Vida Moderna
Los beneficios de consumir fresa con avena
Ambos ingredientes tienen un alto contenido de fibra.
Las fresas y la avena tienen varias propiedades para la salud, debido a las vitaminas, minerales y antioxidantes que poseen, de acuerdo con el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde.
Además, indicó que ambos ingredientes son ideales para bajar los niveles de colesterol, pues “la avena es rica en un tipo específico de fibra, conocida como betaglucano, que disminuye la absorción de grasas a través del intestino, reduciendo los niveles de colesterol llamado ¨malo¨ o LDL, en sangre, previniendo enfermedades cardiovasculares graves, como infarto o ACV y, las fresas contienen polifenoles, especialmente antocianinas, componentes antioxidantes que ayudan a disminuir los niveles triglicéridos y el colesterol “malo” en la sangre, reduciendo el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como aterosclerosis, derrame cerebral e infarto de miocardio”.
Otro beneficio que tienen los ingredientes es que ayudan a bajar el nivel de azúcar en la sangre, ya que “las fresas tienen buenas cantidades de fibras solubles y polifenoles que influyen en la digestión de los carbohidratos, ya que parecen ralentizar la absorción de la glucosa en el organismo, ayudando a controlar el azúcar en sangre cuando se ingiere junto a otros alimentos ricos en carbohidratos y la avena también contiene avenatramida, un compuesto bioactivo con acción antioxidante y antiinflamatoria, mejorando la función de la hormona insulina”.
Asimismo, la mezcla es ideal para bajar de peso, pues las fresas y la avena generan saciedad y por ende se disminuye la ingesta de alimentos.
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Sobre la misma línea, las fresas y la avena ayudan a fortalecer el sistema inmune, porque “la avena es rica en zinc, un mineral con potente acción antioxidante y antiinflamatoria, que es importante para el desarrollo y mantenimiento de las células del sistema inmunológico, participando en la cicatrización de las heridas y ayudando a la recuperación de gripes y resfriados y, las fresas contienen grandes cantidades de vitamina C que ayudan a fortalecer las defensas naturales del organismo, aumentando la resistencia a las infecciones”.
De igual forma, el portal explicó que ambos ingredientes ayudan a reducir la presión arterial, pues “la avena es muy rica en antioxidantes, especialmente avenantramidas, que aumenta la producción de óxido nítrico en el organismo, una sustancia que ayuda a relajar los vasos sanguíneos, facilitando la circulación de la sangre y reduciendo la presión arterial y, las fresas contienen antioxidantes y son ricas en potasio y agua, las cuales promueven la salud arterial y aumentan la eliminación del exceso de sodio del organismo a través de la orina”.
Información nutricional por 100 gramos de avena
- Calorías: 353 kcal.
- Hidratos de carbono: 55,70 gr.
- Proteínas: 11,72 gr.
- Fibra: 9,67 gr.
- Grasas totales: 7,09 gr.
- Azúcares: 0 gr.
- Calcio: 80 mg.
- Hierro: 5,80 mg.
- Magnesio: 129 mg.
- Potasio: 355 mg.
- Fósforo: 95 mg.
- Sodio: 8,40 mg.
- Zinc: 3,2 mg.
- B1 (Tiamina): 0,67 mg.
- B2 (Riboflavina): 0,17 mg.
- B6 (Piridoxina): 0,96 mg.
- Ácido fólico: 33 µg.
Información nutricional por 100 gramos de fresas
- Energía: 36 calorías
- Agua: 90,8 g
- Proteína: 0,6 g
- Grasa: 0,2 g
- Carbohidratos: 7,96 g
- Fibra: 2 g
- Vitamina C: 59,6 mg
- Vitamina B9: 47 mcg
- Potasio: 161 mg
- Zinc: 0.1 mg
- Cobre: 0,035 mg
Ahora bien, para poder obtener los beneficios las fresas y la avena hay que consumir la mezcla junto a una dieta equilibrada y saludable que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluye al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día; menos del 10 % de la ingesta calórica total debe ser de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria debe proceder de grasas y se deben consumir menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.