Las seis enfermedades que se pueden aliviar tomando agua con frecuencia

El agua es una bebida que cumple una función vital para el buen funcionamiento del organismo. Dentro de la lista de tareas destaca que facilita el transporte de nutrientes a las células, ayuda a la digestión y a la eliminación de toxinas y contribuye a regular la temperatura corporal, entre otras funciones.

El instituto de investigaciones Mayo Clinic asegura que el agua es el componente químico principal del cuerpo y representa aproximadamente del 50 % al 70 % del peso corporal y es por ello que se requiere para sobrevivir.

Cada célula, tejido y órgano del cuerpo necesita agua para funcionar correctamente. La falta de agua puede provocar deshidratación, un trastorno que ocurre cuando no hay suficiente líquido en el cuerpo para llevar a cabo las funciones normales. Incluso una deshidratación leve puede agotar la energía y causar cansancio.

Los expertos aseguran que las personas pierden agua todos los días a través de la respiración, la transpiración, la orina y las deposiciones y por ello para que el cuerpo funcione correctamente, se debe reponer el suministro de agua consumiendo bebidas y alimentos que la contengan.

Normalmente se escucha decir que la ingesta recomendada es de ocho vasos al día; sin embargo, la mayoría de las personas sanas pueden mantenerse hidratadas bebiendo agua y otros líquidos siempre que sientan sed. Para algunas de ellas menos de la mencionada cantidad puede ser suficiente, pero otras es posible que requieran más. Lo cierto es que la ingesta regular de este líquido ayuda a prevenir o aliviar diversas afecciones. Estas son algunas de ellas.

Artritis

Normalmente las personas que enfrentan este padecimiento deben acudir a los medicamentos antiinflamatorios, pero puede haber una reducción de la dosis si las articulaciones se lubrican y se hidratan, de acuerdo con una publicación de la fundación estadounidense AARP.

El consumo de agua ayuda a que estas se deslicen fácilmente, reduciendo la fricción que causa dolor. Es posible que la deshidratación ayude a que el cartílago se seque y se desprenda de la superficie de contacto de los huesos. Adicionalmente, el agua es buena para eliminar el ácido úrico que, al acumularse, causa inflamación.

Estreñimiento

El consumo de agua ayuda a regular el sistema digestivo, contribuyendo a que los restos de alimentos y grasas que pudieron quedar en el esófago o el estómago después de la comida, se disuelvan y se expulsen. Al tener un nivel correcto de hidratación, las heces se ablandan y se incentivan los movimientos intestinales. Esta combinación da como resultado una mejora en el tránsito intestinal, haciendo que la evacuación sea más fácil, previniendo o aliviando afecciones como el estreñimiento.

Presión arterial elevada

La deshidratación hace que aumente la concentración de sodio y que los vasos sanguíneos se contraigan para tratar de retener el volumen de sangre necesario. Esta contracción puede causar tensión en las arterias, lo que elevará la presión arterial. Mantenerse hidratado ayuda a prevenir esa afección que causa serios inconvenientes en el corazón.

Insomnio

Según AARP, al igual que en muchas otras condiciones, una ingesta de agua adecuada es esencial para reducir la inflamación general que puede interferir con el sueño. Cuando una hidratación óptima se combina con una dieta saludable, ejercicios y relajación es posible conciliar el sueño sin el uso de medicamentos, evitando otras complicaciones en el cuerpo.

Problemas renales

Información del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia indica que hay estudios que señalan que la ingesta de agua genera un menor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, como el de vejiga y colon. Esto se debe a que una hidratación adecuada repercute sobre el correcto funcionamiento de los riñones y del sistema inmunológico.

Obesidad

Tomar agua y mantenerse hidratado ayuda a tener un peso saludable, gracias a que reduce el apetito por lo que el estómago se llena de líquido y se sienten menos ganas de comer. Además, según el portal Oncosalud de Perú, cuando se realiza ejercicio, el mantenerse hidratado hará que el porcentaje de grasa quemada sea mayor pues uno de los beneficios del agua es que promueve la descomposición y eliminación de células grasas del cuerpo. De la misma forma, es un buen sustituto de las bebidas de alto contenido calórico, como las gaseosas y los refrescos.