Vida Moderna
Miel: así se puede consumir para bajar el colesterol, los triglicéridos y combatir la obesidad
La miel sirve mucho más que para endulzar los alimentos y ofrece numerosos beneficios para la salud.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), el colesterol es una sustancia cerosa que el cuerpo necesita para funcionar correctamente. Sin embargo, para no comprometer la buena salud, es importante mantenerlo dentro de los niveles adecuados.
Y es que los niveles excesivos o demasiado bajos de colesterol pueden dar lugar a múltiples enfermedades cardiovasculares. Por esta razón, es recomendable seguir hábitos de vida saludable, priorizando la alimentación balanceada y la actividad física regular.
En cuanto a los triglicéridos, la enciclopedia médica MedlinePlus los describe como el tipo de grasa más común en el cuerpo humano. Por lo general, provienen de alimentos como la mantequilla, los aceites y otras fuentes de grasa presentes en la dieta. Sin embargo, los niveles elevados de triglicéridos también resultan perjudiciales para la salud, aumentando el riesgo de enfermedades del corazón.
Otros factores que pueden incidir en el nivel de triglicéridos en el organismo son: comer regularmente más calorías de las que se queman, tener sobrepeso u obesidad, fumar, consumo excesivo de alcohol, ciertos medicamentos, algunos trastornos genéticos, enfermedades de la tiroides y del hígado o renales.
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Teniendo en cuenta las múltiples causas que afectan los niveles de colesterol y triglicéridos, es conveniente acudir a un médico ante cualquier señal de alarma. De esta manera será posible obtener un diagnóstico preciso y definir el tratamiento adecuado.
Por lo general, los altos niveles de colesterol y triglicéridos también están asociados a la obesidad. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la causa fundamental de esta condición es “un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas”.
En esa línea, la autoridad sanitaria agrega que la obesidad aumenta sustancialmente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares), así como diabetes, trastornos del aparato locomotor y algunos tipos de cáncer (endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon).
Como respuesta a la obesidad, la OMS recomienda limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total y de azúcares; también sugiere aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos. Finalmente, destaca la importancia de realizar una actividad física periódica (60 minutos diarios para los jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos).
Consumo de miel para reducir el colesterol y los triglicéridos
La miel es un ingrediente natural que, a menudo, es aprovechado dentro de dietas saludables y remedios caseros para tratar diversas afecciones. De acuerdo con el portal especializado en salud Tua saúde, el consumo de miel contribuye a reducir los niveles de colesterol malo (LDL) al tiempo que aumenta el colesterol bueno (HDL).
Según explica el NIH, los niveles elevados de colesterol malo hacen que se acumule placa en los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de sufrir un ataque al corazón, un derrame cerebral u otros problemas de salud. Por su parte, los niveles altos de colesterol bueno pueden reducir el riesgo de sufrir problemas de salud, ya que se transportan el colesterol y la placa acumulada en las arterias hasta el hígado, para que pueda ser eliminado del organismo.
El consumo de miel puede ser de utilidad a la hora de disminuir los niveles de triglicéridos. En vista de que es un endulzante natural, una buena opción es usarlo como un sustituto del azúcar. Sin embargo, es importante no optar por un consumo exagerado; así mismo, es necesario complementar con otros hábitos de vida saludable, como una dieta balanceada y ejercicio frecuente.
En vista de que la miel aporta calorías, Tua saúde recomienda consumirla en pequeñas cantidades, es decir, de una a dos cucharaditas al día. Estas se pueden agregar a jugos, batidos u otras preparaciones, reemplazando otros endulzantes.
