De ser así, será posible detener la aparición de muchas enfermedades en las cuales el mayor factor de riesgo en su surgimiento es la edad

CIENCIA

¿No más arrugas?: Los científicos habrían encontrado la cura contra el envejecimiento

Por primera vez un estudio demostró que es posible rejuvenecer las células en los humanos. Cómo funcionaría y qué implicaciones tiene el descubrimiento.

29 de noviembre de 2020

Muchos científicos han intentado detener el reloj biológico del ser humano, pero han fracasado en el esfuerzo. La semana pasada, sin embargo, un grupo de expertos de Israel logró revertir ese proceso biológico con una terapia de oxígeno en una cámara hiperbárica. Gracias a esto fue posible afectar dos áreas responsables de la aparición de enfermedades relacionadas con la edad: la tapa protectora de los cromosomas, conocida como telómero, que al dañarse impide que las células se sigan replicando; y las células senescentes, que se acumulan en el cuerpo y previenen la regeneración de los tejidos.

Para el estudio, que fue publicado en la revista Aging, los participantes tuvieron que ingresar a una cámara hiperbárica de oxígeno por sesiones de 90 minutos, cinco veces a la semana durante tres meses. Al finalizar este protocolo, los investigadores notaron que el tamaño de los telómeros se extendió hasta 20 por ciento, un hallazgo impresionante que llenó de júbilo a la comunidad científica.

La razón es sencilla. Muchos comparan a los telómeros con la tapa de plástico que tienen los cordones de los zapatos y que evitan que estos se deshilachen. Cada vez que una célula se divide en el cuerpo, un pedazo de ese material se pierde. Los telómeros, por lo tanto, se acortan con el tiempo. Qué tan cortos o tan largos sean en determinado momento puede significar más riesgo de desarrollar ciertas enfermedades como el cáncer, pues, tal como sucede con los cordones de los zapatos, si la tapa en las puntas se daña, el cromosoma pierde su calidad y se desintegra.

Así, los telómeros cortos ponen al material genético de los cromosomas en riesgo de mutaciones. El autor del trabajo, Shair Efrati, médico de Sagol School of Neuroscience en la Universidad de Tel Aviv, se motivó a hacer el experimento cuando vio que el astronauta Scott Kelly había envejecido más que su hermano gemelo Mark (también astronauta) al pasar un año en la estación espacial internacional. Efrati, quien había demostrado previamente que esta cámara de oxígeno servía para mejorar el declive cognitivo, pensó que asimismo podría ayudar a rejuvenecer las tapas de los cromosomas.

Sería un sueño hecho realidad: que las arrugas y las enfermedades de la vejez desaparezcan. | Foto: Olivo Labs

Esta cámara, de hecho, es una herramienta que muchos médicos han usado durante años para tratar ciertas enfermedades. Y es la mejor opción para los buzos cuando suben del fondo del mar demasiado rápido a la superficie o para matar microbios sensibles al oxígeno cuando una herida no cierra. En este caso, con el protocolo de Efrati el resultado fue que los individuos tuvieron telómeros 20 por ciento más largos, algo que nunca antes se había logrado. Fue como si en tres meses estas estructuras hubieran recuperado su apariencia de hace 25 años.

La terapia también redujo las células senescentes en 37 por ciento, lo que dio vía a que nuevas células pudieran crecer. Antes lo único que los expertos podían recomendar a sus pacientes para detener el paso del tiempo era una dieta balanceada y mucho ejercicio; aun así, los beneficios en estas dos áreas eran modestos. Por eso, es de resaltar que esta indagación logró en solo tres meses mucho más en esos dos frentes.

Todavía se necesita más investigación para comprobar que esta terapia de oxígeno puede ser usada para echar atrás las manecillas del reloj biológico. De ser así, será posible detener la aparición de muchas enfermedades en las cuales el mayor factor de riesgo en su surgimiento es la edad. Entre ellas está el alzhéimer, el mal de Parkinson, la artritis, el cáncer, la diabetes y la enfermedad coronaria. Por ahora, lo importante es saber que contrarrestar el envejecimiento, al menos a nivel celular, es posible.