Vida Moderna
Los riesgos de dormir en el día y no en la noche
El cambio de horarios de sueño puede provocar afecciones cardiovasculares.
Hoy en día, es más frecuente que las personas trabajen de noche y duerman en el día. Sin embargo, esto conlleva graves consecuencias a futuro con respecto a la salud, por lo que es importante poner en una balanza los beneficios que ofrece trabajar de noche y sus desventajas.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que el trabajo nocturno puede llegar a causar cáncer, debido a la interrupción de los ritmos circadianos. Por otra parte, los psicólogos expertos, junto con los especialistas en sueño, aconsejan respetar las horas usuales para dormir.
También hay múltiples estudios que profundizan en los efectos negativos para la salud de dormir en el día y trabajar en la noche. Por ello, el portal web Infobae consultó al el médico especialista en cardiología Hernan Provera, coordinador de prevención cardiovascular INEBA, quien aseguró que son muchos los estudios que demuestran el mayor riesgo de enfermedad cardiaca en personas que trabajan de noche.
Asimismo, en muchos casos, este aumento de riesgo se le atribuye al síndrome metabólico, que se relaciona con el sobrepeso, niveles altos de azúcar y colesterol, y tendencia a la hipertensión arterial.
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Lo anterior se debe a los horarios inusuales; es decir, los que trabajan de noche y duermen de día, pues se les dificulta llevar una rutina que se amolde a los demás. “Es difícil que estas personas puedan llevar a cabo una rutina de ejercicios o comer saludable. Hay incluso muchas que fuman. Por lo tanto, el estilo de vida los lleva a un mayor riesgo de vida, que aumenta el riesgo de una enfermedad cardiovascular”, asegura el especialista.
Del mismo modo, este cambio de horarios también genera un estado de fatiga crónica. De hecho, “las deficiencias en el descanso y en el sueño, mantenidas durante mucho tiempo, llevan a un estado de fatiga crónica que se va acumulando. Esta fatiga se expresa por una serie de molestias, como dolores de cabeza, irritabilidad, cambios de carácter, trastornos digestivos, entre otros”, señala el especialista a Infobae.
Además de esto, otro impacto que genera el cambio de horarios para dormir y trabajar es el ritmo circadiano. Provera explica que “nuestro cuerpo es sensible a interrumpir el llamado ritmo circadiano de actividad-reposo. Este funciona como un reloj biológico que sigue el ciclo de que durante el día uno está despierto, mientras que por la noche se debe dormir”. También, las personas que alteran ese ritmo presenta niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés, lo que se asocia al incremento de la presión arterial.
Cabe mencionar que el organismo de los seres humanos está naturalmente programado para trabajar de día y dormir por la noche, porque “es al final del día cuando disminuyen las aptitudes mentales y físicas de las personas, por lo que mantenernos despiertos para realizar cualquier tipo de actividad puede afectar nuestra concentración y, en consecuencia, nuestro rendimiento”, aseguró el especialista.
Consecuencias de dormir menos de seis horas
El sueño es vital para gozar de una buena salud. Se calcula que un adulto debería dormir un promedio de seis a nueve horas diarias, pero la realidad podría estar bastante lejos de esta cifra. Por esta razón, la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud, Fucs, y el Hospital de San José adelantan una investigación en estudios de sueño, con la que buscan dar a conocer aquellas consecuencias del no poder dormir bien.
Es así como se logró la visita del Doctor Claudio Bassetti, neurólogo e investigador de trastornos del sueño. “El dormir poco, o menos de las seis horas necesarias, tiene consecuencias en la salud que pueden llevar a alteraciones en el metabolismo, como la obesidad o la diabetes, desórdenes hormonales y muerte súbita, entre otros”, explicó el Doctor Arley Gómez, Vicerrector de Investigaciones de dicha institución.
Dichas conclusiones se dieron en el laboratorio del sueño del hospital, en donde han recibido aportes médicos, como la del Dr. Basetti, neurólogo y director del departamento de neurología del Hospital Universitario de Berna, Suiza, con su investigación de Medicina del sueño.
Durante las vacaciones los hábitos de vida y de sueño varían considerablemente debido a que la actividad cambia y se suelen hacer cosas muy diferentes a las del día a día: se trastocan los horarios de las comidas, los horarios de dormir cambian, se ingiere más alcohol o bebidas refrescantes con estimulantes y, en general, hay mayor exposición a los celulares, por lo que el cerebro está mucho más alerta y se suele estar menos cansado a la hora de dormir.