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Los detalles del divorcio de Kim Kardashian y Kanye West serán ventilados en televisión
No resulta extraño que Kim aproveche el fin de su relación para atraer a los fanáticos de “Keeping Up With the Kardashians”. Esta es la razón.
Por más de una década sus vidas han sido el principal material del programa de televisión Keeping Up with the Kardashians, que, al igual que su matrimonio, ya está en la recta final. Kim y Kanye negocian los términos de su divorcio después de casi siete años de casados y cuatro hijos: North, Saint, Chicago y Psalm. Y el programa, emitido en el canal E!, terminará este año después de 20 temporadas.
Como la intención es darle un cierre bien movido y escandaloso, los últimos capítulos revelarán cada detalle del divorcio. Según el portal de noticias Page Six, los productores ya están filmando a Kim despotricando del rapero, a quien conoció en 2003 y con quien se casó 11 años después, en Florencia, Italia. En ese largo intermedio, ella sostuvo un romance con el deportista Reggie Bush, y luego se gastó 4 millones de dólares en la boda con Kris Humphries, unión que solo duró un mes y medio. Por su parte, Kanye estuvo comprometido con la diseñadora Alexis Phifer y más tarde empezó una relación con la modelo Amber Rose. Pero él, al enterarse de la tristeza de Kim por su desastre amoroso, corrió a consolarla y la invitó a París, donde empezó su historia de amor... que hoy también termina.
Esta relación totalmente mediática les duró mucho más de lo esperado, y de paso hizo crecer sus cuentas bancarias ostensiblemente. Por eso se da por descontado que uno de los últimos capítulos Keeping Up With the Kardashians estará dedicado al pleito por sus propiedades. Sobre todo por esa mansión en la ciudad de Calabasas, California, por la que pagaron 40 millones de dólares y en la que además invirtieron otros 20 para el diseño minimalista del belga Axel Vervoordt.
Este será el tema más álgido. Se rumora que antes de la presentación formal del divorcio, la pareja estaba en conversaciones para lograr un acuerdo económico. Kim contrató a la abogada Laura Wasser, famosa por representar a Jennifer Garner, Angelina Jolie, Tom Cruise, Johnny Depp y Britney Spears en sus respectivas separaciones. De Kayne solo se sabe que ha contactado a varios bufetes especializados.
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De lo que sí se habla con certeza es que a él se le ve muy tranquilo. Sus allegados cuentan que estaba tan cansado de las Kardashian que, incluso ahora, se ríe del alboroto que rodea su ruptura definitiva. Casi que en cuarentena, en el rancho de Wyoming, adonde siempre quiso que se trasladara toda la familia, se alista para lo que se ha llamado “el divorcio de la década”. Su relación era tan insoportable, plagada de discusiones y malas palabras, que decidieron, por el bien de sus hijos, estar lejos. Tan lejos, que la distancia logró aplacar el último intento de reconciliación: ninguno quiso volver a la terapia de pareja.
Mientras tanto, las luces y las cámaras se encienden en la casa de Kim, que más parece un estudio de televisión en el que nada es secreto y todo es escandaloso. “Él está bastante familiarizado con lo que es capaz de lograr la máquina de relaciones públicas de Kardashian, y cree que es gracioso que ellos sugieran que la causa del rompimiento haya sido su carrera presidencial”, le dijo una fuente a The New York Post.
El 4 de julio del año pasado (2020) West les escribió a los 30 millones de seguidores de su cuenta de Twitter: “Ahora debemos hacer la promesa de un Estados Unidos confiando en Dios, unificando nuestra visión y construyendo nuestro futuro. ¡Me postulo para presidente de los Estados Unidos!”.
Muchos agradecen que después de semejante anuncio todo se haya quedado en una reunión política en Carolina del Norte y en un par de entrevistas. Algunos se preguntaron si solo era una más de sus campañas de marketing. Lo cierto es que puede ser algo más serio: Kayne sufre un trastorno bipolar y, si deja de tomar sus medicamentos, desencadena en episodios paranoicos y maníacos. Parece que su pretensión de ganarle a Joe Biden en la carrera a la Casa Blanca fue producto de uno de ellos, y no será de extrañar que Kim lo ventile en el show.
Por ahora todo es especulación. Algunas fuentes que trabajan en la producción del reality dijeron que les hicieron firmar un acuerdo de confidencialidad, hasta que rueden las escenas a finales de ese 2021.
Pero teniendo en cuenta que Kim y Kayne son máquinas de hacer plata, lo más probable es que exploten el divorcio a su favor. Para ellos todo tiene cara de negocio, incluida su vida personal.