¿Los frutos secos son buenos para mejorar la memoria?

Estudios recientes han demostrado los beneficios del consumo de frutos secos sobre diversas enfermedades crónicas como diabetes, enfermedad cardiovascular, hipertensión y dislipemia.

Tal y como lo señala el estudio Consumo de frutos secos y función cognitiva: una revisión sistemática, del año 2020 y publicado en la revista Nutrición hospitalaria de España, también existe evidencia firme de su efecto protector frente a la mortalidad.

Eso sí, también aclara que “los estudios que exploran los efectos de los frutos secos sobre la función cognitiva son más escasos”.

Sin embargo, los resultados de la revisión sistemática realizada por este grupo de investigadores señalan que, en conclusión, el consumo de frutos secos tiene efectos beneficiosos en la función cognitiva en personas adultas y que, además, los efectos “parecen independientes del tipo de fruto seco, la cantidad ingerida, la edad y el estado basal de los consumidores”.

Otra de las conclusiones de este estudio (que realizó una búsqueda sistemática de artículos publicados en PubMed, Scopus y Web of Science relacionados con la función cognitiva y los frutos secos) es que al a ser ricos en ácidos grasos poliinsaturados desempeñan un papel positivo en la neurogénesis” y que distintos mecanismos podrían explicar los beneficios de los frutos secos sobre la cognición.

Los frutos secos en general son una gran fuente de omega 3, son ricos en nutrientes como fósforo, magnesio, vitamina E y vitaminas del grupo B, así como protegen la salud cerebrovascular de forma que favorecen un correcto flujo sanguíneo a nivel cerebral.

En resumen, estos resultados sugieren que incluir el consumo diario moderado de algún fruto seco en la dieta saludable de las personas adultas podría tener efectos beneficiosos en su función cognitiva y la neurogénesis (proceso mediante el cual se forman nuevas neuronas en el cerebro). No obstante, son necesarios más estudios observacionales longitudinales y experimentales bien diseñados, concluye el grupo de investigadores.

La neurogénesis en la etapa adulta tiene un rol crucial en la reparación de los daños producidos por el envejecimiento y, por tanto, en el mantenimiento de la función cognitiva.

En cuanto a sus efectos antienvejecimiento, investigadores de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan, de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), han demostrado que un mayor consumo de nueces, tanto en cantidad como en frecuencia, está asociado a un menor riesgo de muerte y a un aumento de la esperanza de vida entre los adultos mayores, según publican en la revista Nutrients.

“Lo que hemos aprendido de este estudio es que incluso unos pocos puñados de nueces a la semana pueden ayudar a promover la longevidad, especialmente entre aquellos cuya calidad de la dieta no es grande para empezar. Se trata de un consejo práctico que puede ser factible para un gran número de personas que buscan mejorar su salud, que es lo más importante para mucha gente”, resalta Yanping Li, investigador científico principal del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan e investigador principal de esta investigación.

Este estudio, apoyado por la Comisión de la Nuez de California, descubrió que cinco o más porciones de nueces a la semana (una porción es igual a 30 gramos) pueden proporcionar el mayor beneficio para el riesgo de mortalidad y la esperanza de vida. Treinta gramos de nueces son una fuente de nutrientes importantes para una salud óptima, incluyendo proteínas (4 g), fibra (2 g), una buena fuente de magnesio (45mg) y una excelente fuente del esencial omega-3 ALA (2,5g).

Los más comunes

• Almendras
• Castañas de Para o nueces de Brasil
• Anacardos o marañones
• Avellanas
• Maní (clasificado como legumbre, está considerado popularmente fruto seco)
• Pistachos
• Semillas de calabaza
• Semillas de girasol
• Castañas
• Nueces de macadamia
• Nuez moscada
• Nueces
• Nueces de Pecán
• Piñones

* Con información de AFP