Nutrición
Los cinco hábitos más nocivos de la alimentación diaria
Seguramente forman parte de su rutina y probablemente lo desconocía. Para conmemorar el Día de la Alimentación se los presentamos.
El Día Mundial de la Alimentación, que se celebra el 16 de octubre, es una fecha señalada en rojo en el calendario para generar conciencia de la importancia que tiene una buena alimentación para la salud. Según el médico Carlos Jaramillo, autor del lIbro ‘CoMo’, las personas con frecuencia olvidan que el acto de comer debe implicar una decisión permanente por parte de la persona. No se trata, como muchos han hecho por años, de repetir las costumbres que se han transmitido sin cuestionamientos en la casas. Sino más bien propone que cada alimento que se lleve a la boca debe ser sano, fresco y debe tener la intención de proveer la salud. No es solo para quedar llenos que las personas comen, dice el experto.
Por eso, aunque parezca mentira, muchas personas han adquirido ciertos hábitos alimenticios que forman parte de nuestra rutina diaria y que, al contrario de lo que pensamos, son más nocivos que beneficiosos para nuestro organismo.
De la mano del nutricionista del Hotel Royal Hideaway Sancti Petri, Alejandro Cánovas, en este artículo se desmonta ciertos mitos relacionados con la alimentación que están muy consolidados en nuestra cultura. Sin duda, son los cinco errores alimentarios más extendidos, de cara a una alimentación saludable basada en una ingesta equilibrada de productos.
1. Desayunar hidratos de carbono. “La gran mayoría de desayunos en España y en otros países de habla hispana carecen de una buena fuente de proteínas y fibra vegetal. Se abusa mucho del pan blanco, de cereales refinados e incluso de repostería. También, dice Jaramillo, está siempre presente el cereal que contiene mucho azúcar. Se ha vinculado el almuerzo y la merienda al dulce, y es difícil corregir este equívoco. Al igual que el resto de comidas, el desayuno ha de ser variado”, explica Cánovas. Por lo tanto, menos hidratos y más fruta o proteína; una opción ideal, una tostada de pan integral con pechuga de pavo baja en grasa y queso fresco desnatado, acompañada por una porción de fruta y un café con leche o yogurt.
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2. Hacer cinco comidas al día. Según Cánovas es importante no dejarse llevar por la pauta social de comer cinco veces al día, ya que esto depende totalmente de la persona y de sus circunstancias. La ingesta de alimentos ha de adecuarse a los horarios, la constitución, el estado de salud y las necesidades de cada individuo. “De lo contrario, puede llevar a estrés e incluso a un sobreesfuerzo del sistema digestivo”, apunta el nutricionista. Y es que no es lo mismo un perfil deportista con un elevado gasto calórico que alguien sedentario o que padezca, por ejemplo, el Síndrome del Intestino Irritable y deba comer muchas veces al día pero en pequeñas cantidades.
3. Cenar únicamente fruta. Mucha gente cree que al consumir solo fruta por las noches bajará de peso, pero eso no es cierto. “Al final estás ingiriendo azúcar, por mucho que reduzcas las calorías, y puede implicar que te levantes al día siguiente con más hambre, llevándote de manera contraproducente a desayunar el doble o a hacerlo con ansia”, señala Cánovas.
4. Ayunar eliminando calorías. Ayunar se ha convertido en una tendencia cada vez más extendida y por lo tanto hay que aplicarla correctamente. “Este es un error muy común: creer que el ayuno intermitente consiste en prescindir de calorías de la dieta en vez de redistribuirlas. Para hacerlo hay que tener en cuenta la actividad física y el contexto de cada persona. No sirve de nada ayunar si la persona no incluye ejercicio y si a la a la hora de romper esa abstención (normalmente, durante el desayuno), no toma una comida completa con el aporte calórico adecuado y alimentos saludables”, aclara el experto.
5. Obviar la alimentación en la recuperación muscular. Considerar que, por hacer ejercicio físico, puedes luego comer cualquier cosa es otro de los grandes mitos. “Practicar el run & beer, por ejemplo, es fatídico para recuperarse adecuadamente a nivel muscular, lo que pasa es que los efectos se ven a largo plazo. Lo ideal es recargar con hidratos de carbono, rehidratar con agua y sales minerales, reparar con proteínas, y por supuesto descansar”, concluye.
*Con información de Europa Press