Entrevista

“La reorganización de la salud del Distrito es improvisada”

Clemencia Mayorga, presidenta de la Sociedad de Pediatría regional Bogotá, critica el proceso de reestructurar la salud en la capital porque considera que pone en riesgo la vida de los pacientes.

8 de febrero de 2017
| Foto: SEMANA

El nuevo modelo de salud de la capital busca reorganizar los 22 hospitales distritales en cuatro subredes -sur, norte, sur occidente y centro oriente, con el fin de disminuir el hacinamiento, modernizar la infraestructura de los centros médicos, mejorar la atención y contar con nuevas unidades médicas especializadas. Para ello, ya están adelantando los traslados de servicios, como el de pediatría, a los centros escogidos.

Estos cambios han generado preocupación en varios sectores que han protestado por el cierre de servicios en hospitales de primer nivel y el traslado a otros centros menos especializados, que aún no cuentan con la infraestructura necesaria para la atención de pacientes. Semana.com habló con Clemencia Mayorga, presidente de la Sociedad Colombiana de Pediatría regional Bogotá, sobre las críticas al nuevo modelo.

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SEMANA: ¿Qué está pasando con los servicios de pediatría en la ciudad?

Clemencia Mayorga: Hay una preocupación a raíz de los cambios que se han suscitado por parte de la Secretaría de Salud en esta administración. A partir de las redes de especialización de hospitales, están poniendo en peligro la vida de los niños. Cerraron la unidad de pediatría del hospital de Kennedy y la pasaron al hospital El Tintal, donde ni siquiera hay radiología, entonces no hay cómo tomarle radiografías a un niño que llega a urgencias. Tampoco hay cirugía pediátrica.

SEMANA: ¿Es decir que están haciendo estos cambios sin planeación?

C.M: Están haciendo la transición, pero sin tener la infraestructura lista y, con seguridad, tampoco con el personal especializado suficiente. De esta manera han dejado a la población más vulnerable en peligro y las brechas se acrecientan. Por ejemplo, cuando llegan al hospital de Kennedy, ahora le dicen a las mamás que tienen que ir al Tintal, donde es más difícil acceder y además son enviados con sus propios medios, lo que significa un problema más.

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SEMANA: El traslado más reciente fue en la red norte, ¿también ha sido tan problemático?

C.M: Recientemente, se anunció el cierre de la unidad de recién nacidos del Simón Bolívar para llevarla al hospital de Suba. Ahí no solo es un riesgo desde el punto de vista de la atención, sino también de barreras geográficas porque es trasladar a los pacientes a otra localidad. Imaginemos a una mamá que tenga que trasladarse con su hijo desde El Codito, que es un barrio al extremo nororiental de la ciudad, hasta Suba, donde además tienen un contrato privado. Es decir, que allí el servicio se lo van a pasar a los privados y esto está generando traumatismos para los pacientes.  

SEMANA: ¿Estas redes pasarían a ser privadas?

C.M: La pediatría, a nivel general, no es rentable, no produce la utilidad esperada. Los operadores privados han venido cerrando unidades de pediatría en todo el país. Según nuestros cálculos, se han cerrado casi 1000 camas de pediatría en el país y de esas en Bogotá, aproximadamente, unas 300. Entregarle la operación a un privado es dejarlo a la posibilidad de que sea disminuido y cerrado. Estamos hablando de la población más pobre de Bogotá, la que atienden los hospitales públicos.

SEMANA: ¿Cuáles pueden ser los problemas que más se presenten con este nuevo modelo?

C.M: Un ejemplo: con el cierre del servicio en el hospital de Kennedy. Este es de tercer nivel de complejidad, es decir, que tiene todos los servicios allí, pero cuando pasan a los pacientes a otro hospital donde no tienen cómo ser atendidos integralmente, eso es grave porque hay retraso de tiempo. Eso qué implica, que cuando llegue un niño con una urgencia que necesite de cirugía al Tintal, no podrá ser atendido porque allá no hay centro quirúrgico; entonces, tiene que ser enviado al hospital de Kennedy, ser operado allí y luego ser devuelto a la unidad del Tintal, donde no le pueden hacer seguimiento después de la cirugía. Lo mismo va a pasar con el cambio del Simón BolÍvar a Suba. Otro ejemplo, hace una semana se accidentaron unos niños de una ruta en Engativá y, como cerraron el servicio de hospitalización en el hospital de Engativá, tuvieron que ser transportados a Suba, con todo lo que esto implica.

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SEMANA: Esa es la mayor preocupación…

C.M: La preocupación es que se garantice una atención integral y de calidad para los niños y que las decisiones no se tomen de manera improvisada, menos en Bogotá que tiene toda la infraestructura y los medios para dar una atención de calidad. Pedimos estudios clínicos de esta situación, porque creemos que se van a generar, como mínimo, barreras geográficas y de acceso en la población vulnerable de la ciudad. Estamos hablando de gente con problemas económicos, incluso para el transporte.

SEMANA: Los pediatras se han manifestado activamente en contra de estos cierres, ¿qué es lo que piden?

C.M: Nos hemos manifestado para que las decisiones que se tomen, se hagan con la debida seguridad y no con improvisación. Lo que vemos ahora son problemas de acceso y de falta de servicios en algunos hospitales. No nos oponemos a la reorganización, siempre y cuando esos cambios no supongan riesgos en los pacientes.

SEMANA: ¿Cuál es la respuesta del Distrito frente a esta problemática?

C.M: Dicen que es parte de la reorganización que se va a hacer y que todo esto es un proceso que va a generar mayor optimización en el servicio porque se va a invertir menos plata en gastos de administración. Nosotros lo que decimos es que más allá de la cifra, necesitamos que se garantice la atención integral de los niños en Bogotá, en especial, de los más vulnerables que son los que se están viendo más afectados con el tema.

SEMANA: ¿Cuál es la propuesta que ustedes tienen?

C.M: Lo que hay que hacer es fortalecer a los hospitales públicos para el uso de la población pobre, del régimen subsidiado. Los hospitales públicos deben tener una red de mantenimiento que, aunque los servicios de pediatría no sean rentables, deben mantenerse. Y una regulación que evite que los servicios de pediatría queden al albur del servicio privado, porque en este tema del mercado tienden a desaparecer. Por otro lado, deben hacer una gestión para el pago de la deuda de las EPS a los hospitales públicos, en especial, hablamos de Capital Salud que es la entidad que tiene a la mayoría de afiliados subsidiados en la ciudad.