Vida moderna
Nivel alto de oxígeno en el cerebro: ¿cuáles son sus factores de riesgo?
Cuando es demasiado bajo en comparación con el nivel promedio de una persona sana, puede ser una señal de una afección conocida como hipoxemia.
Un nivel bajo de oxígeno en sangre, además de revelar la presencia de una posible enfermedad pulmonar, puede ocasionar que las células del organismo tengan dificultad para cumplir adecuadamente sus funciones, especialmente en el corazón y el cerebro.
Ahora bien, la falta de oxígeno en el cerebro, también conocida como hipoxia cerebral, es una forma de deficiencia de oxígeno que afecta a este órgano, según los expertos de la Fundación Dacer, además de las partes más grandes del mismo, llamadas hemisferios cerebrales.
Esto se traduce en un nivel de oxígeno en la sangre inferior al normal, el cual ronda entre los 75 a 100 milímetros de mercurio (mm Hg). Cuando el valor es inferior a 60 mm Hg, indica la necesidad de gas complementario, según describe Mayo Clinic.
Cuando es demasiado bajo en comparación con el nivel promedio de una persona sana, puede ser una señal de una afección conocida como hipoxemia. Esto significa que al cuerpo le cuesta administrar el oxígeno a todas sus células, tejidos y órganos, según el magacín Medical News Today.
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Causas
La hipoxemia, o niveles de oxígeno por debajo de los valores normales, pueden ser causados por:
- Incapacidad del torrente sanguíneo para circular a los pulmones, recolectar oxígeno y transportarlo por todo el cuerpo.
- Falta de oxígeno en el aire.
- Incapacidad de los pulmones para inhalar y enviar oxígeno a todas las células y tejidos.
Este suministro de oxígeno se puede ver interrumpido por lo siguiente, según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos:
- Paro cardíaco.
- Arritmia cardíaca.
- Complicación de anestesia general.
- Accidente cerebrovascular.
- Inhalar humo.
- Intoxicación con monóxido de carbono.
- Asfixia.
- Grandes alturas.
- Sofocamientos.
Factores de riesgo
- Enfermedades: algunas enfermedades tienen el potencial de afectar el flujo de oxígeno al cerebro como el asma, ELA, problemas del corazón, hipotensión, enfermedades pulmonares o enfermedades musculares.
- Trabajos de riesgo: personas que se exponen a humo intenso o monóxido de carbono, tienen mayor riesgo de padecer hipoxia cerebral.
- Práctica de deportes específicos: deportes que por sus características necesitan contener la respiración durante largos periodos de tiempo, como el montañismo, boxeo, buceo y rugby.
Las células del cerebro son extremadamente sensibles a la falta de oxígeno. Por esta razón, algunas comienzan a morir en menos de cinco minutos después de interrumpirse el suministro de oxígeno. Como resultado, la hipoxia cerebral puede causar rápidamente la muerte o daño cerebral grave.
Existen dos grados, leve y grave, dependiendo de cada uno varía sus síntomas, aquí la lista de los más recurrentes brindados por la Fundación DACER.
Hipoxia cerebral leve
- Mareos.
- Aumento dela frecuencia respiratoria.
- Restricción en el campo de visión.
- Sudoración.
- Dificultad en la concentración, atención, coordinación y memoria a corto plazo.
- Dolor de cabeza.
- Aturdimiento.
Hipoxia cerebral grave
En casos graves, la hipoxia cerebral puede provocar convulsiones y muerte cerebral. Además, cuando el suministro de oxígeno se interrumpe por completo, se produce lo que se conoce como anoxia cerebral.
Entre más prolongado sea el tiempo de la falta de oxígeno, la persona puede experimentar:
- Extremidades se sacuden.
- Pérdida temporal de memoria.
- Coma.
- Muerte cerebral.
- Confusión.
- Agitación.
- Somnolencia.
- Cianosis (un color azulado en la piel, especialmente en labios, boca y yema de los dedos).
- Convulsión.
Recomendaciones
Beber agua
- Tiene hidrógeno y oxígenos, y gran parte cuerpo se compone de este líquido.
- Es preferible ingerir el agua simple, pero se puede combinar con alimentos que mejoran la salud, como vegetales o fruta.
Tomar aire fresco
- Si se tiene la oportunidad de estar en un espacio abierto; ejemplo el campo o en algún lugar donde no hay tanta contaminación, acudir con regularidad.
- Caminar despacio, relajando el cuerpo y respirando lo más profundo que se pueda.
Realizar ejercicio de manera regular
- Los mejores son los aeróbicos, ya que aceleran la respiración y la hacen más profunda.
- Esto aumenta la cantidad de oxígeno en la sangre, lo que induce a que el corazón lata con mayor velocidad y aumente el flujo sanguíneo a los músculos y de regreso a los pulmones, según el portal Salud180.
- Ejemplo: nadar, correr, bicicleta, bailar o cardio.
Dieta
- Hay alimentos que pueden ayudar al cuerpo a transportar el oxígeno como por ejemplo: el hierro.
- De acuerdo a la Biblioteca Nacional de la Medicina de los Estados Unidos, este mineral es necesario para producir la proteína hemoglobina y mioglobina que se encuentra en los glóbulos rojos de la sangre.
- Entre los alimentos recomendados están: las legumbres secas, frutas deshidratadas, hígado, carne roja, huevo y granos enteros.
Dejar de fumar o evita el humo de cigarro
- Fumar inhibe la capacidad de introducir oxígeno en el torrente sanguíneo con eficacia.
- Además, causa que se acumule monóxido de carbono en la sangre. Un oxímetro de pulso no puede indicar la diferencia entre este otro tipo de gas y el oxígeno.