Vida Moderna
Los efectos de la vitamina C en los riñones
Este es uno de los nutrientes fundamentales del organismo. Entre varios beneficios, se destaca la inhibición del desarrollo de cálculos renales.
Un grupo de expertos señaló los efectos que genera la ingesta de vitamina C en la función renal, lo cual plasma la importancia de este nutriente para los riñones.
Conocida también como ácido ascórbico, la vitamina C hace parte del grupo de las hidrosolubles. A partir del contenido presentado por Nutri-Facts, se sabe que los humanos no pueden producir automáticamente esta vitamina, lo cual genera que la única forma de sacarle provecho es mediante la dieta.
Por otro lado, hay relevancia de la vitamina C con impedir una serie de trastornos cardiovasculares, inclusive enfermedades cardiacas, hipertensión, derrames cerebrales y ateroesclerosis, así como algunos cánceres. Una ingesta adecuada de este nutriente ayuda a reducir el riesgo de desarrollar algunas de estas afecciones.
Respecto a sus funciones, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), señala que está comprobado que la ingesta de esta vitamina aporta en los siguientes aspectos:
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- Protección de las células ante el daño oxidativo.
- Formación y producción normal de colágeno, lo cual aporta en el desarrollo de tejidos óseos y vasos sanguíneos.
- Incremento de la absorción del cuerpo por parte del hierro no hémico.
- Funcionamiento normal de los sistemas nervioso, e inmunitario.
- Desarrollo apto del metabolismo para producir energía.
- Mantenimiento de la función normal del sistema inmunitario durante y después del ejercicio físico intenso.
Como se mencionó anteriormente y teniendo referenciadas estas funciones, los expertos apuntan a que la vitamina C tiene gran incidencia en la prevención de enfermedades. Por un lado y siendo una de las más significativas, este nutriente permite que se baje la probabilidad de sufrir un ataque al corazón o derrame cerebral.
La vitamina C reduce los niveles del colesterol malo presente en la sangre, lo cual reduce consecuentemente el riesgo de padecer complicaciones de corte cardiovascular. Del mismo modo, robustece a las arterias para que no hayan obstrucciones en el torrente sanguíneo (ateroesclerosis).
Adicionalmente, los especialistas de EFSA señalan que los alimentos ricos en vitamina C cuentan con importantes propiedades antioxidantes, lo cual genera que no haya incidencia de aumentos o contracciones drásticas de presión arterial, haciendo que se mantenga equilibrada en beneficio para el organismo.
Una de las ventajas más notables de la vitamina C radica en la prevención del cáncer. Sobre este punto, los expertos señalan que una dieta adecuada con presencia de este nutriente reduce significativamente el índice de cáncer de pulmón, estómago y mama. La razón radica en que estos alimentos contienen micronutrientes y antioxidantes beneficiosos.
Al ser un compuesto esencial para fortalecer el tejido óseo, la vitamina C termina siendo un aliado para la artritis y enfermedades de la piel. Con el paso de la edad, el colágeno y cartílagos se ven afectados por el desgaste ocasionado por los radicales libres.
Ahora bien, ¿Qué relación guarda la vitamina C con los riñones? para responder esa pregunta, hay que remitirse al estudio ‘Suplementos de ácido ascórbico e incidencia de cálculos renales entre hombres: un estudio prospectivo’, el cual documentó durante una década a pacientes con cálculos renales que consumieron suplementos dietéticos de vitamina C.
Hubo una porción de prueba que siguió esta dieta, mientras que otros no. El resultado fue que el riesgo de cálculos renales del segundo grupo aumentó dos veces más que en el primero. En ese orden de ideas, la ingesta de siete tabletas de dosis típica de 1000 mg/ tableta resultó siendo el camino para no tener complicaciones en los riñones.
Los investigadores sugirieron que tanto la dosis recibida como la combinación de nutrientes con la que se toma la vitamina C podrían desempeñar un papel importante en el riesgo de desarrollar cálculos renales. La recomendación entonces es consumir alrededor de 200 mg/día en adultos.