Vida Moderna

Los solteros llegaron a masturbarse hasta 3 veces al día durante la pandemia, según encuesta

Casi la mitad de los encuestados, un 48 %, admite que lo hace con más frecuencia como resultado de su aislamiento.

13 de marzo de 2021
Mujer durmiendo en una cama
hispanic woman laying in bed smiling in sleep | Foto: Getty Images

Desde que se inició la pandemia hace un año, tanto parejas como solteros empezaron a experimentar muchos cambios en las rutinas que habitualmente mantenían.

De hecho, según una encuesta, en EE.UU. un soltero se masturba tres veces al día desde el aislamiento, en promedio.

La encuesta liderada por la firma de investigación de mercado OnePoll, en nombre de Lubelife, tenía como objetivo ver cómo la covid-19 ha afectado la vida sexual de los solteros.

La encuesta fue realizada a un total de 2.005 estadounidenses solteros y de mente abierta. Los resultados arrojaron que tres de cada diez personas se masturban una vez al día.

No obstante, solo el 14 % lo hace una vez al día y, casi la mitad de los encuestados, un 48 %, admite que lo hace con más frecuencia como resultado de su aislamiento.

Masturbación durante el aislamiento social

Según el estudio, el 34 % de los encuestados dice haber experimentado el mejor orgasmo de su vida durante la pandemia.

Los investigadores descubrieron que más de una cuarta parte admitió ver más porno durante la pandemia. En la misma línea el 9% de los encuestados aseguró que desde marzo del 2020 experimentaron un periodo de sequía en la vida sexual, mientras que el 59% de estos admitió que no romperían este periodo de sequía a corto plazo porque quieren experimentar más con la masturbación.

Uno de cada 10 de los que quieren prolongar su periodo de abstinencia en un mundo post-covid tiene la intención de hacerlo porque ahora prefiere la masturbación al sexo.

Por otro lado, el 57% de los que están pasando por un periodo de sequía están preocupados por tener sexo por primera vez después de no haberlo experimentado con otra persona durante tanto tiempo.

“Hay muchos efectos duraderos de la pandemia, y la falta de sexo es uno de ellos, especialmente para los estadounidenses solteros. Con la gente atrapada en su interior, encontrar el ritmo adecuado de masturbación ha permitido a la gente explorar por fin qué es lo que les gusta en el dormitorio y las mejores formas de complacerse a sí mismos”, dice Tara Merkle, directora sénior de Marketing de Lubelife, en un comunicado.

No obstante, cabe resaltar que a pesar del aumento de la masturbación, el 42% de los encuestados dice que su vida sexual no fue muy placentera en 2020. Por lo que, el 55% quiere aprovechar al máximo la oportunidad de que en 2021 ya no existan tantas restricciones como antes para experimentar con sus parejas sexuales al máximo.

Sobre la misma línea, el 37 % afirma que planea tener sexo con alguien, pero que en definitiva los estándares para escoger una pareja sexual no serán tan difíciles como en 2020, ya que el 31 % afirma que “sus estándares son ahora significativamente más bajos cuando se trata de tener sexo después de la pandemia”. Sorprendentemente, tres de cada diez ya se han enrollado con alguien con el que normalmente no se decantarían.

“Los solteros están desesperados por conseguir que el 2021 sea más suave que el 2020. Más allá de su vida sexual, los solteros están deseando abordar todos los aspectos de su vida en 2021 y despedirse por fin de 2020 para siempre”, añade Merkle.

Por otro lado, según los psicólogos, no es raro que al cabo de 12 meses ese aislamiento haya producido un impacto en la salud. De eso dan cuenta los neurólogos, psicólogos y psiquiatras, que han constatado cómo se han incrementado las citas por insomnio, ansiedad y depresión en sus consultorios.

No es raro, dicen ellos, que el cerebro se afecte, pues todos los abrazos, saludos y el simple hecho de compartir experiencias detonan un mecanismo para el bienestar. Se trata del sistema de las endorfinas, hormonas que este órgano usa para el manejo del dolor. Para entenderlo, solo hay que decir que estos químicos son parientes cercanos de la morfina, pero sin su efecto adictivo. Una dosis de ellas en el cerebro, provocada por el gusto de ver a un viejo amigo y abrazarlo o de compartir un chiste, es como un bálsamo que aliviana los problemas, hace sentir bien a la persona y genera una sensación de que todo está bien. Sin ese frecuente baño de endorfinas el cerebro queda en el espectro opuesto: la soledad.