Vida Moderna
Los nutrientes que ayudan a limpiar las arterias y mejoran la salud cardiovascular
Un estudio reveló los alimentos que contribuyen a la reducción de la masa corporal y salud cardiaca.
Sin ningún tipo de duda, la alimentación es el mejor método para conservar una correcta salud arterial, sea para mantenerla en condiciones normales o para restaurarla ante la experimentación de daños. Un informe reveló los mejores alimentos para este proceso.
El estudio A diet rich in protein, zinc and niacin and low in saturated fat makes blood vessels more flexible, Israeli research suggests, hecho por varios equipos investigadores de Sagol Center for the Metabolic Syndrome, Institute of Endocrinology, Metabolism and Hypertension, Tel Aviv-Sourasky Medical Center y Sackler Faculty of Medicine, reveló que la salud metabólica y cardiovascular de pacientes con obesidad o sobrepeso que redujeron considerablemente su peso, se dio en gran medida por la eliminación de la grasa corporal, cambios en la glucosa en la sangre y descenso de lípidos en el torrente sanguíneo; todo esto relacionado con la alimentación.
La mayoría de los alimentos tienen altos niveles de macronutrientes, proteínas, carbohidratos y grasas saludables. Del mismo modo, se destaca la presencia del zinc y niacina para darle vitalidad a la salud del corazón. Para dar con los resultados, el equipo investigador tomó como muestra a 72 participantes con síndrome metabólico y obesidad (principalmente hombres de edad promedio de 53 años) inscritos a un programa intensivo y multidisciplinario de pérdida de peso durante un año.
Para bajar el peso de los participantes, se incluyeron planes personalizados de dieta y ejercicio, monitoreadas en reuniones periódicas con un especialista de salud y dietista. Los participantes tenían un IMC de 34,28 kg/m² al iniciar el estudio. ¿Qué significa esto? En condiciones normales, el IMC debe estar en un rango entre 18.5 y 24.9; por lo que una cifra superior a 30 es catalogada como rango de sobrepeso u obesidad.
Una condición que encontraron entre los pacientes fue la rigidez de la pared arterial, la cual está relacionada con efectos de morbilidad cardiovascular. Por lo cual, utilizaron un indicador de salud cardiovascular para medir la flexibilidad de los vasos sanguíneos.
Se tomaron tres variables diferentes de flexibilidad para monitorear a los pacientes: la velocidad de la onda del pulso (PWV), el grosor íntima-media de la arteria carótida común (IMT) y la dilatación mediada por el flujo (FMD).
Luego de un año, los investigadores hallaron que el IMC se había reducido hasta un 9.4 % y las medidas de flexibilidad mejoraron considerablemente. Por el lado del FMD, esta se fortaleció en 47 %, PWW en 13 % e IMT en 1 %. Estas conclusiones se deben a que la reducción en la ingesta de calorías y grasas saturadas, junto con el consumo de proteínas; tuvieron incidencia positiva.
Igualmente, destacaron que el zinc jugó un papel importante para la síntesis de óxido nítrico en los vasos sanguíneos. Este compuesto ayuda a relajar los músculos internos de los vasos sanguíneos, lo cual genera que se ensanchen y, por consiguiente, la masa muscular aumente. Del mismo modo, encontraron en los pacientes una mejora en la fiebre aftosa, relacionada con la ingesta de vitamina B3 (niacina).
Se sabe que la niacina dilata los vasos sanguíneos, principalmente en la parte superior del cuerpo. Por lo tanto, este hallazgo también fue un aspecto positivo tras conocerse los resultados. El investigador principal, el Dr. Brurya Tal, del Centro Médico Tel Aviv-Sourasky, afirmó lo siguiente: “Encontramos que los cambios en el consumo de componentes alimentarios específicos están relacionados con una mejor estructura y función vascular”.
Con respecto a los alimentos, la investigación señaló que los pacientes mantuvieron una dieta mediterránea, rica en proteínas (lácteos magros, pescado, aves y huevos), rica en verduras, frutos secos y semillas. Sumado a ello, tuvieron consumo moderado de frutas y cereales, los cuales contribuyeron a mejorar la flexibilidad vascular y, en consecuencia, protegiendo significativamente el sistema cardiovascular.
“Los alimentos ricos en zinc en el plan de dieta fueron semillas de girasol, semillas de calabaza, nueces y carne. La carne y el pescado proporcionaban niacina”, destacó Tal. Los resultados fueron presentados en el Congreso Europeo contra la Obesidad (ECO).