Vida Moderna
Los mejores alimentos para fortalecer el sistema inmunológico
Una dieta saludable y un programa de ejercicios pueden ayudar a mantener el buen estado de salud de una persona.
El sistema inmunitario es una red compleja de células, tejidos, órganos y las sustancias que estos producen, ayudan al cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades, de acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
“Cuando los gérmenes como bacterias o virus invaden el cuerpo, atacan y se multiplican. Esto se conoce como infección y esta causa la enfermedad que afecta. El sistema inmunitario protege a la persona de la enfermedad combatiendo los gérmenes”, explicó Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Además, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señaló que el sistema inmunitario tiene muchas partes diferentes, incluyendo:
- La piel: puede ayudar a evitar que los gérmenes ingresen al cuerpo.
- Membranas mucosas: son los revestimientos internos húmedos de algunos órganos y cavidades corporales. Producen mucosidad y otras sustancias que pueden atrapar y combatir los gérmenes.
- Glóbulos blancos: luchan contra los gérmenes.
- Órganos y tejidos del sistema linfático: incluyen el timo, el bazo, las amígdalas, los ganglios linfáticos, los vasos linfáticos y la médula ósea. Producen, almacenan y transportan glóbulos blancos.
Por ello, es importante fortalecer el sistema inmune y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, (FAO por sus siglas en inglés) reveló que los mejores alimentos son:
Tendencias
1. Los que contengan vitamina C como: frutas cítricas (naranjas y pomelos/toronjas) y sus jugos, así como pimientos rojos y verdes, kiwi, brócoli, fresas, melón, papas horneadas y tomates.
2. Los que contengan vitamina A como: hígado vacuno y otros órganos (aunque estos alimentos también tienen alto contenido de colesterol, por lo que deberá limitar la cantidad que consuma); ciertos tipos de pescado, como el salmón; hortalizas de hojas verdes y otras verduras de color verde, anaranjado y amarillo, como brócoli, zanahorias y calabacines; frutas, como melón, damascos y mango y productos lácteos.
3. Los que contengan vitamina B como: pescado, pollo, carne de res, huevos, productos lácteos, vegetales de hojas verdes, frijoles, judías y algunos cereales.
De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Por su parte, otras recomendaciones para aumentar las defensas son:
1. Tomar agua: el consumo diario de este líquido es diferente para los hombres y para las mujeres, puesto que existen diferencias entre la ingesta, pero por lo general la mayoría de los hombres necesita aproximadamente 13 tazas de líquido al día y la mayoría de las mujeres necesita aproximadamente nueve.
2. Realizar ejercicio: la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos o actividades físicas aeróbicas intensas entre 75 y 150 minutos, o una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.
3. Dormir bien: la mayoría de los adultos necesitan de siete a ocho horas de sueño por noche para una buena salud.
5. Controlar el estrés: “Se ha demostrado que el estrés psicológico crónico disminuye el número de células B, que son aquellas que producen anticuerpos, así como la funcionalidad y la actividad de las células NK -Natural Killer por sus siglas en inglés-. Ambas están dentro del grupo de los linfocitos y tienen una función primordial en la defensa del organismo ante infecciones bacterianas, virales y micóticas. El problema radica en que frente a situaciones amenazantes, esta función puede afectarse por la liberación exagerada y sostenida de adrenalina y cortisol. Lo anterior, con el objetivo de proveer energía para hacer frente a las demandas externas”, explica la doctora Carolina Díaz, inmunóloga de Clínica Las Condes, de Chile.