INFORME ESPECIAL

"Era ver morir a conocidos, familiares de amigos": médico Alfredo Galvis

En pleno pico de la pandemia en Leticia, el doctor Alfredo, de 30 años, asumió como coordinador médico en el hospital público de la ciudad. Sin una UCI completa, su misión era estabilizar a los pacientes para que pudieran ser remitidos a Bogotá. Este es su testimonio.

1 de agosto de 2020
A veces durante todo el turno, el doctor Galvis no podía ni tomarse un vaso de agua, siempre estaba el riesgo de quitarse los elementos de protección. Foto: Daniel Padilla | Foto: Daniel Padilla

“Nos tocó muy duro en esos días en que tuvimos el pico de la pandemia, el sistema de salud de Leticia está lamentablemente muy atrasado. Insistimos en que íbamos a tener una crisis con muchos casos y que no estábamos bien preparados, pero muchas veces no nos escucharon. La planta de oxígeno casi no daba abasto con la cantidad de pacientes que llegamos a tener, funcionaba prácticamente para un 50 por ciento. Entonces siempre corríamos el riesgo de quedarnos sin oxígeno o que la planta fallara. Justo en el pico, era cuando más se necesitaba. Se trabajó durísimo, día y noche, para hacerla funcionar.

En muchos días sentía colapsar, como cuando llegaban pacientes que tenían una comorbilidad, como la hipertensión y la diabetes, y lamentablemente sabíamos que así el paciente se fuera a remisión no iba a aguantar. A veces, los familiares tampoco querían que el paciente se fuera a Bogotá, porque sabían que si se morían allá, no podían traerlos nuevamente a Leticia. En esos momentos decíamos: ‘juepucha’, daban ganas de salir corriendo. Leticia es una ciudad pequeña donde todo el mundo se conoce, entonces era ver morir a conocidos, familiares de amigos.

En el hospital de Leticia nunca hemos tenido UCI, lo que tenemos prácticamente es una unidad intermedia crítico. Hay siete ventiladores, pero no tenemos todo el personal capacitado que debe tener una cama de UCI completa, así que lo que se buscaba era estabilizar al paciente, protegerlo e iniciar trámites de remisión para Bogotá. Como teníamos la atención del país encima, entonces las remisiones salían de un día para otro. Nunca escuché un caso en el que tuvieran que decidir a quién darle prioridad o quitarle un ventilador para ponérselo a otra persona, pero siempre nos preocupó que llegaran más de siete pacientes y tuviéramos los ventiladores ocupados. Era una angustia constante.

Eran días en los que uno se levantaba a trabajar y no sabía a qué horas iba a salir de turno. A veces no quedaba tiempo ni para tomarse un vaso de agua después de más de 12 horas de turno, almorzaba en 15 minutos y siempre estaba el riesgo de quitarte los elementos de protección personal y saber que hacer cualquier movimiento inconsciente, podía significar contagiarse. Pensaba en proteger a mi familia, vivo en un apartamento con una hermana y una sobrina de 10 años. Pasé muchos días sin poder ver a mi mamá.

Yo no me he contagiado, pero un compañero que se llama Esteban Piñeros falleció por covid, nos dolió muchísimo a todos, era un veterano del hospital, llevaba toda la vida trabajando aquí como auxiliar de enfermería. Hemos tenido muchos compañeros que salieron positivos y tuvieron que aislarse, a uno de ellos lo tuvimos que intubar. Da un miedo enorme que se agrave alguno, en el hospital uno crea un lazo familiar, todo el mundo se coge un aprecio.

También existió la zozobra de no saber si éramos positivos o no, porque las pruebas se demoraban de 8 a 10 días en llegar, por lo alejados que estamos en Leticia y el flujo que hay en el laboratorio de Bogotá. Podíamos ser asintomáticos y estar contagiando a gente inconscientemente.

Desde hace seis años trabajo en el hospital, soy leticiano y estudié medicina en Santa Marta, luego volví. A mí casi no me gusta la parte administrativa, prefiero ser médico clínico, estar con los pacientes. Pero resulté como coordinador médico del Hospital San Rafael por cosas del destino. Los agentes interventores de la Superintendencia me buscaron para el cargo, por referencias que habían dado otros compañeros y la posibilidad que tenía de coordinar con algunos sectores de la ciudad que me conocen. Logramos conseguir todo los elementos de protección. Acepté el cargo, estuve coordinando por mayo y junio, pero con la condición de que apenas se calmara la pandemia volvería a la hospitalización pediátrica, así fue".