VIDA MODERNA
Los niños suelen consumir el doble de azúcares añadidos de los que recomienda la OMS, según un estudio
El 65 % de los azúcares añadidos consumidos diariamente por los niños procede de alimentos y productos con baja densidad nutricional.
El consumo medio de azúcares añadidos en niños es “más del doble” (55,7 gramos/día) de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son de 25 gramos al día, según concluyó un estudio realizado por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INYTA), de la Universidad de Granada.
Este trabajo de investigación, publicado en la revista científica Nutrients, tomó una muestra de 1.775 adultos con hijos de entre 7 y 12 años, y tuvo como objetivo estimar la ingesta de azúcares añadidos y analizar la densidad nutricional de los alimentos que aportan estos azúcares a la dieta de los menores.
Para llevar a cabo la investigación, los autores construyeron un índice para evaluar el valor nutricional de los alimentos objeto del estudio, reflejando la densidad de nutrientes presente en cada porción de cada alimento (NDIS), y un índice de ingesta diaria de nutrientes (DNII), calculado en función de la cantidad diaria consumida de cada alimento.
Así, el estudio reveló que el consumo medio de azúcares añadidos en niños se encuentra “muy por encima” de las recomendaciones de la OMS, y que “más de la mitad del azúcar añadido procede de alimentos con baja densidad nutricional”.
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De acuerdo con los resultados, consideran “muy llamativo” que los padres tengan una percepción “aceptable o buena” sobre determinados alimentos con una densidad nutricional baja y que aportan alto contenido en azúcares añadidos por ración.
El 65 % de los azúcares añadidos consumidos diariamente por los niños procede de alimentos y productos con baja densidad nutricional: el azúcar blanco, mermeladas, salsas, golosinas, cacao en polvo, refrescos, helados, galletas, néctares de fruta, pastelería y bollería industrial, barras de chocolate, bizcochos y repostería casera, bebidas energéticas o deportistas.
El otro 35 % procede, por el contrario, de alimentos y productos con mayor densidad nutricional. De densidad media, postres lácteos, bebidas vegetales y yogures azucarados o saborizados; y de densidad alta, batidos envasados con al menos un 90 % de leche, cereales de desayuno y leches infantiles enriquecidas.
Alimentos buenos y malos
Jesús Francisco Rodríguez Huertas, catedrático de Fisiología del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos ‘José Mataix Verdú’ en la Universidad de Granada, y María Dolores Mesa-García, Catedrática del departamento de Bioquímica y Biología Molecular del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada, ofrecieron detalles de los resultados del estudio y explicaron cuáles alimentos contienen demasiados azúcares añadidos y, por tanto, hay que excluir de la dieta diaria.
Por ejemplo, Rodríguez Huertas apuntó, en primer lugar, que la leche y los derivados lácteos, como los yogures naturales, “siguen siendo un alimento importante en la alimentación de los niños”. “Es uno de los alimentos que no aportan añadidos y es un alimento de una elevada densidad de nutrientes. Si no fuese por la leche, difícilmente alcanzaríamos la ingesta recomendada de algunos nutrientes, entre ellos calcio y vitamina D”, aseguró.
Sin embargo, advirtió de la estrecha relación de la leche con el cacao, que “tiene azúcar añadido y que deberíamos de reducir sí o sí”. Mesa-García insistió, en este sentido, a reducir desde pequeño el cacao en la leche para acostumbrar a los niños a “sabores menos dulces”.
La experta recordó que también son recomendables la fruta y todos aquellos productos que contienen azúcares libres, es decir, los que están presentes de forma natural en los alimentos. Igualmente, ha dado su visto bueno a los zumos (“no los néctares, que sí tienen azúcares añadidos”).
En el grupo más rechazable sí se encontrarían aquellos alimentos que “más azúcar añadido aportan y que además no tienen una densidad nutricional adecuada”. “Tenemos que tener cuidado con ellos e incluirlos en la dieta solo de forma ocasional”, explicó la experta.
En esta clasificación se encuentran “bollería industrial, galletas, cacao en polvo, barritas de chocolate o golosinas”. “Ahí es donde tenemos que hacer hincapié y tenemos que enseñar a los padres a que esos alimentos no es que estén demonizados, no es que hay que quitarlos de la dieta, sino que tienen que reducir el consumo y tienen que ser conscientes de que tiene que ser solo de forma ocasional”, apuntó al respecto.
*Con información de Europa Press.