PÓDCAST
Los tres hermanos que salvaguardan los cantos de trabajo llaneros
Desde Yopal, los hermanos Olmos, con su proyecto Fundacachera, se han convertido en los últimos protectores de una tradición ancestral de la cultura de la región: los cantos de trabajo.
A Kiriko, Fercha y Yalile Olmos no solo los une la sangre, también su pasión por la cultura de su tierra, arraigada en una manifestación que ha sido reconocida por la Unesco como Patrimonio Inmaterial: los cantos de trabajo del Llano. En el nuevo episodio de El lado +, al ritmo de estas melodías, los tres hermanos narran cómo se organizaron para preservar y difundir estos sonidos tradicionales de vaquería.
Hace seis años, lo que comenzó como una oportunidad de enseñanza para Kiriko, quien confiesa, fue difícil lograr interesar a los alumnos por estas manifestaciones tradicionales, fue la semilla para crear Fundacachera, una organización que, desde la comunicación, la organización de festivales y la docencia, comparte esta sabiduría musical.
“El objeto es preservar, promocionar, hacer que las nuevas generaciones conozcan nuestras labores de campo, nuestro patrimonio inmaterial”, dice, desde Yopal, Fercha Olmos.
En sus propias voces, Kiriko y Yalile evidencian en el episodio de este pódcast, los diferentes tipos de cantos, relacionados con las actividades cotidianas de la jornada de un llanero.
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“Es una manifestación que está compuesta por esa necesidad de conexión que hay entre nosotros y nuestra labor. Esa conexión tan bonita como es cantarle a nuestros animales”, agrega Fercha sobre esta tradición en la que se crió, aprendida de su padre y sus abuelos.
“Esto es por naturaleza, porque desde pequeño lo va uno escuchando. Se le va grabando todo lo que hace el ‘viejo’ llanero, todos los quiebres de la voz y los gritos”, agrega Kiriko, que hoy se dedica a enseñar la cultura llanera a través de estas composiciones.
Para Yalile, además, interpretar estos cantos es un homenaje a las mujeres llaneras del pasado y, también, un símbolo de igualdad en una tradición típicamente de hombres. Hoy, cuando enseña sobre la música, la vestimenta y las tradiciones, niños y niñas aprenden por igual, sin ningún tipo de distinción en las labores.
“Hubo mujeres que se destacaron y yo honro su memoria (...) Lucho en un mundo que fue prácticamente de hombres y en el que estuvo siempre de bajo perfil la figura femenina”, agrega Yalile.
Entre sus nuevos objetivos, los hermanos detrás de Fundacachera han aprovechado la pandemia para apuntarle a la digitalización de sus contenidos. Un nuevo paso para garantizar que el eco de sus ancestros llegue lo más lejos posible.
Los invitamos, entonces, a escuchar este episodio y a compartir sus impresiones en nuestras redes sociales.