Vida moderna
Los problemas de salud comunes en una persona con Alzheimer
Es importante consultar regularmente a un doctor para realizar controles asociados con la enfermedad.
El Alzheimer es el tipo de demencia más frecuente en las personas. Según la Organización Mundial de la Salud “la enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia: se calcula que representa entre un 60 % y un 70 % de los casos”.
Las cifras sobre fallecimientos también han incrementado. “Las muertes relacionadas con la enfermedad de Alzheimer han aumentado en los últimos 16 años en todas las categorías de raza, sexo y etnia y, muy probablemente, seguirán aumentando a medida que la población continúe envejeciendo”, explican los Centros para el control y la prevención de enfermedades.
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) explican que es normal que el Azlheimer cause otras enfermedades o complicaciones de salud. Los más comunes son:
Fiebre
Esto puede ser una señal de alerta sobre una posible infección, estreñimiento, deshidratación o insolación.
Gripa y neumonía
Cuando las personas tienen Alzheimer tienen un mayor riesgo de contraer enfermedades de transmisión a través de individuos como la gripa o neumonía. Para estas afecciones los Institutos recomiendan que la persona cuidadora del paciente con Alzheimer se asegure de que la persona reciba una vacuna contra cada una de estas enfermedades anualmente. “Las vacunas reducen la posibilidad de que una persona contraiga gripe o neumonía”, agregan los NIH.
Caídas
El avance de la enfermedad de Alzheimer provoca problemas para que la persona camine con facilidad o mantenga el equilibrio. Por eso, es común que sufran caídas a menudo. “Por ejemplo, una persona con Alzheimer puede tratar de tomar un paso hacia bajo al caminar de un piso alfombrado a un piso con azulejo, como si hubiese un escalón. Esto pone a la persona en riesgo de sufrir caídas”, explican los NIH.
Incontinencia
Esta afección puede padecerla un paciente con Alzheimer en cualquier etapa de la enfermedad. Sin embargo, es más frecuente cuando está avanzada. Es importante consultar a un doctor para que realice un diagnóstico correcto y trate la causa que la origina. Algunos de los factores que pueden contribuir a su desarrollo incluyen:
- Una infección urinaria.
- Una glándula prostática agrandada.
- Muy poco líquido en el cuerpo (deshidratación).
- Diabetes que no está siendo tratada.
- Si la persona toma muchos diuréticos.
- Consumo de mucha cafeína.
- Toma de medicamentos que hacen difícil retener la orina.
Alzheimer
El Alzheimer es un trastorno cerebral que paulatinamente destruye la memoria y la capacidad de pensar. Según explican los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, en la mayoría de los casos los síntomas se presentan, por primera vez, mucho tiempo después en la vida del individuo.
Síntomas de demencia
Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, señala los más comunes:
Cambios cognitivos
- Pérdida de la memoria, que frecuentemente es notada por otra persona.
- Dificultad para comunicarse o encontrar palabras para expresarse.
- Dificultad con las habilidades visuales y espaciales (perderse mientras se conduce un vehículo).
- Dificultad para razonar o para resolver problemas.
- Dificultad para manejar tareas complejas.
- Dificultad para planificar y organizar.
- Dificultad con la coordinación y las funciones motoras.
- Confusión y desorientación.
Cambios psicológicos
- Cambios en la personalidad.
- Depresión.
- Ansiedad.
- Comportamiento inapropiado.
- Paranoia.
- Agitación.
- Alucinaciones.
¿Cómo prevenir el Alzheimer?
No existe una estrategia que garantice al 100 % que no se desarrolle Alzheimer, sin embargo, un estilo de vida saludable puede contribuir a disminuir el riesgo. Por ejemplo, la actividad física tiene beneficios para el cerebro. Según indican los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, los estudios muestran que las personas que son físicamente activas son menos propensas a tener un deterioro de la función mental y tienen un menor riesgo a sufrir de Alzheimer.