Vida Moderna
Las cuatro vitaminas que se deberían consumir a diario
Existen 13 vitaminas esenciales entre las que se destacan la vitamina A, C, D, E, vitaminas B, entre otras.
Las vitaminas son un grupo de sustancias que son necesarias para el funcionamiento celular, el crecimiento y el desarrollo normales, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Además, el portal Bienestar de Colsanitas, indicó que hay 13 vitaminas especiales, pero diariamente es importante consumir cuatro de ellas, según el periódico mexicano Excélsior, las cuales son:
1. Vitamina D: es un nutriente necesario para la salud, ya que ayuda al cuerpo a absorber el calcio. No obstante, son muy pocos los alimentos que contienen esta vitamina en forma natural, está presente en pescados grasos, como la trucha, el salmón, el atún y la caballa, así como los aceites de hígado de pescado.
Por tal razón, la vitamina D se encuentra en suplementos de multivitaminas y multiminerales. También se puede conseguir en forma de suplementos dietéticos que contienen solo vitamina D o vitamina D combinada con algunos otros nutrientes. Las dos formas de vitamina D disponibles en suplementos son D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol).
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Es por eso que el portal Medical News Today reveló que los mejores suplementos son: vitamina D 1000 UI, Vital Choice aceite de salmón rojo salvaje y vitamina D3, suplementos de vitamina líquida D3 e Hi-Po Emulsi-D3.
2. Vitamina B12: es un nutriente que ayuda a mantener la salud de las neuronas y la sangre. Además, contribuye a la formación del ácido desoxirribonucleico (ADN), el material genético presente en todas las células. Asimismo, ayuda a prevenir la anemia megaloblástica, un trastorno de la sangre que causa cansancio y debilidad.
Para consumir las cantidades recomendadas de vitamina B12, hay que comer alimentos variados como:
- Pescado, carne, carne de aves, huevos, leche y otros productos lácteos.
- Almejas e hígado de res son algunas de las mejores fuentes de vitamina B12.
- Algunos cereales para el desayuno, las levaduras nutricionales y otros productos alimenticios fortificados con vitamina B12 agregada.
3. Vitamina A: ayuda a la formación y mantenimiento de dientes, tejidos óseos y blandos, membranas mucosas y piel sanos.
La vitamina A se encuentra naturalmente presente en muchos alimentos como los siguientes:
- Hígado vacuno y otros órganos (aunque estos alimentos también tienen alto contenido de colesterol, por lo que se deberá limitar la cantidad que se consume).
- Ciertos tipos de pescado, como el salmón.
- Hortalizas de hojas verdes y otras verduras de color verde, anaranjado y amarillo, como brócoli, zanahorias y calabacines.
- Frutas, como melón, damascos y mango.
- Productos lácteos, que son de las principales fuentes de vitamina A.
- Cereales para el desayuno fortificados.
Sin embargo, algunas personas tienen mayores inconvenientes para obtener suficiente vitamina A:
- Los bebés prematuros, que suelen tener bajos niveles de vitamina A en su primer año de vida.
- Los bebés, niños de corta edad, mujeres embarazadas y mujeres en período de lactancia en los países en desarrollo.
- Las personas con fibrosis quística.
4. Vitamina C: también llamada ácido ascórbico, es un antioxidante que favorece los dientes y encías sanos. Esta vitamina ayuda al cuerpo a absorber el hierro y a mantener el tejido saludable. También es esencial para la cicatrización de heridas.
La mejor fuente alimenticia de vitamina C son las frutas y verduras sin cocinar o crudas y las que tienen las mayores fuentes de vitamina C son, entre otras:
- Melón cantalupo.
- Frutas y jugos de cítricos, como las naranjas y toronjas (pomelos).
- Kiwi.
- Mango.
- Papaya.
- Piña.
- Fresas, frambuesas, moras y arándanos.
- Sandía o melón.
- Brócoli, coles de Bruselas y coliflor.
- Pimientos rojos y verdes.
- Espinaca, repollo, rábanos verdes y otras verduras de hoja.
- Papa o patata blanca y la dulce (camote).
- Tomates y su jugo.
- Calabaza.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.