Vida Moderna
Las vitaminas y minerales que ayudan a mejorar la circulación de la sangre
La mejor manera de obtener suficientes vitaminas es manteniendo una dieta balanceada con alimentos de todos los grupos.
Para hablar de los beneficios que tienen las vitaminas y minerales para mejorar la circulación de la sangre, es importante conocer las razones más importantes por las que es conveniente que el flujo sanguíneo siga su curso de manera sana y natural y por ello es vital destacar sus principales funciones, sus afecciones y como prevenir daños en el sistema circulatorio.
En este mismo sentido y de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, la sangre es la encargada de suministrar oxígeno y nutrientes a todo el cuerpo y elimina el dióxido de carbono y los elementos residuales. Asimismo, a medida que la sangre hace su recorrido por el organismo, el oxígeno que esta lleva se consume y la sangre se convierte en desoxigenada.
No obstante, cabe destacar que este proceso no siempre se cumple a cabalidad, teniendo en cuenta que existen factores que hacen que la circulación de la sangre se vea afectada por lo que es una condición que se caracteriza por la dificultad que tiene la sangre para pasar por las venas y arterias.
Frente a ello, el portal especializado Tua Saúde señala que es importante identificar cuáles son las causas de la mala circulación, así como los síntomas que están presentes y la frecuencia con la que se manifiestan.
Causas
- Estilo de vida sedentario: Generalmente la falta de actividad física y el regular puede debilitar el sistema cardiovascular y contribuir a una mala circulación.
- Obesidad: El exceso de peso puede ejercer presión sobre el sistema circulatorio y dificultar el flujo sanguíneo.
- Tabaquismo: Fumar daña los vasos sanguíneos y contribuye al estrechamiento y endurecimiento de las arterias, lo que puede afectar la circulación.
Síntomas:
- Piel fría, seca o escamosa.
- Comezón en las extremidades.
- Manchas rojas en las extremidades.
- Presencia de pequeños vasos o varices.
- Tobillos y pies hinchados.
- Coloración pálida o azulada en las zonas de mala circulación.
- Calambres en las extremidades.
- Sensación de hormigueo, pinchazos o adormecimiento en las extremidades.
- Ausencia de vellos en las piernas.
Ahora bien, en toda esta ecuación la alimentación es supremamente importante porque existen alimentos y nutrientes que ayudan a que este proceso siga su normalidad y no se frene. Además, en este panorama se destaca la presión arterial y el colesterol, dos elementos que juegan un rol protagonista para la buena circulación.
Por ende, una mala alimentación rica en grasas hará que el colesterol malo tenga una superproducción y se genere placa que bloquee las vías arterias, causando problemas en la circulación y aumentando las presión arterial.
Por su propio lado, presión arterial, según la Fundación Española del Corazón, es “la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón”, por lo que una mala circulación afecta directamente a este órgano.
En este sentido, la ingesta de alimentos ricos en minerales y vitaminas es importante y el consumo de estos elementos son fundamentales para mejorar la circulación
Por ello, el diario español Mundo Deportivo reveló, en su sección de salud, que existen varios “suplementos nutricionales que ayudan a aumentar la circulación”, como, por ejemplo: vitamina C, vitaminas del complejo B, calcio, magnesio, y aceite de pescado omega 3.
La vitamina C es por excelencia la principal y se encuentra en frutas cítricas como naranjas, toronjas, el kiwi, entre otras frutas y verduras, como brócoli, fresas, melón, papas horneadas y tomates.
Para obtener vitaminas del grupo B se deben consumir proteínas como pescado, pollo, carne de res, huevos y productos lácteos. Los vegetales de hojas verdes y fríjoles.
El calcio está presente en la leche, el yogur y el queso son las fuentes primordiales de calcio; la col rizada y el brócoli son buenas fuentes de calcio. Asimismo, el pescado con huesos blandos comestibles, como las sardinas enlatadas y el salmón, son fuentes de calcio de origen animal.
Cabe recordar que la información suministrada en el contenido anterior no sustituye la asesoría médica y lo mejor que puede es hacer consultar a un experto de la salud.