Vida Moderna
Los tres peores hábitos que dañan la salud después de los 60 años
A partir de cierta edad, las decisiones y hábitos serán más influyentes en sus estilos de vida.
Llevar buenos hábitos a lo largo de la vida es la mejor arma para combatir diversas enfermedades; es por esto que los profesionales de la salud insisten tanto en alimentarse de manera sana y equilibrada, dormir el número de horas adecuadas durante la noche, según la edad, evitar episodios largos y prolongados de estrés, realizar actividad física o practicar algún deporte como mínimo tres veces por semana durante 30 minutos consecutivos.
Cabe mencionar que durante la etapa de la vejez es cuando más se diagnostican diversas patologías, esto se debe a que el cuerpo ya no cuenta con la misma vitalidad y fuerza, lo que hace que sus órganos sean más vulnerables, todos estos riesgos aumentan cuando un paciente es sedentario y se alimenta mal.
Es pertinente recordar que durante esta etapa también son diagnosticadas enfermedades que surgen por factores hereditarios o genéticos, razón por la que tener buenos hábitos a lo largo de la vida hará que cuando se tenga que atravesar por diversas antologías sea menos traumático y más llevadero.
Los malos hábitos de salud a menudo se adoptan sin saberlo y afectan el bienestar futuro, siendo más negativos para los adultos mayores a 60 años. Por tal motivo, el medio digital Terra, dio a conocer tres hábitos cotidianos que, a lo largo del tiempo, pueden minar la salud sin darse cuenta, por eso es importante prestar atención a los siguientes aspectos cruciales para enfrentar el envejecimiento con éxito y mitigar sus efectos negativos.
Tendencias
1. Falta de actividad física
“Adoptar un estilo de vida activo, incluso a través de pequeñas acciones como caminar o subir escaleras, marca una gran diferencia. La falta de actividad puede tener un impacto adverso en tu agilidad y bienestar a largo plazo”, precisó la fuente citada.
La investigación Influencia del deporte y la actividad física en el estado de salud físico y mental, de Universidad de La Rioja va de la mano con este aspecto y destaca la importancia de la actividad física a nivel terapéutico y preventivo en la promoción de un estilo de vida saludable. Entre los beneficios relacionados, los más significativos son:
- Lucha contra la obesidad.
- Prevención del riesgo cardiovascular
- Mejora cognitiva.
- Reducción del estrés.
2. Baja hidratación o falta de líquido
No hay que pasar desapercibido el no ingerir la suficiente cantidad de agua al día. Este hábito es crucial, ya que por medio de la orina se puedan eliminar las toxinas que se han acumulado dentro del organismo. Los profesionales de la salud mencionan que los adultos deben ingerir de seis a ocho vasos de agua al día, lo que equivale a dos litros de este líquido incoloro.
A medida que se envejece la sensación de sed empieza a disminuir, pese a esto es pertinente tener el hábito de consumir el agua adecuada durante el día para evitar la deshidratación.
3. Irregularidad en la alimentación
Comer a deshoras es otro mal hábito que puede pasar factura con el paso de los años. Alimentarse fuera de las horas pertinentes en el día a día aumenta el riesgo de alterar los ritmos de sueño o de sufrir más períodos de insomnio, impidiéndole al cuerpo y a la mente reponer la energía pérdida durante el día.
“Comer a deshoras en exceso se asocia con aumentos repentinos de peso, mayores fluctuaciones de azúcar en sangre y gracias a ello aumenta la probabilidad de sufrir diabetes”, explicó Lisa Young nutricionista profesional.