Vida Moderna
Las plantas alimenticias que sirven para “derretir” la grasa acumulada en el cuerpo
Las plantas medicinales tienen una variedad de beneficios para el organismo tanto interna, como externamente.
Las plantas son conocidas por aportar varios beneficios a la salud y son usadas hace muchos años y ese es el caso de la cola de caballo que posee propiedades diuréticas, antiinflamatorias, antioxidantes, antimicrobianas, cicatrizantes y remineralizantes, según el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde.
De hecho, esta planta “ayuda a adelgazar debido a que tiene en su composición sustancias antioxidantes, antiinflamatorias, desintoxicantes y diuréticas, como los flavonoides y el ácido cafeico, que aumentan la quema de grasa localizada y ayudan a eliminar líquidos que pueden causar exceso de peso”.
Además, señaló que “el ácido cafeico de la cola de caballo tiene efecto termogénico, que ayuda a aumentar el metabolismo y la quema de grasa, contribuyendo a la pérdida de peso”.
Por ello, para obtener los beneficios se deben beber tos tazas de cola de caballo y en especial después de las comidas y, para preparar la bebida hay que hervir una taza de agua y agregar una cucharada de cola de caballo que se debe dejar reposando por cinco o diez minutos para poder consumir.
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Sobre la misma línea, indicó que “además del té, la cola de caballo puede encontrarse en forma de suplemento, siendo la dosis recomendada entre 500 y 570 mg, tres veces al día, debiendo siempre ser utilizadas bajo orientación médica o de un profesional de la salud con experiencia en plantas nutricionales”.
Ahora bien, la planta no hace milagros y esta bebida como se mencionó debe consumirse después de las comidas y la alimentación debe ser balanceada y saludable.
Así las cosas, una alimentación saludable para bajar de peso es aquella que incluye todos los nutrientes que el cuerpo necesita y unas recomendaciones del portal portugués son priorizar:
- “Frutas, preferentemente con cáscaras y enteras, evitando jugos, como fresas, durazno, cerezas, sandia, papaya, kiwi, manzana, pera y banana (preferentemente verde, que es más rica en fibras);
- Todo tipo de vegetales, dando preferencia a los que son de hojas verdes y crudos, como las espinacas, rúgula, acelga, lechuga, coles, además de otros vegetales, como brócoli, coliflor, zanahorias, calabaza, calabacín, ajotes, arvejas frescas;
- Proteínas bajas en grasas, retirando las partes grasas y eligiendo los cortes más magros de las carnes rojas, de pollo o pavo, pescados, huevos o tofu;
- Lácteos descremados y derivados, como la leche, yogur y quesos blancos;
- Cereales integrales y legumbres, como avena, centeno, quinoa, arroz y pan integral, germen de trigo, garbanzos, frijoles o lentejas, por ejemplo, siendo consumidos con moderación.
- Grasas buenas, como aguacate, coco, aceite de oliva y frutos secos y semillas, como las nueces, almendras, cacahuates, marañón, linaza, girasol, chía, calabaza y ajonjolí”.
Asimismo, hay que tomar agua y por lo general la mayoría de los hombres necesita aproximadamente 13 tazas de líquido al día y la mayoría de las mujeres necesita cerca de nueve.
Sin embargo, el consumo de agua puede variar dependiendo de las actividades que se realicen día a día. Por ejemplo, si la persona hace ejercicio debe consumir más agua, para cubrir la pérdida de líquidos. Asimismo, si el clima es cálido y se suda más, es recomendable aumentar la ingesta de agua, o si una mujer está embarazada, es posible que necesite más líquidos.
Adicional, hay que hacer ejercicio y lo recomendado es hacer al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica intensa a la semana, o una combinación de actividad moderada e intensa.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.