Salud y Bienestar
Más que un pasaboca normativo
En un país con tantas leyes como Colombia, sólo existe una específica para la obesidad. Sin embargo, aunque fue un avance, se queda corta para la dimensión del problema: faltó incluir el sobrepeso, así como el manejo integral de ambas, y ponerle más énfasis a la prevención.
Cada cinco días, en promedio, se aprueba una ley en Colombia, si se mira el registro del Congreso de la República en los tres últimos años. En el mismo periodo, cuatro proyectos de ley han intentado ponerle freno al problema de sobrepeso y obesidad, algunas están en curso, una se aprobó y otras no pasaron. Este camino legal muestra el interés por implementar políticas públicas que promuevan una vida saludable para evitar que sigan creciendo los pacientes con kilos de más, una tendencia también mundial y que preocupa al desencadenar en otras enfermedades crónicas y por impactar en las finanzas de los Estados.
La historia de la normatividad en el país sobre este tema, directamente, empieza en 2009 con la Ley 1355 o ‘Ley de la obesidad’ que reconoce esta dolencia como una enfermedad crónica de salud pública. Un primer hito para la atención de la obesidad, que hasta esa fecha solo se contemplaba, un cubrimiento indirecto cuando fue promulgada la Atención Primaria en Salud (APS) dentro de la Declaración de Alma Ata, en 1979 con la Ley 1438.
Esta APS respondía a un llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para que todos los Estados “superen las desigualdades injustas y evitables en materia de salud”. Sin embargo, continúan las desigualdades; a pesar de los avances del desarrollo del Sistema General de Salud y Seguridad Social y la fragmentación de la atención para todas las enfermedades.
Con la Ley 1355 o ‘Ley de la obesidad’ Por medio de la cual se define la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles asociadas a esta como una prioridad de salud pública y se adoptan medidas para su control, atención y prevención” el país parte en dos la historia de la obesidad, ya que reconoce una problemática nacional y crea un primer marco legal para implementar políticas públicas que estimulen de manera directa e indirecta, al consumo de alimentos más sanos, siguiendo las recomendaciones también de la OMS.
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Y es que la OMS propone a los países establecer medidas que comprenden la inclusión de impuestos y subvenciones a determinados alimentos, etiquetado nutricional obligatorio de alimentos dañinos (más conocidos como ‘comida chatarra’), la promoción de alimentos saludables, entre otras. Colombia acoge gran parte de estos lineamientos y los incorpora en su Ley de Obesidad.
Esta Ley establece que el Estado a través de los Ministerios de la Protección Social, Cultura, Educación, Transporte, Ambiente y Vivienda y Desarrollo Territorial y Agricultura y Desarrollo Rural y de las Entidades Nacionales Públicas de orden nacional Coldeportes, el ICBF y Departamento Nacional de Planeación promoverán “políticas de Seguridad Alimentaria y Nutricional, así como de Actividad Física dirigidas a favorecer ambientes saludables y seguros para el desarrollo de las mismas. Estas políticas se complementarán con estrategias de comunicación, educación e información”.
Por una ley más integral
Tras 12 años de haberse promulgado la Ley de la Obesidad se escuchan voces para complementar esta normatividad, primero porque los casos de sobrepeso y obesidad siguen en aumento, y segundo porque se requiere un manejo más integral.
Según Henry Tovar, médico endocrinólogo y presidente de la Asociación Colombiana de Endocrinología, actualmente no se cuenta con unas estadísticas actualizadas. “Está en proceso la nueva Encuesta Nacional de Situación Nutricional -ENSIN- 2021 que debería ser la de 2020, pero nos estamos rigiendo con las estadísticas que salieron en 2015, donde se encontró como más del 56.4 %, es decir, más de la mitad de los colombianos nos encontrábamos en sobrepeso y obesidad, y que son datos realmente alarmantes de hace seis años y es muy probable que esta estadística sea muy diferente no a la disminución sino al aumento progresivo, sobre todo por datos aislados de obesidad de prescolares, adolescentes y obviamente en adultos”.
Aparte del incremento de casos de sobrepeso y obesidad, preocupa que el manejo a los pacientes se da fragmentado y no integral. Ante ello, los representantes a la Cámara, Margarita Restrepo Arango y Jairo Cristancho Tarache presentaron el proyecto de ley “Por medio de la cual se expide la Ley General para el Manejo Integral al Sobrepeso y la Obesidad” simplificada con el nombre de ‘MISO’, que pasó en Cámara y ahora se encuentra en el Senado.
Para Margarita Restrepo, coautora de esta iniciativa lo que se pretende con MISO “es garantizar integralmente los programas de prevención, atención y tratamiento en el Sistema General de Seguridad Social en Salud a las personas que se encuentran o están en riesgo por sobrepeso y obesidad. El Ministerio de Salud y Protección Social diseñará́ y establecerá́ una Política Pública sobre el manejo integral del sobrepeso y la obesidad”
La justificación de la congresista para proponer MISO es que, “En Colombia tenemos que adoptar las medidas necesarias para combatir el sobrepeso y la obesidad, pues es, de acuerdo con la OMS, el segundo país del mundo con mayor índice de personas sedentarias. Debemos enfatizar que la obesidad es una enfermedad que se puede prevenir a través de una dieta equilibrada establecida de acuerdo con el número de calorías que tiene cada uno de los alimentos que hacen parte de la dieta diaria de las personas. Son muchas las enfermedades que se pueden evitar al establecer protocolos y hábitos alimenticios sanos”.
