Vida Moderna
Leche materna: estos son los beneficios y la importancia de la lactancia materna en niños
La lactancia materna, en el contexto actual de pandemia del coronavirus, no transmite el virus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que brindar leche materna exclusiva durante los primeros meses de vida reduce la mortalidad de los lactantes y evita enfermedades frecuentes en la infancia, tales como la neumonía y la diarrea. La recuperación es más rápida ante estas u otras enfermedades.
La leche materna sigue siendo la mejor fuente de nutrientes para el lactante, incluso después de los dos años, ya que contiene defensas que protegen a los niños de las infecciones y además es un recurso natural renovable que no genera desperdicios ni contaminación.
De acuerdo con la subdirectora de Salud Nutricional, Alimentos y Bebidas del Ministerio de Salud, Elisa María Cadena: “La lactancia materna hace parte del cuidado cariñoso y sensible, potencia la salud y el desarrollo de niños y niñas. Se identifica como la estrategia más costo-efectiva, impactando la productividad y el crecimiento económico”.
Según la entidad, la evidencia científica ha corroborado que los niños y adolescentes lactados tienen mejor rendimiento en las pruebas de inteligencia, con una clara asociación dosis-respuesta, teniendo mayores resultados en quienes se han favorecido de la leche materna por mayor tiempo con mayor rendimiento escolar y el aumento de ingresos en la edad adulta.
Además, se considera como un factor protector para la obesidad tanto en la infancia como en la adultez, la disminución de enfermedades no transmisibles, como diabetes mellitus tipo I y II, hipertensión arterial, enfermedad coronaria, entre otras.
La Organización Mundial de la Salud, Unicef, la Academia Americana de Pediatría, entre otros líderes académicos, recomiendan el inicio temprano de la lactancia durante la primera hora de vida y práctica exclusiva durante los primeros seis meses de edad y su continuación con alimentación complementaria por dos años o más.
“Los efectos de no lactar incluyen mayor morbilidad y mortalidad en niños y mujeres, mayor costo para las familias, para el sistema de salud, aumenta el costo económico en el futuro debido a la carga de enfermedad por enfermedades no transmisibles y pérdidas cognitivas, sumado al daño ambiental derivado del consumo de fórmulas lácteas como la disposición de las latas, uso de agua segura para su preparación, requerimiento de cadena de frío, insumos para su administración”, señaló Cadena.
Asimismo, explicó que se cuenta con soporte en la literatura mundial que corrobora que la lactancia materna, en el contexto actual de pandemia del coronavirus, no transmite el virus, y en cambio, es un poderoso factor protector de los niños especialmente en aquellos con alto riesgo de enfermar o morir, como los niños en condición de prematuridad o con bajo peso al nacer.
Datos clave, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS):
La lactancia materna protege contra la leucemia en la niñez
Amamantar por seis meses o más se asocia con una reducción del 19 % en el riesgo de leucemia en la niñez, comparado con un período más corto o con no amamantar.
La lactancia materna protege contra el síndrome de muerte súbita infantil
Los bebés que son amamantados tienen un 60 % menos de riesgo de morir por síndrome de muerte súbita infantil, comparados con los que no son amamantados.
La lactancia materna aumenta la inteligencia de los bebés
Los adultos que fueron amamantados cuando niños tienen 3,4 puntos más en los indicadores de desarrollo cognitivo. Un aumento en el desarrollo cognitivo resulta en más años de escolaridad.
La lactancia materna también protege a las madres
Las mujeres que amamantan tienen un 32 % menos de riesgo de tener diabetes tipo 2, un 26 % menos de riesgo de tener cáncer de mama y un 37 % menos riesgo de tener cáncer de ovarios, en comparación con aquellas mujeres que no amamantan o que amamantan menos.
La lactancia materna promueve el apego
El apego entre madre e hijo aumenta cuando las madres interactúan con sus hijos mientras amamantan. Períodos más prolongados de lactancia materna se asocian con respuestas más sensibles de las madres y la seguridad que se genera con el apego.