Vida moderna
Memoria: ¿se puede mejorar a cualquier edad?
Para mantener de manera sana todos los órganos del cuerpo es indispensable llevar un dieta sana y equilibrada.
La memoria es la capacidad que tienen los seres humanos con su mente de registrar, conservar y evocar las experiencias, como lo son las ideas, las imágenes, los acontecimientos y los sentimientos.
No obstante, existen dudas respecto a si esta empeora con el paso de los años. Según el portal Plusesmás, con la edad las personas no pierden realmente memoria, sino que es menos eficaz, puesto que se ralentiza el aprendizaje y hay mayor fragilidad en la capacidad de atención.
Lo anterior quiere decir que el ser humano cuenta con la capacidad de aprender a cualquier edad.
Eso significa que podemos aprender a cualquier edad, aunque necesitaremos más tiempo, menos interferencias y más concentración.
¿Cuál es la mejor vitamina para fortalecer la memoria?
Una vitamina que ayuda a mantener la salud de las células nerviosas y los glóbulos rojos es la B12, pues de acuerdo con Mayo Clinic, la falta de esta en el cuerpo puede causar diversos signos y síntomas, entre otros, pérdida de la memoria.
“Algunos estudios indican que la reducción del nivel de vitamina B12 podría estar asociada con un aumento del riesgo de demencia. Pero no se ha demostrado que la suplementación con vitaminas del complejo B mejore la función cerebral o los síntomas de la pérdida de memoria”, destaca el portal.
No obstante, independientemente de su función en la memoria, esta vitamina es una parte importante de una dieta saludable.
Además, se presenta naturalmente en los alimentos provenientes de los animales, como los pescados, la carne roja y la carne de ave. Muchos cereales para el desayuno están fortificados con vitamina B12.
El superalimento que ayuda a mejorar la memoria
Los superalimentos son aquellos que poseen una buena fuente de fibra, de vitaminas y minerales, y sus propiedades ayudan al cuerpo a protegerlo de diversas enfermedades.
Estos productos también contienen un alto contenido de fitonutrientes y compuestos antioxidantes, como el betacaroteno, vitaminas A y E. Estos productos, en su mayoría, están compuestos por antioxidantes que permiten al cuerpo fortalecer el sistema inmune, ayudando a desintoxicarlo.
“El término ‘superalimento’ se acuñó en 1915 cuando apareció en el diccionario de Oxford como ‘a food considered especially nutritious or otherwise beneficial to health and well-being’ (un alimento considerado especialmente nutritivo o de alguna manera beneficioso para la salud y el bienestar)”, así lo explicó la health coach Beatriz Larrea al portal de Salud y Belleza Glamour.
Larrea enfatiza que un superalimento es “un producto natural que contiene una gran densidad nutricional, fitoquímicos (nutrientes no esenciales para la vida pero con efectos positivos en la salud) y antioxidantes”. El portal de salud y cuidado personal GQ menciona que el aceite de oliva también es un superalimento que puede ayudar a evitar el envejecimiento prematuro y a prevenir problemas cognitivos como la demencia.
Los científicos de la Facultad de Medicina, Lewis Katz de la Universidad de Temple, en Filadelfia, Estados Unidos, realizaron un estudio en el que comprobaron que el aceite de oliva extravirgen, es un superalimento poderoso, ya que es rico en antioxidantes que brindan protección a las células y además aporta beneficios para la salud en general.
De acuerdo con el estudio, este producto es efectivo contra el envejecimiento, previene las enfermedades cardiovasculares, ayuda a preservar la memoria y protege al cerebro del alzheimer.
El estudio fue publicado en la revista Aging Cell y agrega que “el aceite de oliva extra virgen protege contra todo tipo de “síntomas” y enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como las taupatías, que es una acumulación de proteína que lleva a la disminución de las funciones mentales o a la demencia”.
Es importante mencionar que el uso de este producto debe ir acompañado de una dieta rica en proteínas, carbohidratos en su estado natural, frutas y verduras, de la práctica de actividad física regular y el consumo de dos a tres litros de agua al día.