proteínas en exceso como lo exigen estas dietas, baja el pH, lo que afecta las funciones hepáticas, renales y hasta pone en riesgo la salud de los huesos.
Adriana Santamaría, nutricionista y dietista de la Universidad Georgia State Atlanta, dice que es cierto que “la salud empieza en el intestino”. Sin embargo, considera que hay que ver con lupa el hallazgo. Para ella, hay que diferenciar los carbohidratos complejos de los simples. Los simples son los más tóxicos y los que se deberían restringir. Aquí entran el arroz blanco, los edulcorantes artificiales y la harina de trigo refinada. Pero no hay que restringir de ninguna manera los complejos o de fibra, que incluyen los vegetales, las frutas con cáscara, entre otros. “Estos permiten perder peso, dan saciedad e incluso rejuvenecen”.
Los expertos recomiendan asesorarse antes de iniciar una dieta, ingerir fuentes saludables de hidratos de carbono y balancear las calorías consumidas y gastadas. Una alimentación que reduzca los carbohidratos “se caracterizará por una falta de energía, fatiga y menor resistencia”, concluye Bejarano.