SALUD
Los mejores ejercicios respiratorios para fortalecer y proteger los pulmones
Se puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades pulmonares si no se fuma y se evita la exposición al humo de segunda mano y la contaminación.
Los pulmones son órganos vitales para el cuerpo. Una de sus principales funciones es proveer el oxígeno que requieren las células, a la vez que expulsan el dióxido de carbono mediante la espiración y son clave para filtrar las partículas y agentes nocivos que están en el ambiente.
No obstante, el aire contaminado, el humo del cigarrillo y otras toxinas pueden afectar la salud de estos órganos, que son muy diferentes a los demás, pues están conectados directamente al ambiente exterior, por lo que cualquier cosa que la persona inhale puede afectarlos.
Según la Asociación Americana del Pulmón, el cuerpo tiene un sistema de defensa natural diseñado para proteger los pulmones, pero el contacto directo con el ambiente los puede afectar. “Se puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades pulmonares si no fuma, si se evita la exposición al humo de segunda mano, si se evita la exposición a la contaminación del aire, los productos químicos y otros irritantes, y si se realiza chequeos regulares de salud”, asegura.
Tendencias
Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que la exposición a la contaminación del aire provoca más de cuatro millones de muertes en el mundo cada año. Por esta razón, adoptar medidas que ayudan en fortalecerlos es clave para evitar posibles complicaciones de salud.
Hinchar el vientre
Realizar ejercicios específicos puede ayudar. El primero de ellos consiste en hinchar el vientre, pues la respiración abdominal es la más adecuada y saludable tanto para los pulmones como para una buena oxigenación del cuerpo, destaca una publicación del portal Saber Vivir TV.
Para realizarlo la persona se acuesta boca arriba, se coloca la mano en el vientre y toma aire llevándolo hacia allí. Se debe sentir cómo se eleva la mano. Luego se saca el aire despacio por la boca. Es posible que al principio quien los practique deba concentrarse mucho en cómo lo realiza, pero a medida que lo haga con más frecuencia, se convertirá en un hábito.
Este ejercicio, según la Asociación Americana del Pulmón, ayuda a mejorar la velocidad a la que los pulmones se expanden y contraen. La respiración abdominal específicamente se enfoca en fortalecer el músculo diafragma, lo que permite a una persona respirar más profundamente.
Expandir el tórax
Para que la caja pulmonar se abra y la oxigenación sea mucho mejor, se puede practicar este ejercicio. La persona se sienta y entrelaza las manos por delante del cuerpo, luego se levantan los brazos al máximo mientras se respira por la nariz. Se van bajando los brazos poco a poco mientras se exhala por la boca.
Elasticidad en las costillas
Con este ejercicio se gana poco a poco movimiento en las costillas para que se expandan con mayor facilidad. De pie, la persona coge aire por la nariz a la vez que inclina el cuerpo hacia la derecha levantando el brazo izquierdo. Se saca el aire por la boca mientras se recupera la posición inicial y luego se cambia de lado.
La recomendación es mantener las rodillas suavemente flexionadas y dirigir la mirada hacia el lado del brazo levantado. Se pueden realizar varias repeticiones.
El portal Medical News Today indica que así como los ejercicios aeróbicos ayudan a mejorar la salud cardíaca, los de respiración pueden hacer que los pulmones funcionen con más eficiencia.
Los neumólogos recomiendan ejercicios de respiración para personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica y asma debido a que estos ayudan a mantener los pulmones fuertes. “Una persona debería hacer ejercicios cuando sienta que sus pulmones están saludables, para crear resistencia y continuar las técnicas si siente dificultad para respirar”, precisa.
De igual manera, los ejercicios de respiración profunda pueden ayudar a aumentar la capacidad pulmonar. Por ejemplo, la Fundación Británica del Pulmón indica que la respiración profunda ayuda a eliminar la mucosidad de los pulmones después de una neumonía, lo que permite que circule más aire.