Entrevista

Nadie niega que Bogotá es una ciudad que seduce

16 de noviembre de 2002

SEMANA:¿Existe una diferencia tangible entre erotismo y pornografía?

Angel Beccassino:Existe. El erotismo estimula la imaginación sutil; la pornografía estimula la imaginación literal, densa, a través del desborde minimalista de lo genital en la imagen. El erotismo es un juego con la imaginación. La pornografía es hiperrealidad. "Tiemblo cuando la gente llama pornografía a lo que les parece demasiado real", decía The East Village Other, un baluarte de la prensa underground de Nueva York, en 1966.

El erotismo es un producto selectivo, en el que se requiere que el consumidor esté cultivado en su intelecto y en sus sentidos para consumir levedades. Pornografía es un producto de consumo masivo orientado a la estimulación sexual directa, densa. Según una lectura, la pornografía es el arte erótico de los pobres, "y como se supone que los pobres son pobres materialmente, pero también de espíritu, la pornografía apela siempre a una imaginería ramplona y monótona. (...) Del mismo modo que la televisión ofrece imágenes pobres para un público concebido como uniformemente pobre, al menos en lo que se refiere a sus capacidades intelectuales, la pornografía (cuyo desarrollo, no hay que olvidarlo, es paralelo al de los géneros televisivos) ofrece imágenes pobres para un público concebido como libidinalmente pobre." (Flavia Puppo, Mercado de Deseos).

SEMANA:¿Cuál puede ser el alcance de esta Bienal, más allá de celebrar y meditar acerca del erotismo y los sentidos?

A.B.:Estimular el conocimiento profundo de nosotros mismos, y en esa medida ayudar a disolver los miedos que nos vuelven esclavos. Poner en escena la seducción, el deseo y la vida sexual como sitio de encuentro con los otros, con las otras, con uno mismo.

El arte tiene una función transformadora, pero su función primaria es reveladora. La Bienal de Amor y Extasis propone observar al arte como búsqueda y creación de belleza, como el propósito de añadir belleza a las funciones. Como rebelión. Como aspiración. La Bienal de Amor y Extasis -como cualquier proyecto que trabaja con imágenes, signos, significados- tendrá sentido si consigue penetrar en la sensibilidad y el pensamiento de quienes la transiten, estimulándoles a reconsiderar certidumbres.

En la medida en que se trata de abrir la ciudad a los cinco sentidos, lo primero es permitirnos mirar desde las rendijas de nuestras propias cavernas, como diría Blake. La Bienal se propone sembrar claves para una pedagogía de la percepción que facilite y empuje a la comprensión erótica de lo que somos. Descubrir: quitar el velo de la creencia generalizada de ser sólo homos economicus.

SEMANA:Con base en la experiencia de hace dos años, ¿cuáles han sido, si los ha habido, cambios conceptuales o de enfoque del evento?

A.B.:Un cambio consiste en el énfasis de cada edición. En tanto en la primera el énfasis radicaba en el descubrimiento o la confirmación de la identidad a través de los sentidos, en la II Bienal la propuesta -dentro del propósito enunciado como "pedagogía de la percepción"- es reflexionar sobre las etiquetas que aceptamos y esclavizan nuestra percepción.

La segunda evolución de enfoque está en la convocatoria para los premios de la Bienal, que en su primera edición fue convencional (11 categorías, repasando múltiples rincones convencionales de la expresión artística), y en este caso se centró en solamente en tres, en torno al tema Pornografía, Erotismo y Ciudad: ensayo escrito, reflexión en video, propuestas de happening urbano.

SEMANA:¿Qué puede y debe esperar un asistente a cualquiera o varios de los eventos programados?

A.B.:Experiencias. Vivir y compartir experiencias enriquecedoras, experiencias despertadoras, experiencias iluminadoras de zonas oscuras del ser.

SEMANA:¿Bogotá está preparada para recibir un evento de esta naturaleza?

A.B.:Siempre apostamos a que sí. Nuestro propósito es subvertir mediante la puesta en escena de la caricia, el juego, la excitación del riesgo. Nunca violentar. Sin embargo, en cada evento nos exponemos a la posibilidad de que la ciudad no esté preparada. Pero si no se ofrece la posibilidad, jamás lo sabremos. Por ejemplo, en la propuesta de Parada de Besos frente al Cantón Norte del Ejército, la reflexión de Solarte para eso es: "Matar no es otra cosa que eliminar el ser amoroso, erótico que somos. Por eso besarnos se vuelve un gesto revolucionario, desnudarnos una bomba de vida, copular una revolución" La respuesta siempre será una incógnita. Pero lo que hemos aprendido en múltiples ocasiones, es que la realidad es mucho más amplia que lo que nuestros temores nos hacen creer.