Vida Moderna
Lo que no se debe comer cuando se tiene mala circulación sanguínea
La sangre transporta oxígeno y nutrientes a diferentes partes del cuerpo, por eso es necesario mantener su correcta circulación a través de la ingesta de alimentos.
La circulación de la sangre es un proceso esencial para el organismo, los médicos advierten que la sangre debe adquirir oxígeno y, a su vez, su nivel de azúcar debe estar controlado para evitar enfermedades crónicas.
Una de las razones por las que se pueden generar problemas de circulación tiene que ver con el modo en el que las personas consumen alimentos. Para especialistas en nutrición, una alimentación debe ser sana, contribuir a los diferentes sistemas del cuerpo y, sobre todo, evitar excesos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que “una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer”.
En ese sentido, alimentarse debe ser un acto consciente y de acuerdo con el portal médico Mejor con Salud, una dieta rica en grasas, azúcares y algunos minerales es dañina para los vasos y el flujo de sangre normal.
Desde luego, es imprescindible conocer qué comida o alimentos son poco beneficiosos para mejorar la circulación del cuerpo.
Alimentos que se deberían evitar
- Con alto contenido de sodio
El sodio, o sal como muchos lo conocen, aumenta el volumen de la sangre al retener agua convirtiéndose en una amenaza para las arterias y los vasos sanguíneos. Al consumir alimentos con mucho sodio, se aumenta la presión arterial que impacta las paredes vasculares.
Los nutricionistas recomiendan evitar todos los alimentos ricos en sodio, entre ellos, los productos procesados como los de panadería, embutidos, salsas, caldos y aderezos comerciales. También sugiere un consumo moderado de las conservas de pescado, las aceitunas y el queso.
- Carne roja y procesados
No todas las carnes son malignas para el cuerpo, pero su consumo debe moderarse según las afectaciones que el organismo de una persona tenga. Sin embargo, se ha catalogado la carne roja como la menos recomendada, pues los médicos advierten que su consumo aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y problemas en la circulación sanguínea.
Asimismo, varios estudios científicos han comprobado que cuando la carne roja es procesada (ahumada, fermentada, entre otros) la salud cardiovascular tiende a deteriorarse ya que varios ingredientes con los que se procesa este alimento contiene grandes cantidades de sal.
“La diferencia entre los dos tipos de carne se puede explicar por la mayor presencia de sodio y otros aditivos en los productos cárnicos elaborados. El estudio habla en concreto de víveres como el tocino, los perritos calientes, las salchichas, el salami y otros embutidos”, dice Anna Vilarrasa, nutricionista y dietista especializada en alimentación saludable.
- Azúcares
Los azúcares añadidos pueden afectar la circulación de la sangre en el cuerpo. Mejor con salud dice que el azúcar tiene un elevado valor calórico y no aporta ningún nutriente a nuestro organismo, provocando condiciones de sobrepeso y obesidad.
Para Vilarraza, los azúcares añadidos no contribuyen a la salud de las paredes arteriales y venosas; además, les disminuye su funcionalidad provocando enfermedades cardiovasculares. Algunos alimentos que, posiblemente, pueden retrasar la circulación en el cuerpo son gaseosas, bebidas energéticas, dulces, pasteles, caramelo, helado, donas y decenas de productos que se comercializan en supermercados.
- Grasas hidrogenadas
Son lípidos o ácidos trans que se forman en algunas carnes. Varios estudios han encontrado que las grasas hidrogenadas incrementan la presencia de triglicéridos y colesterol LDL en la sangre, causan una baja circulación y obstruyen el transporte de oxigeno.
La mejor manera para producir este tipo de grasas es eliminando los productos industriales del consumo cotidiano como: margarinas vegetales, productos de pastelería y panadería elaborados de forma industrial y, por último, comidas rápidas.