Marihuana recreativa
Marihuana recreativa | Foto: Getty Images

Salud

Lo último: la mitad de los estadounidenses ha probado la marihuana, revela Gallup

“La tasa era del 4 % cuando Gallup preguntó por primera vez en 1969, subió al 24 % en 1977, fue del 33 % en 1985 y cruzó el umbral del 40 % en 2015″, recuerda la organización.

24 de agosto de 2022

La marihuana es uno de los grandes frentes que demuestran cómo los Estados Unidos están divididos en dos. Un estudio de Gallup muestra unas cifras reveladoras sobre ese panorama.

”Un 49 % lo considera positivo y un 50%, negativo. Son ligeramente más positivos sobre el efecto de la droga en las personas que la usan, con un 53 % que dice que es positivo y un 45 % negativo”, sostiene el último estudio de esa organización.

Entre quienes consumen, los efectos de la marihuana son muy positivos. “La gran mayoría de los adultos que dicen haber probado la marihuana alguna vez (casi la mitad de los estadounidenses) piensa que los efectos de la marihuana en los usuarios (70 %) y en la sociedad en general (66 %) son positivos”, agrega el estudio.

Gallup reporta algunos datos sobre el debate de la legalización: 68v% de los adultos estadounidenses piensa que la marihuana debería ser legal.

”Además, aunque los estadounidenses no han llegado a un consenso sobre si la marihuana beneficia a las personas o a la sociedad, la ven mucho más positivamente que el alcohol. Como Gallup informó anteriormente, la misma encuesta encuentra que tres de cada cuatro adultos creen que el alcohol afecta negativamente a la sociedad y el 71 % piensa que es dañino para los bebedores”, señala la organización.

El consumo de esta sustancia es relativamente alto en ese país. Por ejemplo, en esas mismas cifras de Gallup se evidencia que la mitad de los adultos estadounidenses, el 48 %, confirma que alguna vez ha probado la marihuana.

“La tasa era del 4 % cuando Gallup preguntó por primera vez en 1969, subió al 24 % en 1977, fue del 33 % en 1985 y cruzó el umbral del 40 % en 2015″, recuerda la organización. En todo caso, los entrevistados aseguraron que no necesariamente habían mantenido el consumo.

El consumo de tabaco, en cambio, ha bajado

Durante la pandemia se pensó que el consumo de tabaco se había disparado. Sin embargo, para fortuna de la región de las Américas, el consumo ha disminuido en los últimos años. Pasó de 28 % en 2000 a 16,3 % en 2020.

Además, otro gran logro para la región es la implementación de las medidas. 26 de los 35 países de la región aplican al máximo al menos una de las seis medidas de control del tabaco recomendadas por la OMS desde 2008. Sudamérica se convirtió en la primera subregión sin humo de tabaco, es decir, donde se prohíbe fumar en lugares públicos y de espacio cerrado. De igual manera, los usuarios del transporte público cuentan con un escenario libre de humo.

No hay que descuidar que el consumo de tabaco es el principal factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas, la diabetes y el cáncer. “Todas las formas de tabaco son perjudiciales y no existe un nivel seguro de exposición”, informa la OPS.

”El tabaco causa casi un millón de muertes anuales en la región y es el único producto de consumo legal que mata hasta a la mitad de los que lo consumen”, afirma Anselm Hennis, director del departamento de enfermedades no transmisibles y salud mental de la OPS, citado en un comunicado.

Sin importar su presentación, el tabaco es el responsable de más de ocho millones de muertes anuales. Siete millones de las cuales son el resultado del consumo directo, mientras que alrededor de 1,2 millones se registran en personas que no son fumadoras, pero que han estado expuestas al humo del tabaco, según la Organización Mundial de la Salud.

Añadiendo, la OPS advirtió que “los países deben reiterar sus compromisos de permanecer firmes y vigilantes, y de dar prioridad a la salud pública para velar por la protección de su población frente a los peligros del tabaco”.

Lo dijo también pues “la pandemia le brindó una oportunidad a la industria tabacalera para interferir en las políticas de control del tabaco existentes, en un intento por debilitarlas mientras buscaba mejorar su imagen como una industria socialmente responsable y solidaria”, afirmó el organismo.