Salud y Bienestar
Mente sana para bajar de peso
Para hacerle frente al sobrepeso y la obesidad es necesario trabajar en el interior antes de poder cambiar el exterior, y la salud mental es clave para bajar de peso y no tirar la toalla. ¿Cómo controlar la mente?
Ser consciente es quien siente, piensa y actúa con conocimiento de lo que hace, y es a esta actividad mental a la que acuden cada vez más los psicólogos para acompañar a los pacientes que quieren afrontar el sobrepeso y la obesidad.
Antes de ir a “picar” algo, la recomendación que hacen los expertos al paciente es preguntarse si se va a comer porque realmente tiene hambre o si hay otra razón escondida. Llegar a la plena conciencia de por qué se pica tanto y del disfrute como tal de la comida es traer el mindfulness (atención plena), como una herramienta importante en el proceso de alimentarse saludablemente.
La alimentación consciente busca que las personas mantengan una relación saludable con la comida, ya “que la comida no es buena ni mala, sino el uso que yo le dé”, señala Juan Carlos Alba Maldonado, médico y psiquiatra con maestrías en discapacidad y dependencia, manejo del dolor y en mindfulness.
“El cerebro siempre es un aliado de la pérdida de peso. Él siempre quiere estar bien y quiere tener una relación saludable, basada en la coherencia entre estar bien y sentirse bien. Es erróneo pensar que no quieren adelgazar, que son perezosos o que no lo hacen por baja autoestima” aclaró este médico psiquiatra.
Un estado de salud mental es fundamental para lograr las metas propuestas y más cuando se trata de bajar de peso. Por ello, en el manejo integral del sobrepeso y la obesidad además de la atención al paciente por parte de un médico general, internista, endocrinólogo, nutricionista y deportólogo, entre otros especialistas, el psicólogo o psiquiatra se convierten en grandes aliados.
Señala el psiquiatra Alba Maldonado que en el manejo del paciente se debe descartar que tenga alguna enfermedad mental, la cual propicie la sobrealimentación y el sedentarismo.
La depresión, la ansiedad y los trastornos alimenticios requieren un abordaje desde la psiquiatría para que el paciente sane mentalmente y pueda llevar una vida saludable que por añadidura le permita bajar de peso.
El psicólogo quien es formado en salud mental o el psiquiatra con formación en medicina, acompañan al paciente en el proceso de pérdida de peso y dan herramientas cognitivas comportamentales como parte de la estrategia.
¿En qué consiste el acompañamiento?
Se empieza por un diagnóstico, explica el Dr. Alba, quien también es docente y médico psiquiatra en el Hospital Universitario San Rafael de Tunja, en urgencias y en la clínica de obesidad.
Y en este diagnóstico se contempla una entrevista motivacional, basada en el modelo de cambio de Prochaska y Diclemente a partir de la pregunta: ¿Qué es lo que hace cambiar a las personas cuando pretenden modificar alguna situación indeseable o problemática?
Con este modelo, lo que se busca “es generar el cambio, mantenerlo y resolver la ambivalencia entre el deseo de perder el peso y la resistencia”, explica el galeno.
Tras el diagnóstico se acude a las terapias cognitivo-comportamentales que tratan de modificar las distorsiones cognitivas (patrones de pensamiento exagerados) frente a los hábitos alimenticios, actividad física y su relación con la comida. Un ejemplo, aquella persona que se compara con otros, que es negativa y no cree que vaya a lograrlo.
Así mismo, el tratamiento incluye terapias conductuales para modificar ciertos hábitos como el sedentarismo, el consumo de alimentos ‘chatarra’ y ‘picar comida’ a deshoras. La meta es que el paciente siga horarios adecuados para sus comidas, y tener una lista de los alimentos que debe comprar, los cuales deben adquirirse cuando estén saciados y no con hambre.
El plan que indica el médico al paciente con sobrepeso y/u obesidad contempla la terapia de ‘Alimentación consciente’ que busca mejorar la relación con la comida. Se recomida aquí “Saborear, oler y preparar la comida… tomarse tiempo para comer y desconectarse de los dispositivos electrónicos”, agrega el psiquiatra.
¿Cómo evitar el sube y baja emocional?
Cambiarse a un estilo de vida saludable pareciera fácil, pero algunas personas, al comienzo, necesitan un refuerzo extra y un buen acompañamiento médico, nutricional, físico y psicológico.
Y es que durante el proceso se pueden tener altibajos emocionales. Para que sea más fácil equilibrarlos, el Dr. Alba señala que “Hay que cambiar la percepción de la alimentación: que mi cuerpo y mi mente estén satisfechas y que perder peso no se perciba como un castigo”.
Hace énfasis en el ‘castigo’ porque las dietas se han vuelto restrictivas, cuando no hacen parte de un programa que no es dirigido por especialistas o cuando se encuentran en internet.
“No queremos que hagan dietas restrictivas” insiste el galeno, quien señala que la educación nutricional es fundamental, para que aprendan cuáles son los alimentos que deben consumir.
No se debe castigar el antojo, se trata de ser consciente para ir disminuyendo el consumo en exceso de un alimento. “Ya no se toma el litro de gaseosa sino una botella más pequeña o buscar cuál de las bebidas es la que menos daño le hace”.
Este es un error que suele cometerse cuando se está en un proceso de cambio de hábitos. Otro, es tener una motivación basada en un solo objetivo: “por ejemplo bajar de peso sin considerar mejorar el estado de salud. Si no alcanzo la meta me frustro y abandono el tratamiento”.
Una mente sana es clave para bajar de peso o para no subirlo, y hace parte del gran combo de incrementar la actividad física y tener buenos hábitos alimenticios. Es una tarea conjunta con médicos y especialistas, pero en donde el autocuidado es fundamental.
La primera mirada es saber si se tienen kilos de más, y para empezar a resolver dudas existen herramientas que ayudan a calcular el Índice de Masa Corporal -IMC- que es el primer indicador para saber si se tiene sobrepeso u obesidad. Una de ellas, es el sitio web ‘La verdad de su peso’ de gran ayuda cuando se trata de entender a fondo esta enfermedad crónica considerada como la pandemia del siglo XXI, y enfrentarla de la manera correcta.