Vida Moderna
Las tres mejores vitaminas para el hígado
La mejor manera de obtener suficientes vitaminas es mantener una dieta balanceada.
El hígado es el órgano más grande dentro del cuerpo y ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar las toxinas, de acuerdo con MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Por tal razón, al igual que con todos los órganos es importante cuidarlo y por ello, el portal Consumer reveló cuáles son las mejore vitaminas para el correcto funcionamiento del hígado:
- Vitamina B1 (tiamina): ayuda a las células corporales a convertir los carbohidratos en energía. También es esencial para el funcionamiento del corazón y las neuronas sanas.
La tiamina se encuentra naturalmente presente en muchos alimentos y se agrega a ciertos que son fortificados, y se pueden obtener las cantidades recomendadas de tiamina mediante el consumo de una variedad de alimentos, entre ellos:
- Productos integrales y alimentos fortificados como el pan, los cereales, las pastas y el arroz.
- Carne (en especial de cerdo) y pescado.
- Legumbres (como los frijoles negros y la soja), semillas y nueces.
- Vitamina B6 (piridoxina): la vitamina B6 ayuda a la formación de glóbulos rojos y al mantenimiento de la función cerebral.
La vitamina B6 se encuentra naturalmente en:
- Aves, pescado, y vísceras.
- Papas y otros vegetales con almidón.
- Frutas (que no sean cítricas).
- Vitamina B12 (cianocobalamina): es importante para el metabolismo. También ayuda a la formación de glóbulos rojos y al mantenimiento del sistema nervioso central.
Para consumir las cantidades recomendadas de vitamina B12, hay que comer alimentos variados como:
- Pescado, carne, carne de aves, huevos, leche y otros productos lácteos.
- Almejas e hígado de res son algunas de las mejores fuentes de vitamina B12.
- Algunos cereales para el desayuno, las levaduras nutricionales y otros productos alimenticios fortificados con vitamina B12 agregada.
Por su parte, adicional del consumo de las vitaminas mencionadas, el hígado debe tener otros cuidados tales como:
1. Mantener un esquema de vacunación al día, incluyendo las vacunas contra los diferentes tipos de hepatitis.
2. Utilizar condón en las relaciones sexuales y evitar conductas de riesgo para protegerse frente a la hepatitis y otras enfermedades de transmisión sexual.
3. Lavarse las manos con frecuencia y evitar compartir productos de higiene personal, como rasuradoras, cepillos de dientes, entre otros.
4. Bajo ninguna razón automedicarse y evitar la exposición al uso de químicos y sustancias tóxicas.
5. Evitar el consumo de tabaco.
- A los 20 minutos de haber dejado de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se recuperan del pico inducido por el cigarrillo.
- A los tres meses de haber dejado de fumar, la circulación sanguínea y la función pulmonar comienzan a mejorar.
- Dentro de un año de haber dejado de fumar, el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca es la mitad que el de un fumador.
6. Hacer actividad física, ya que moverse y sudar contribuye con la eliminación de toxinas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos; o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos. Se vale también una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.
7. Evitar el consumo de alcohol, pero si consume hacerlo con moderación y para los adultos sanos, esto significa hasta una copa por día para las mujeres de todas las edades y para los hombres mayores de 65 años, y hasta dos copas por día para los hombres menores de 65 años.
8. Mantener un peso saludable, esto ayudará a contrarrestar el hígado graso.
9. Realizarse chequeos anuales. Se debe acudir a un internista, gastroenterólogo o a un hepatólogo para que puedan revisar cómo está el hígado.
10. Mantener una alimentación balanceada y evitar excederse con las harinas, frituras y azúcares.