VIDA MODERNA
Memoria fotográfica: estos son los consejos para desarrollarla
Analizar imágenes con bastantes detalles y sentarse en una habitación fijándose en cada uno de los objetos que hay en ella pueden ayudar a potenciar la capacidad de memorizar.
La memoria es un proceso psicológico que sirve para codificar información, almacenarla en el cerebro y recuperarla cuando la persona requiera. Existen diferentes tipos de memoria humana entre los que se encuentra la que es a largo plazo, a corto plazo y la llamada fotográfica.
A este tipo de memoria también se le conoce como eidética y tiene que ver con la capacidad de recordar una imagen con todo detalle. Hay personas que tienen la capacidad de recordar libros completos o sucesos pasados con todos los detalles, como quiénes hacían parte de la escena, la ropa que llevaban puesta e incluso todo lo que había en el lugar.
Según el portal Psicología Online, aunque mucho se habla de la existencia de esta memoria, lo cierto es que las investigaciones y las pruebas específicas para demostrarla no han obtenido resultados que la confirmen.
Por ejemplo, se han realizado experimentos en los que los participantes “estudiaban” una imagen cuarenta segundos, pero luego no recordaban tantos detalles como creían y cometían errores. Por lo tanto, es un tipo de memoria que aún está por comprobarse.
Aún así, lo que sí es claro es que hay personas con una gran memoria, que tienen mucha facilidad para recordar información y con algunas técnicas y consejos pueden potenciar esas habilidades recordando más cosas en menos tiempo y aprendiendo a pasar lo aprendido a la memoria de largo plazo para retener la información durante períodos más largos.
Diferentes estudios y especialistas afirman que la capacidad para memorizar no es genética ni puede entrenarse. Sin embargo, hay algunos expertos como el campeón mundial de memorización, Ramón Campayo, que han desarrollado métodos para ello que pueden ponerse en práctica para potenciar la memoria, de acuerdo con el portal Medical Óptica, de España.
De acuerdo con los especialistas es mejor hablar de memorias flashbulb, que se refieren a un tipo de memoria que retiene todos los detalles como si se tratara de una fotografía, pero esto está más asociado con las emociones.
Este tipo de memorias o recuerdos se caracterizan por ser precisos, vivos, concretos y duraderos. Los recuerdos se refieren a una circunstancia personal que rodea al descubrimiento de eventos de naturaleza emocional y personalmente importantes para el individuo.
Así las cosas, si bien la memoria fotográfica es un tema que está pendiente de validación científica, lo que sí pueden hacer las personas es fortalecer su capacidad de memorizar con la idea de poder recordar más cosas, en menos tiempo.
Algunos consejos son, por ejemplo, elegir una imagen que tenga bastantes detalles, observarla con detenimiento durante un minuto y tener en cuenta cada detalle. Posteriormente, tapar la foto y escribe todo lo que la persona pueda recordar. Finalmente, compararla con el listado de detalles.
Otra opción es sentarse en una habitación o en un espacio laboral y observar cada mueble y elemento que hay alrededor durante un minuto, cerrar los ojos y visualizar mentalmente lo que la persona puede recordar.
Si bien estos parecen ejercicios sencillos, sirven para desarrollar el aprendizaje y tratar de fortalecer los procesos de memorización. También es importante elaborar crucigramas, leer libros, jugar juegos de mesa como el dominó o ajedrez, aprender idiomas y capacitarse en tocar cualquier tipo de instrumentos, todo esto potencia la memoria.
Según el instituto Mayo Clinic, dormir bien, llevar una dieta saludable, desarrollar actividad física a diario y controlar las enfermedades crónicas también ayuda a mejorar y fortalecer la memoria.
La actividad física aumenta la presión sanguínea en todo el cuerpo, incluyendo el cerebro. Esto puede ayudar a mantener una memoria cuidada.
El Departamento de Salud y de Servicios Sociales de Estados Unidos recomienda que la mayoría de adultos practiquen 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada (caminar) o 75 minutos semanales de actividad aeróbica enérgica (trotar), preferiblemente esparcidos a lo largo de la semana.
No obstante, estas recomendaciones no están dirigidas solo a los adultos, pues desde pequeñas las personas pueden potenciar su memoria siguiendo este tipo de recomendaciones.