VIDA MODERNA
Lista de vitaminas imprescindibles a partir de los 50 años
Mantener el equilibrio nutricional durante la vejez es fundamental para preservar la buena salud.
Durante el envejecimiento, el cuerpo experimenta diferentes cambios, algunos derivados del deterioro natural del organismo por el paso de los años. Lejos de ser una etapa que deba generar preocupación, la vejez debería ser un momento para disfrutar la vida.
Para ello es fundamental tratar de mantener el estado de la salud lo mejor posible y gozar de bienestar físico y emocional, adoptando hábitos sanos en la alimentación, la actividad física y la salud mental.
Estos dos últimos aspectos se ven favorecidos por la dieta, en la medida en que los alimentos continúen proporcionando los nutrientes que son esenciales para ser humano: grasas, proteínas, agua, carbohidratos, minerales y vitaminas. El equilibrio nutricional es clave para prevenir el desarrollo de afecciones y fortalecer el organismo.
A partir de los 50 años, ciertos componentes vitamínicos se vuelven imprescindibles para el cuerpo, tanto que en ocasiones los médicos pueden recetar suplementos para cumplir con la cantidad recomendada al día.
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La organización sin ánimo de lucro AARP, la cual vela por la protección de los adultos mayores, señala que una de las vitaminas infaltables durante esta etapa de la vida es la vitamina D.
Varios expertos coinciden en ello, considerando que es un nutriente primordial en la formación de la estructura ósea, por lo que puede contribuir a mantener el buen estado de los huesos y mitigar el riesgo de padecer complicaciones que puedan alterarlos como la osteoporosis, que afecta con mayor prevalencia a las mujeres.
La Oficina de Suplementos Dietéticos de los Institutos de Salud de los Estados Unidos precisa, además, que este micronutriente estimula el trabajo de los músculos, lo que en conjunto con otros tejidos permite funciones básicas como el movimiento o el soporte del cuerpo.
Esta vitamina se puede encontrar en algunos alimentos, especialmente en la leche y sus derivados, como el queso, y pescados grasos. También se encuentra en algunas bebidas de origen vegetal, como detalla la entidad. Este nutriente tiene una característica particular y es que también se puede adquirir por medio de la exposición controlada a la luz solar.
La vitamina B12 también es esencial durante el envejecimiento, gracias a su efecto sobre las funciones cerebrales. Como indica la Oficina de Suplementos Dietéticos, su ingesta es necesaria para la producción de material genético en el organismo. Al tratarse de un miembro de la familia de las B se le confieren beneficios para propiciar la obtención de energía.
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Se ha encontrado que su consumo puede ser de utilidad para prevenir la aparición de distintos tipos de demencia, como asegura la AARP. La cantidad sugerida para los adultos al día es de 2,4 microgramos, que se pueden conseguir por medio del consumo de las proteínas y de los lácteos.
Otra de las integrantes de la familia de las B es la B6, la cual cuenta con una diversidad de beneficios para el organismo. La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medline Plus, se destaca por su efecto protector para el cerebro, al tiempo que ayuda en otros procesos internos del cuerpo, como la metabolización de las proteínas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades precisan que la vitamina K ayudan a regular el flujo sanguíneo, por lo que propicia el bienestar en términos generales. De acuerdo con la Oficina de Suplementos Dietéticos, su consumo también es necesario para el fortalecimiento de los huesos.
La cantidad recomendada de esta vitamina en los adultos es de 120 microgramos en el caso de los hombres y 90 gramos para las mujeres. Esta se puede encontrar principalmente en las verduras de hoja verde.
El listado de los micronutrientes esenciales lo completa la vitamina C, que es una aliada de los adultos mayores para retrasar el impacto del paso de los años sobre el cuerpo.
+Esta cualidad se atribuye a la característica de este compuesto para mitigar el impacto negativo de la oxidación sobre el organismo, específicamente sobre las células, como expone la Oficina de Suplementos Dietéticos. Las verduras y frutas son fuente de este micronutriente.