SALUD
Náuseas sin vómito: estas son las causas más frecuentes
Consumir alimentos muy grasosos, tener trastornos del tubo digestivo y enfermedades como el cáncer pueden ocasionar ganas de vomitar.
Las náuseas son consideradas como la sensación de malestar o molestia en la parte posterior de la garganta y el estómago. Existen varias palabras con las que las personas describen la sensación de náuseas, como: malestar estomacal, indisposición o estómago revuelto, por ejemplo.
Son diversas las causas que pueden generar esta molestia y suelen ser diferentes para los niños y los adultos. En el caso de las personas mayores, puede ser ocasionada por trastornos del tubo digestivo como la úlcera péptica, atonía gástrica-gastroparesia; obstrucción intestinal de cualquier tipo como adherencias, pero también por tumores malignos y hernias; trastornos hepáticos, pancreáticos o vías biliares y trastornos del sistema nervioso central que aumentan la presión intracraneal. También las cefaleas migrañosas, las meningitis agudas y las hipotensiones arteriales, pueden ocasionar este malestar de acuerdo con información del portal SaludMapfre.es.
Estas náuseas también pueden estar generadas por enfermedades como el vértigo, enfermedad de Menière, cinetosis o mareo debido al movimiento; enfermedades cardiológicas como el infarto agudo de miocardio, procesos oncológicos, embarazo y trastornos metabólicos y endocrinológicos graves como la cetoacidosis diabética, la crisis hipertiroidea o la insuficiencia suprarrenal.
Otras de razones están relacionadas con comer alimentos muy grasosos frecuentemente, pues esto puede dificultar el proceso digestivo, causando náuseas y muchas veces vómito. Asimismo, intoxicaciones alimentarias o intolerancia a algún componente de un alimento, como por ejemplo el gluten, lo que puede causar alteraciones gastrointestinales, generando diarrea, sensación de malestar, náuseas e incluso puede terminar en los vómitos, según indica un artículo del portal de salud Tua Saúde.
De igual forma, las infecciones por virus, hongos, bacterias o protozoarios pueden causar una serie de síntomas, y cuando el agente causal de la infección alcanza el sistema gastrointestinal, por ejemplo, se puede traducir en náuseas, mareos y como consecuencia vómito. “Por esto, si se sospecha de una infección por cualquier microorganismo, es importante acudir al médico para que se identifique la causa y se inicie el tratamiento, evitando así la progresión de los síntomas y que la enfermedad se agrave”, precisa la publicación.
La resaca es también un motivo de náuseas en algunos casos. Esta se presenta cuando la persona consume bebidas alcohólicas en exceso y al despertar al día siguiente siente malestar, dolor tanto en la cabeza como en los ojos, mareos y náuseas. Esta situación ocurre debido a la deshidratación causada por el alcohol y al esfuerzo del hígado para eliminar el exceso de alcohol del organismo.
Razones de esta molestia en los niños
Para el caso de los niños, las náuseas pueden ser originadas por inmadurez de los mecanismos cerebrales reguladores del vómito, movimientos regulares de tracto digestivo, escasa capacidad de contenido del estómago, infecciones frecuentes, migrañas e incompetencia del esfínter esofágico inferior.
En caso de que una persona presente náuseas y ganas de vomitar, antes de consumir cualquier medicamento la recomendación es acudir al médico, el cual podrá indicar el tratamiento a seguir, dependiendo de qué esté ocasionado el malestar.
Además del uso de medicamentos, se recomienda evitar el consumo de alimentos con elevado contenido de grasa o comidas copiosas, ya que dificultan la digestión pudiendo empeorar las náuseas y las ganas de vomitar. Asimismo, los especialistas recomiendan beber bastante agua, inclusive con unas gotas de limón, también se pueden incluir algunos tés que ayuden a disminuir las ganas de vomitar, como el té de menta o de jengibre, por ejemplo.
La Biblioteca de Medicina de Estados Unidos recomienda, además, que cuando una persona siente náuseas lo ideal es sentarse y quedarse quieto. Algunas veces caminar de un lado para otro puede empeorar el malestar.
Los alimentos que contienen una importante cantidad de agua son clave, por ejemplo, las sopas, paletas de helado y gelatina. Otro consejo es sentarse después de comer, no acostarse y buscar un lugar calmado y placentero para comer, libre de olores y distracciones.