SALUD
Las razones por las que nunca se debe compartir el cepillo de dientes
Este elemento puede trasladar bacterias y gérmenes que generan enfermedades.
Los cepillos de dientes son un objeto de uso personal y, como tal, no deben compartirse con nadie, ni siquiera con la pareja, pues la flora bucal de una persona contiene diversos tipos de microorganismos y va cambiando con el crecimiento y el paso de los años.
De acuerdo con los especialistas, no se trata únicamente de cuestiones de higiene, sino de tipo sanitario. A las bacterias que normalmente las personas tienen en la boca se sumarían las del individuo a quien se le prestó este elemento. Por tanto, el riesgo de contraer alguna enfermedad o infección por esta causa aumenta considerablemente.
Según un artículo publicado en el portal Mejor con Salud, escrito por Yamila Papa Pintor, al igual que sucede con la placa dental, muchos de estos microorganismos no se transmiten a través de la saliva, pero sí se quedan en las cerdas del cepillo. Esto genera que, al usarlo, se pasen de boca en boca sin que la persona se dé cuenta.
Situación muy diferente se presenta con determinados virus que no pueden sobrevivir al aire libre. Por ejemplo, la gripa y la mononucleosis, por los besos y no por usar el mismo cepillo.
En el proceso del cepillado se elimina la placa, que es una capa suave y adherente que se deposita en la superficie de los dientes después de cada comida y a lo largo del día. En esta sustancia hay restos de todo tipo, incluidas las bacterias.
Los expertos explican que es muy diferente compartir un cepillo a darse un beso, pues con el cepillo se pueden pasar bacterias y residuos a la otra persona. En cambio, cuando una pareja se da un beso o bebe de un mismo vaso, simplemente hay intercambio de saliva que no supone peligro.
Información del portal Dental Infantil, de España, indica que cuando se comparte este objeto de uso personal se tienen más posibilidades de padecer patologías, como:
- Caries.
- Hongos.
- Gingivitis.
- Herpes.
- Otras enfermedades infectocontagiosas, como la hepatitis.
Esto se debe a que, al prestar un cepillo, también se podría estar compartiendo sangre, lo cual es de mayor riesgo que simplemente intercambiar saliva. Por ejemplo, si la persona con la que comparte está infectada con hepatitis B o VIH, podría transmitirse con graves consecuencias para la salud.
Es importante tener claro, según los expertos, que una buena higiene bucal es fundamental no solo para la salud de los dientes y las encías, también para el cuerpo, en general, así que es determinante no prestar ni tomar prestado el cepillo de dientes.
También es clave tener cuidado con la forma en que se guarda este utensilio. Por ejemplo, en el momento de dejarlo en algún lugar, es crucial asegurarse de que las cerdas no se toquen entre sí. En el caso de que haya contacto, puede producirse un intercambio de gérmenes, por lo que sería lo mismo que estar prestando el cepillo.
El papel de la alimentación
Además de mantener una buena higiene bucal, la alimentación equilibrada es relevante no solo para la salud en general, sino para cuidar la boca y los dientes. Una dieta rica en vitaminas y minerales puede fortalecer naturalmente el esmalte dental; además, proteger los dientes contra alimentos y bebidas que causan erosión ácida y prevenir el desarrollo de enfermedades bucales.
El portal Canal Salud, de España, indica que, en concreto, para mantener dientes y boca sanos es importante incluir en la alimentación productos que contengan las vitaminas C y A, flúor, y calcio. Otras, como la A, K y la D, también tienen gran relevancia en este propósito.
Frutas como la naranja, el limón, el pomelo y otras similares cuidan las encías, ayudan a prevenir la gingivitis y la periodontitis. Sin embargo, su consumo debe ser moderado, ya que poseen ácidos que pueden afectar al esmalte de los dientes, haciéndolos más susceptibles al desarrollo de caries y a erosiones o desgastes.