SALUD
Miopía y astigmatismo: cuáles son los síntomas y cómo prevenir su progreso
Cuando estas afecciones oculares son leves no presentan ningún síntoma.
El paso de los años, así como algunas enfermedades e incluso una mala alimentación, puede hacer que los ojos se expongan a diversas afecciones que requieren de atención, atención con el fin de evitar su avance.
El astigmatismo y la miopía son dos de los padecimientos a los que se enfrentan millones de personas en el mundo. Según el Instituto Nacional del Ojo de Estados Unidos, el astigmatismo es un problema común que puede hacer la visión borrosa o distorsionada. Este es un padecimiento que se presenta cuando la córnea, que es la capa transparente en la parte frontal del ojo o el cristalino, una parte interna que ayuda a enfocar, tienen una forma anormal.
Las señales más comunes cuando se presenta esta afección son la visión borrosa, la necesidad de entrecerrar los ojos para poder ver claramente, dolor de cabeza, fatiga ocular y problemas de visión en la noche.
No obstante, si el astigmatismo es leve, es posible que la persona no perciba ningún síntoma, razón por la cual, de acuerdo con los expertos, es necesario realizarse exámenes de los ojos de manera regular y más en los niños, quienes tienen menos probabilidad de darse cuenta de que su visión no es normal.
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Este padecimiento suele estar presente al nacer o puede desarrollarse después de una lesión, enfermedad o cirugía ocular. Los expertos aclaran que el astigmatismo no se debe a leer con poca luz, sentarse demasiado cerca de la televisión o entrecerrar los ojos, ni empeora tampoco con la realización de estas actividades.
“A menudo no es tan pronunciado como para requerir una medida correctiva. Cuando lo es, las opciones de tratamiento son lentes de corrección o cirugía”, precisa el instituto de investigación Mayo Clinic. Cuando el especialista recurre a la cirugía, cambia la forma de la córnea para que el paciente pueda enfocar la luz correctamente.
Miopía
En el caso de la miopía, se trata de un problema de refracción que hace que los objetos lejanos se vean borrosos. Pasa cuando la forma del ojo hace que la luz se enfoque en un área enfrente de la retina (una capa de tejido sensible a la luz en la parte de atrás del ojo), en vez de hacerlo en la propia retina, explica el Instituto Nacional del Ojo.
Normalmente, los signos de que una persona puede estar sufriendo de miopía se centran en problemas para ver cosas que están lejos, la necesidad de entrecerrar los ojos para ver claramente y fatiga ocular, que ocurre cuando los ojos se sienten cansados o adoloridos. De acuerdo con los especialistas, algunas personas con miopía pueden presentar dolores de cabeza, pero no es un síntoma muy común.
Al igual que sucede con el astigmatismo, si la enfermedad no está avanzada, es posible que el paciente no presente ningún síntoma, por lo que la recomendación es la misma y tiene que ver con que las personas deben acudir de manera regular al especialista para practicarse exámenes.
Los pacientes que tienen miopía aguda, que también es conocida como “miopía alta” o “magna”, podrían correr el riesgo de desarrollar otras enfermedades oculares, como el desprendimiento de la retina, que se presenta cuando se separa de su posición normal.
Factores de riesgo
Los expertos aseguran que cualquier persona puede tener miopía, pero su riesgo aumenta si miembros de su familia también son miopes. Normalmente, es una afección que comienza entre los seis y los 14 años de edad y empeora hasta el principio de la segunda década de vida.
De igual forma, según Mayo Clinic, algunos estudios apoyan la idea de que pasar poco tiempo al aire libre puede aumentar las probabilidades de desarrollar miopía, aunque se requiere más certeza científica.
Los tratamientos más comunes para la miopía consisten en anteojos con prescripción médica o lentes de contacto. En el caso de los adultos también se pueden practicar una cirugía en la que el especialista cambia la forma de la córnea para que la persona pueda enfocar la luz claramente.