Vida Moderna
Manos agrietadas y secas: esto es lo que se debe hacer siempre después de lavarlas
La práctica de lavar las manos evita la aparición de enfermedades y limita la transmisión de infecciones a individuos adicionales.
Lavarse las manos con jabón deshace los microorganismos presentes en las manos, lo cual resulta crucial para prevenir infecciones por diversas razones:
Frecuentemente, las personas sin darse cuenta tocan sus ojos, nariz y boca. Los microorganismos pueden ingresar al cuerpo a través de estos puntos, y su presencia puede llevar a enfermedades. Los microorganismos que se encuentran en las manos no lavadas pueden contaminar alimentos y bebidas durante su preparación o consumo.
En ciertas condiciones, estos microorganismos pueden multiplicarse en algunos tipos de comestibles o bebidas, ocasionando enfermedades en quienes los consumen. Los microorganismos presentes en manos sin lavar pueden transferirse a superficies como barandas, mesas, mostradores, juguetes y, posteriormente, ser transferidos a las manos de otras personas.
Consecuentemente, erradicar los microorganismos mediante el lavado de manos contribuye a la prevención de enfermedades diarreicas e infecciones respiratorias, y podría incluso reducir el riesgo de infecciones cutáneas y oculares.
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La importancia del lavado de manos
El Dr. David Martínez, dermatólogo certificado, enfatiza que el lavado frecuente de manos es fundamental para prevenir la propagación de enfermedades y virus. “El lavado de manos adecuado es esencial para proteger la salud, especialmente en situaciones de riesgo como la pandemia actual”, afirma el Dr. Martínez. Sin embargo, añade que este proceso puede eliminar los aceites naturales de la piel, lo que contribuye a la sequedad y agrietamiento.
La hidratación como paso esencial
Para contrarrestar los efectos del lavado repetido, la Dra. Laura Sánchez, dermatóloga experta, recomienda la hidratación constante como un paso esencial. “El uso de una crema hidratante rica en emolientes, como la manteca de karité o el aceite de jojoba, puede ayudar a mantener la barrera cutánea y evitar la pérdida de humedad”, explica la Dra. Sánchez. Aplicar la crema justo después del lavado, cuando la piel aún está húmeda, puede maximizar sus beneficios.
Evitar ingredientes agresivos
Al seleccionar productos de limpieza de manos, el Dr. Carlos Gómez, especialista en dermatología, sugiere optar por jabones suaves y sin fragancias. “Los jabones con ingredientes agresivos pueden dañar la capa protectora de la piel y empeorar la sequedad”, advierte el Dr. Gómez. Recomienda elegir productos con formulaciones hidratantes y sin sulfatos, que son menos propensos a eliminar los aceites naturales de la piel.
Protección adicional durante la noche
La Dra. Andrea Ramírez, dermatóloga de renombre, sugiere aprovechar la noche para una intensa terapia de hidratación. “Aplicar una crema más espesa y nutritiva antes de acostarse puede proporcionar una hidratación profunda durante la noche”, menciona la Dra. Ramírez. Aconseja cubrir las manos con guantes de algodón durante el sueño para mejorar la absorción y evitar que la crema se transfiera a la ropa de cama.
En definitiva, es importante mencionar que el lavado frecuente de manos es esencial para prevenir enfermedades, pero puede dejar la piel agrietada y seca. Los expertos en dermatología enfatizan la importancia de mantener la piel hidratada y saludable después de cada lavado. A través del uso de productos hidratantes suaves, evitar ingredientes agresivos y proteger la piel durante la noche, es posible mantener la integridad cutánea sin comprometer la higiene. En última instancia, encontrar un equilibrio entre la limpieza y la salud de la piel es esencial para una rutina de cuidado personal efectiva.
Lavarse las manos ayuda a combatir el aumento en la resistencia a los antibióticos
Tomar medidas preventivas contra las enfermedades tiene un impacto significativo en la disminución del uso de antibióticos y en la reducción de la probabilidad de que se genere resistencia a estos medicamentos. El acto de lavar las manos, en particular, tiene la capacidad de prevenir aproximadamente un 30% de las enfermedades asociadas con la diarrea y alrededor del 20% de las infecciones respiratorias, como resfriados.
Esta práctica adquiere especial importancia ya que en muchas ocasiones se recetan antibióticos de forma innecesaria para tratar estas condiciones médicas. La reducción de la incidencia de estas infecciones, a través del lavado regular de manos, contribuye a la disminución del uso excesivo de antibióticos, que es el principal factor que conduce a la resistencia antimicrobiana a nivel global.
Además, el lavado de manos también desempeña un papel crucial en prevenir que las personas se enfermen por microorganismos que ya han desarrollado resistencia a los antibióticos, lo que puede ser un desafío para su eliminación.