Belleza

Manchas en la piel: los mejores tratamientos de acuerdo con su tipo

El primer paso, antes de iniciar un tratamiento antimanchas, es identificarlas y conocer su origen porque no todas son iguales.

5 de marzo de 2022
Los masajes en la piel ayudan a conservar la elasticidad y firmeza del rostro. Foto: Gettyimages.
Los masajes en la piel ayudan a conservar la elasticidad y firmeza del rostro. Foto: Gettyimages. | Foto: Foto Gettyimages

Las manchas en la piel son una de las principales preocupaciones estéticas porque, tarde o temprano, terminan por aparecer. Sea por una exposición prolongada al sol, por motivos genéticos o por cambios hormonales como el embarazo, muchas mujeres luchan contra esas molestas manchas –en ocasiones bastante oscuras y más visibles de lo que nos gustaría en zonas como la frente, el bigote o los pómulos– y eliminarlas supone un auténtico reto.

De acuerdo con la experta en dermatología estética Arantxa Arana Raja, estos son los mejores tratamientos a elegir según el tipo de mancha a la que la persona se enfrente.

Para tratar las manchas, el primer paso es identificarlas y conocer su origen porque no todas son iguales. Las manchas más comunes en el rostro son cuatro: pecas, melasma, lentigos e hiperpigmentación posinflamatoria.

“El melasma, las pecas y los lentigos pueden deberse al sol, las hormonas y factores hereditarios. La hiperpigmentación posinflamatoria se deriva de las marcas y heridas del acné”, señala la médica.

La prevención, fundamental

La protección solar es esencial para prevenir la aparición de las manchas. La doctora aconseja “utilizar cremas con un factor de protección muy alto (SPF50+) en las horas de mayor exposición solar. Aunque la fotoprotección hay que aplicarla siempre incluso en días nublados. También es beneficioso recurrir a otras medidas, como sombreros de ala ancha, pañuelos, ropa larga o gafas de sol. Otra opción es ayudarse de fotoprotectores orales, pero siempre como un complemento”.

El mejor tratamiento según el tipo de mancha

En casa, la dermatóloga de la Clínica Doctora Pérez Sevilla aconseja utilizar “cosméticos despigmentantes y exfoliantes para dejar la piel lo más lisa y homogénea posible, así como tratamientos antioxidantes”.

Cuando las manchas ya llevan mucho tiempo, hay que recurrir a tratamientos médico-estéticos como el peeling médico, el láser, etc. Pero la experta advierte que “es importante seguir utilizando a diario la protección solar y los tratamientos despigmentantes en casa”. Con respecto a qué tratamiento elegir, en líneas generales, “los lentigos solares responden muy bien al láser, mientras que las manchas posinflamatorias y el melasma deben tratarse con despigmentantes tópicos y peelings, reservando láseres específicos como tratamiento complementario”.

Despigmentantes tópicos: inhiben la producción de melanina, es decir, el pigmento que da color a la piel.

Despigmentantes orales: a veces este tratamiento es necesario en casos de melasma severo, cuando los tópicos no son suficientes, y también bloquean la producción de melanina.

Antioxidantes: protegen de los radicales libres que muchas veces producen hiperpigmentación en la piel.

‘Peelings’ químicos: exfolian las capas más superficiales de la piel dejando al descubierto una piel más clara y más uniforme.

Láser: eliminan lentigos solares y a veces son buen complemento para el tratamiento del melasma. Los láseres más eficaces para tratar lesiones pigmentadas son los Q-switched, que emiten pulsos de alta energía, pero muy cortos, dando lugar a una ruptura de la melanina sin dañar la piel de alrededor sana. En general los resultados son muy buenos desde la primera sesión, aunque hay casos más complicados que requieren más sesiones y más tiempo, pudiendo necesitarse de dos a cinco sesiones espaciadas por uno o dos meses.

Luz pulsada: es eficaz para el fotoenvejecimiento facial, del escote o de las manos, así como para los lentigos solares (también para lesiones vasculares). Además, otro beneficio es que mejora la calidad de la piel de forma global, produciendo luminosidad y estimulando la producción de colágeno, es decir, mejorando la textura como el poro dilatado o las arrugas superficiales. Se recomiendan dos o tres sesiones el primer año y, posteriormente, una sesión anual de mantenimiento.

*Con información de Europa Press.