VIDA MODERNA
Lo que le sucede al cerebro cuando se deja de dormir
La falta de sueño puede afectar el correcto desempeño en las actividades diarias.
¿Quién no se ha trasnochado terminando un trabajo o ha tenido que levantarse sin dormir lo necesario? Muchos lo han hecho y, aunque se trata de un hábito muy común entre los estudiantes por ejemplo, esto puede conllevar a distintas afecciones para la salud cerebral.
Lo anterior se debe a que el buen descanso es vital para que el cuerpo recupere las energías que perdió durante el día, procese la información nueva que adquirió y goce de bienestar físico y mental. De lo contrario, la falta de sueño tiende a afectar el correcto desempeño de las actividades diarias.
Según explican los profesionales de la Clínica NYR de neurorrehabilitación en Valencia, un mal descanso repercute en la atención, la concentración y la memoria. Además, señalan, puede ser un síntoma asociado a trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión.
“Hay que destacar que la falta de sueño no se identifica tanto como una patología sino como una consecuencia. El estrés y las preocupaciones son uno de los principales causantes del insomnio, ya que provocan un estado de alerta que dificulta el sueño. Existen también otras causas como dolores musculares o problemas de estómago”, precisan desde la institución.
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Esto le sucede al cerebro cuando no duerme
Entre las principales consecuencias que provoca la falta de sueño se encuentra la irritabilidad, las alteraciones al estado de ánimo, la fatiga durante el día, así como dificultades para responder a los objetivos académicos y laborales. Así lo explican desde Cuídate Plus, quienes además agregan que estas afectaciones suelen mejorarse con un descanso reparador.
“Una disminución de las horas de sueño puede estar alterando la capacidad del cerebro en esas fases del sueño en personas con predisposición (a la demencia) y puede acelerar el deterioro cognitivo, lo que no quiere decir que todas las personas que duerman poco vayan a tener una demencia, ya que encontramos personas con un buen sueño que tienen deterioro cognitivo”, explica Javier Puertas, vicepresidente de la Sociedad Española del Sueño (SES), consultado por el portal de salud Cuídate Plus.
Sin embargo, cuando se priva del sueño constantemente, es decir se convierte en un hábito, esto puede desencadenar una serie de riesgos para la salud cerebral.
De acuerdo con investigaciones referenciadas por la Clínica NYR de Neurorrehabilitación, el mal dormir puede conducir a una disminución del tamaño del cerebro. Esta conclusión la plantearon en un estudio publicado en la revista Neurology, en el que se demostró que no dormir durante varias horas puede provocar una reducción en el volumen de materia gris en algunas regiones del cerebro.
Ahora bien, en este punto existe un dilema similar al del huevo y la gallina, señalan desde la Fundación GAEM (Grupo de Afectados de Esclerosis Múltiple), puesto que no se ha podido precisar con claridad si la falta de sueño es la que genera estas afecciones sobre el cerebro o son justamente las enfermedades de este órgano vital las que alteran el sueño.
“No sabemos si la falta de sueño provoca más envejecimiento cerebral, o si la falta de sueño es simplemente un reflejo de algo que sucede en el cerebro, sin tener ningún efecto directo por sí mismo”, indican en su blog.
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Por otra parte, desde la Clínica NYR aseguran que otras consecuencias que puede presentar un individuo que no tiene un sueño regular o duerme por pocas horas, se enlistan la falta de concentración, así como las dificultades para recordar la información o aprender cosas nuevas. Según comentan desde la institución, esto último se debe a que la falta de descanso altera el hipocampo, la región del cerebro relacionada con estos procesos.
“El insomnio genera una pérdida de conectividad entre las neuronas presentes en esta área del cerebro”, concluyen.
Por ello es primordial procurar establecer una higiene adecuada del sueño, en la que se defina una rutina para antes de dormir, para así respetar los espacios de descanso y favorecer el bienestar del cerebro.