Según indicó la representante Restrepo, en Facebook live de Semana en alianza con Novo Nordisk, se habla de darle a estos pacientes un ‘Manejo integral’ que incluya “tratamiento a quienes padecen de sobrepeso (padecimiento que no aparece en la ley) y obesidad, mediante el Sistema de Seguridad Social en Salud, con base en el diagnóstico personalizado y debidamente registrado en la historia clínica del paciente sobre la atención médica, situación nutricional, psicológica, terapéutica, el establecimiento de un régimen de actividad física y de ejercicio, y la intervención quirúrgica; además de darle competencia a los entes territoriales para reglamentar las políticas públicas pertinentes para la prevención, atención y rehabilitación de estos padecimientos”, explicó la congresista para quien MISO busca promover más un estilo de vida.
Para Jairo Giovani Cristancho Tarache, quien además de ser representante es médico especialista en ginecología y obstetricia, con Miso se busca dar una mirada integral al sobrepeso y a la obesidad, y no fragmentar las leyes sobre esta problemática. Se refiere a otras iniciativas que cursan en el Congreso como la del etiquetado, impuesto a las bebidas azucaradas, y control de comida chatarra en colegios.
La mirada integral a la que hace alusión el parlamentario y que contempla Miso contempla “la formación desde la casa, donde se deben inculcar valores y comida saludable, fortalecer esta educación en los colegios sobre el aporte nutricional de los alimentos, la actividad física y entornos saludables”.
Cristancho resalta también de la iniciativa que los pacientes con obesidad sean atendidos por médicos especializados en esta enfermedad y que se creen centros especializados para el manejo de personas que conviven con esta dolencia.
Reseña el parlamentario que uno de los países que ha servido de inspiración para Miso es Japón en donde el manejo integral en las políticas públicas hacia el sobrepeso y la obesidad, han permitido que sólo un 3,5% de la población presente obesidad. La ley de educación nutricional de este país combina varios aspectos como propender por un entorno saludable, en donde una sana alimentación y el ejercicio son fundamentales, tanto para niños como para adultos en sus jornadas diarias.
En el Facebook live de Semana, los autores de Miso, así como el presidente de la Asociación Colombiana de Endocrinología, Henry Tovar coincidieron en afirmar que es clave para disminuir los casos de sobrepeso y obesidad en Colombia la prevención y ésta debe empezar por casa, escuelas, universidades y empresas.
Para el endocrinólogo Tovar “la industrialización hace que se incremente el consumo de alimentos azucarados, sumado al sedentarismo” que generan más sobrepeso y obesidad. Propone promover la actividad física. “Hacer una campaña grande para que deportistas famosos lleguen a motivar a las escuelas y universidades”
Sobre la ley de obesidad señala que “ese es el cambio que hemos dado en los últimos años: considerar la obesidad como una enfermedad inflamatoria crónica. Así como el hipertenso y el diabético tiene que tomar un medicamento, los medicamentos para las personas con sobrepeso y obesidad son la dieta, el ejercicio, el manejo de la salud mental y en los casos extremos usar medicamentos y procedimientos quirúrgicos”, dijo el galeno quien desde su Asociación impulsa la creación de clínicas de obesidad, con un equipo multidisciplinario.
Otro de los hitos normativos en sobrepeso y obesidad fue el del 30 de julio de 2021, cuando se promulgó la Ley de Etiquetado de Alimentos conocida como ‘Ley de la comida chatarra’. El Ministerio de Salud tendrá un año para reglamentar qué alimentos y bebidas deben tener etiquetas de advertencia por excesos de sodio, grasas o azúcar y cuáles serán las características de estas.
Esta iniciativa logró ser aprobada, tras tres intentos en el Congreso de la República y más de seis años de promoción por parte de organizaciones de padres de familia.
La nueva Ley busca adoptar medidas que promueven entornos alimentarios saludables, garantizando “el acceso a información clara, veraz, oportuna, visible, idónea y suficiente sobre los productos comestibles y bebibles ultra procesados que se ofrecen en el país, especialmente para niños y adolescentes”.
Para ello, la ley exige que los productores e importadores de estos productos deben poner en el frente de los empaques o envases unos sellos de advertencia que le indiquen de manera clara y veraz al consumidor si estos contienen exceso de sodio, azúcar, grasas saturadas o grasas trans, o si contienen edulcorantes.
Otro de los intentos por disminuir el consumo de bebidas que incrementan el peso entre los colombianos, ha sido la iniciativa de poner un impuesto a las bebidas azucaradas, pero pese a los varios intentos (desde 2016), en la actual vigencia del Congreso, tampoco se tuvo en cuenta en la reforma tributaria.