Vida Moderna
Los beneficios de bañarse con agua fría, ¿cuáles son?
El agua caliente es relajante, pero el agua fría no tiene nada que envidiarle en beneficios.
El agua caliente tiene buena fama entre las personas debido a lo relajante que resulta un baño de agua tibia, además de todos los beneficios que esta trae, al contrario de lo que ha sido el agua fría, la cual la mayoría de las personas le huye, en especial en horas de la mañana cuando apenas se ha despertado para comenzar su día.
En ese sentido, aunque parezca difícil de creer, la verdad es que también contiene muchos beneficios a la hora de tomar una ducha, por lo que por lo menos algunos días de la semana debería optarse por tomar esta opción, dado que puede contribuir al rejuvenecimiento físico y mental, con un efecto casi que inmediato, al activar y liberar la mente de una sola vez, por lo que se puede empezar el día con toda la energía, en especial para los que les cuesta activar la mente en lunes.
Por si fuera poco con eso, resulta que también el shock que se genera al exponerse por la mañana luego de un largo sueño al agua fría, ayuda considerablemente a la buena circulación sanguínea, produciendo de esta forma efectos cardiovasculares positivos para todo el organismo, mientras sube el ritmo cardíaco y contrae los vasos sanguíneos, lo que permite que la sangre oxigenada fluya rápida y correctamente por todo el cuerpo.
Sin embargo, cabe mencionar que optar por este estilo de baños no es recomendable para cualquier tipo de personas, puesto que, de hecho, aquellas sufren de hipertiroidismo deberían evitarlas lo máximo posible, ya que debido a su condición tienden a sentir más los climas bajos, lo cual puede afectarles en la salud, teniendo en cuenta también contrario a los efectos de una ducha caliente que aporta que es relajante, esta se dirige directamente hacia el sistema nervioso, estimulándolo y haciendo que sea poco viables para quienes viven con problemas cardíacos y/o respiratorios.
¿Cómo entrenarse para usarla?
Dado que no es un proceso fácil, los expertos consideran que para tomar una ducha a fría a diario es importante iniciar con algunas partes del cuerpo y luego ir sumando. Por ejemplo, empezar por los pies y luego incorporar los brazos o el pecho, hasta llegar a la ducha general. Y, sobre todo, hay que buscar una buena reacción de calor, secándose rápido y abrigándose al final.
La recomendación es tomar la ducha caliente y al final dirigir el agua fría durante unos segundos a los pies. La ducha previa caliente dura de uno a tres minutos. La fría completa se mantiene de uno a tres segundos en función del entrenamiento y luego el tiempo puede ir en aumento.
A medida que avanzan los días se pueden sumar los brazos, el pecho y la espalda hasta alcanzar la ducha completa para todo el cuerpo. Luego se seca rápido y se mantiene abrigado para mantener una temperatura indicada en el cuerpo.
Para concluir, si bien bañarse con agua fría puede traer muchos beneficios, también es importante que las personas tengan claro si sus condiciones de salud le permiten utilizarla. Adicionalmente, el agua fría no es un remedio curativo, por lo que siempre será necesario consultar al médico si se padece de alguna afección específica.