Vida Moderna

Mejorar la salud del corazón: las dietas que se pueden hacer en casa

Antes de hacer grandes cambios en la alimentación, es necesario consultar un especialista para no agravar afecciones preexistentes.

2 de marzo de 2022
Mujer eligiendo entre alimentos saludables y no saludables
Escoger una alimentación equilibrada mantendrá el organismo alejado de enfermedades derivados de afecciones como la obesidad. | Foto: Getty Images/iStockphoto

El corazón es un órgano vital, de ahí la importancia de su cuidado. Su tamaño es similar al de un puño, está compuesto por tejido muscular y bombea sangre a todo el cuerpo, la cual se transporta mediante los vasos sanguíneos, compuestos por arterias y venas. A ese proceso de transportar la sangre se le llama circulación.

El corazón es uno de los órganos más expuestos a sufrir diversas enfermedades. Las afecciones cardíacas incluyen problemas en los vasos sanguíneos, el ritmo cardíaco, defectos cardíacos de nacimiento y enfermedad de las válvulas y del músculo cardíaco, entre otras.

Cuidar la salud del corazón es una labor que está en las manos de cada individuo. El servicio de información en línea provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, advierte que la enfermedad cardiaca “es la asesina número uno en los Estados Unidos”, así como también una causa importante de discapacidad.

Una de las mejores formas de prevenirla es llevando una dieta saludable y equilibrada, además de realizar actividad física. Una alimentación sana siempre traerá efectos positivos para la salud, especialmente para la cardiovascular.

Por lo anterior, el portal especializado Healthline listó algunas dietas que es posible seguir para cuidar la salud del corazón.

1. La dieta DASH

Las siglas de esta dieta se refieren a Dietary Approaches to Stop Hypertension (enfoques alimentarios para detener la hipertensión).

Mayo Clinic explica que esta dieta es un plan de alimentación saludable diseñado para ayudar a tratar o prevenir la presión arterial alta.

La dieta incluye alimentos con un alto contenido de potasio, calcio y magnesio, una variedad de nutrientes que contribuyen a la salud del corazón.

2. La dieta TLC

La Therapeutic Lifestyle Changes (TLC) fue desarrollada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) para ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardíaca. Esta incluye recomendaciones dietéticas y de estilo de vida para promover niveles óptimos de colesterol y un peso saludable.

3. La dieta mediterránea

A partir de un estudio publicado en la década de los sesenta por Ancel Keys, se descubrió que los países bañados por el mar Mediterráneo tenían una menor tasa de muerte por enfermedades cardiovasculares que otras naciones. Lo anterior se da gracias a que no contiene grasas saturadas y, por ello, se previenen la aparición de enfermedades coronarias y de infartos de miocardio.

4. Dietas veganas y vegetarianas

Los investigadores de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, encontraron que las personas que siguen una dieta vegetariana reducen en un 32% el riesgo de hospitalización y muerte por enfermedades cardiovasculares, en comparación los que consumen carne y pescado.

5. Dietas bajas en carbohidratos

“No solo restringen la ingesta de carbohidratos, sino que también suelen ser más ricas en proteínas y/o grasas que la dieta occidental típica. Tienden a limitar alimentos como panes, granos, pasta, papas y refrigerios y bebidas azucaradas”, explica Healthline.

Cabe resaltar que, además de lo anterior, los afanes del día, el trabajo, el estrés y otros factores inciden en que el cuerpo no reciba las proteínas, nutrientes y todo lo que requiere para no enfermar.

Cuatro malos hábitos alimenticios que se deben evitar

  • Saltarse el desayuno: un error que cometen algunas personas es no desayunar. Esta es la comida más importante de la jornada, pues es la que se encarga de darle al organismo las energías necesarias para soportar el día. Si no se ingiere desayuno, esto provocará que durante el almuerzo se coma más, señala un artículo del portal Okdiario.
  • Acostarse justo después de comer: además de engordar, esta práctica también puede generar malestar al día siguiente, ya que el organismo tendrá más problemas para digerir los alimentos.
  • Acostarse justo después de comer: además de engordar, esta práctica también puede generar malestar al día siguiente, ya que el organismo tendrá más problemas para digerir los alimentos.