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Los humanos fueron “superdepredadores” durante dos millones de años, aseguran investigadores

Durante el estudio se recolectaron alrededor de 25 líneas de evidencia de al menos 400 artículos científicos.

7 de abril de 2021
Tribu de cazadores-recolectores que llevan piel de animal sosteniendo herramientas de piedra con puntas.
Hacia el final de la edad de piedra los humanos aumentaron el elemento vegetal en su nutrición, hasta que finalmente no tuvieron más remedio que domesticar plantas y animales, hasta convertirse gradualmente en agricultores. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Una investigación publicada por la American Physical Anthropology Association, en la que participó el doctor Miki Ben-Dor y el profesor Ran Barkai del Departamento de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv, reveló que los seres humanos fueron supredepredadores durante aproximadamente dos millones de años.

El estudio, en el que también participó Raphael Sirtoli de la Universidad de Minho de Portugal, logró reconstruir la nutrición de nuestros ancestros durante la edad de piedra, hasta identificar que los factores que llevaron a los humanos a aumentar su alimentación vegetal fueron la extinción de varias especies de animales de gran tamaño en varias partes del mundo y el declive de algunas fuentes de alimentos.

En ese sentido, hacia el final de la edad de piedra los humanos aumentaron el elemento vegetal en su nutrición, hasta que finalmente no tuvieron más remedio que domesticar plantas y animales, hasta convertirse gradualmente en agricultores.

“Hasta ahora, los intentos por reconstruir la dieta de los humanos de la edad de piedra se basaron, principalmente, en comparaciones con las sociedades de cazadores-recolectores del siglo XX”, explicó Mike Ben-Dor, quien aseguró que ese tipo de comparaciones no resultan útiles para estudiar ese periodo de la historia humana.

“Esta comparación es inútil, porque hace dos millones de años las sociedades de cazadores-recolectores podían cazar y consumir elefantes y otros animales grandes, mientras que los cazadores-recolectores de hoy no tienen acceso a tal abundancia. Todo el ecosistema ha cambiado y las condiciones no se pueden comparar”, agregó el experto.

Por esa razón los investigadores decidieron utilizar otros métodos para reconstruir la dieta de los humanos de la edad de piedra; por ejemplo, examinar la memoria conservada en nuestros propios cuerpos, nuestro metabolismo, genética y constitución física.

Humanos depredadores (Getty)
Humanos depredadores (Getty) | Foto: Getty Images/iStockphoto

Durante el estudio también se recolectaron alrededor de 25 líneas de evidencia de alrededor de 400 artículos científicos de diferentes disciplinas relacionadas con la temática de la nutrición que llevaron los humanos en la edad de piedra. La mayor parte de la evidencia se enfocó en investigaciones sobre biología actual, es decir, genética, metabolismo, fisiología y morfología.

“Un ejemplo destacado es la acidez del estómago humano. La acidez en nuestro estómago es alta en comparación con los omnívoros e incluso con otros depredadores. Producir y mantener una acidez fuerte requiere grandes cantidades de energía, y su existencia es evidencia para consumir productos animales”, explicó Ben-Dor.

“La acidez fuerte brinda protección contra las bacterias dañinas que se encuentran en la carne, y los humanos prehistóricos, que cazan animales grandes cuya carne era suficiente para días o incluso semanas, a menudo consumían carne vieja que contenía grandes cantidades de bacterias y, por lo tanto, necesitaban mantener un alto nivel de acidez”, complementó el experto.

Otro de los indicios para concluir que los humanos fueron depredadores es la estructura de las células grasas en los cuerpos de los omnívoros, pues la grasa se almacena en una cantidad relativamente pequeña de células grasas grandes, mientras que en los depredadores, incluidos los humanos, sucede todo lo contrario.

Los investigadores plantean que la evolución de los seres humanos como depredadores también se ha encontrado en nuestro genoma, pues los genetistas han concluido que áreas del genoma humano se cerraron para permitir una dieta rica en grasas, mientras que en el caso de los chimpancés, se abrieron áreas del mismo para permitir una dieta rica en azúcar.

Finalmente, la investigación sobre los isótopos estables en los huesos de humanos prehistóricos, así como las prácticas de caza exclusivas de los humanos, también muestran que los humanos se especializaron en la caza de animales grandes y medianos con alto contenido de grasa.